¿Está el intervencionismo gubernamental arruinando la economía? Exploramos cómo las políticas intervencionistas pueden generar crisis económicas, a través de una regulación excesiva e incentivos incorrectos, y cómo el ciclo intervencionista crea nuevos problemas, en lugar de resolverlos.
Cuando se habla de la escuela de pensamiento Liberal, es importante considerar cómo en los últimos años la sociedad se ha mostrado resistente a ideas que, aunque funcionan, todavía no son ampliamente aceptadas. Considerando el contexto del mercado financiero representado por la Bolsa de Valores de São Paulo, BM\&FBOVESPA, ubicada en la región de Fera Lima, en São Paulo, surge una teoría: si se le pregunta a alguien en Fera Lima cuál fue el mayor problema que enfrentaron, el La respuesta más común sería la falta de regulación.
Este escenario nos lleva a reflexionar sobre la economía liberal y cómo es percibido por el público en general. Mientras que el liberales clásicos Aunque defienden la idea de que el mercado debería estar libre de intervenciones, muchos argumentan que la falta de regulación es el principal problema. Sin embargo, es esencial entender que el liberalismo económico No se trata de una ausencia total de reglas, sino más bien de un equilibrio entre libertad económica y regulación eficiente. EL política liberal, en este sentido, busca encontrar un punto medio que permita el crecimiento económico sin asfixiar la iniciativa privada. La clave es encontrar el equilibrio adecuado. El liberalismo, en esencia, no está en contra de la regulación, sino a favor de una regulación inteligente y eficaz..
El liberalismo y la crisis de 2008
El libro de Tom Wood 'Meltdown' ofrece un análisis riguroso de la crisis financiera de 2008, destacando cómo la intervención gubernamental y regulación excesiva Contribuyó al colapso del sistema financiero. La narrativa dominante en ese momento, apoyada por políticos, bancos y partes interesadas, culpaba al mercado y a la falta de regulación. Sin embargo, una mirada más cercana a los hechos revela que la presión política para flexibilizar los criterios crediticios, particularmente para ayudar a los más pobres, creó incentivos equivocados que alimentaron la burbuja inmobiliaria.
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El libro destaca cómo la política de bajas tasas de interés de la Reserva Federal, encabezada por Alan Greenspan y más tarde Ben Bernanke, junto con medidas como exigir a las agencias hipotecarias que compraran más préstamos para personas de bajos ingresos, crearon un entorno propicio para una toma excesiva de riesgos. La presión para aumentar la oferta de viviendas asequibles condujo a una expansión del crédito, que a su vez infló la burbuja inmobiliaria.
La falacia de la sobrerregulación
La respuesta a la crisis fue más intervención y regulación, lo que sólo perpetuó la ciclo intervencionista. La idea de que el mercado es el problema y la regulación es la solución ignora la complejidad de los mercados y la capacidad del libre mercado para autorregularse. El enfoque keynesiano, que aboga por la intervención gubernamental para corregir las fallas del mercado, no tiene en cuenta que la intervención puede crear nuevos problemas y distorsiones.
El ejemplo del Plan Cruzado de los años 80, que congeló los precios y tabuló la carne, ilustra cómo la intervención gubernamental puede generar efectos indeseables. La medida provocó una escasez de carne en los supermercados, ya que los productores no tenían incentivos para producir a un precio controlado. La respuesta del gobierno fue intensificar la represión, con operaciones de confiscación de ganado, en lugar de permitir que el mercado se autorregulara.
El liberalismo económico y la búsqueda de altos intereses
La economía liberal, basada en la idea de Adam Smith de que la búsqueda de altos intereses puede conducir a la riqueza de las naciones, a menudo se malinterpreta. La noción de que el mercado está impulsado por el interés propio y la codicia ignora la complejidad de la toma de decisiones económicas y la importancia de la cooperación y el espíritu empresarial.
El liberalismo económico defiende la libertad individual y la autorregulación del mercado, argumentando que la intervención gubernamental puede crear más problemas de los que resuelve. La crisis de 2008 es un ejemplo de cómo una intervención y una regulación excesivas pueden tener consecuencias no deseadas. Al comprender mejor cómo funcionan la economía y los mercados, podemos promover políticas que fomenten la libertad y la autorregulación, en lugar de perpetuar el ciclo intervencionista.
fuente: ©️ Creadores de Mercado