Brasil pierde su posición como principal destino de las inversiones chinas en América Latina, cayendo ahora a la cuarta posición. Con la reducción de las grandes contribuciones, la atención se centró en proyectos más pequeños y energías renovables.
La época dorada de las inversiones chinas en Brasil puede estar llegando a su fin. Durante casi una década, el Brasil fue el destino preferido de las contribuciones chinas a América Latina. Sin embargo, el escenario actual sugiere un cambio significativo.
El país que alguna vez lideró los rankings de inversión ha caído al cuarto lugar en los últimos cinco años, detrás de Chile, Perú y México.
¿Qué hay detrás de este cambio drástico y cuáles son los impactos futuros para Brasil? Continúe leyendo para descubrir la nueva realidad de las inversiones chinas en la región.
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La caída en el ranking
Según el informe “Inversiones chinas en Brasil 2023 – Nuevas tendencias en energía verde y asociaciones sostenibles”, elaborado por el Consejo Empresarial Brasil-China (CEBC), Brasil, que alguna vez fue el principal destino de las inversiones chinas en América Latina, cayó a cuarta posición.
El año pasado, el país recibió 1,73 millones de dólares (aproximadamente 10 millones de reales), un aumento del 33% en comparación con 2022, pero sigue siendo el segundo monto más bajo registrado desde 2009.
Perú lideró en 2023, atrayendo la impresionante cantidad de 3 mil millones de dólares. La caída de Brasil refleja una tendencia más amplia: las inversiones de China en América Latina están disminuyendo.
Un informe del grupo de expertos estadounidense Diálogo Interamericano revela que las contribuciones chinas a la región se desplomaron de un promedio de 14,2 millones de dólares entre 2010 y 2019 a solo 6,4 millones de dólares en 2022.
Cambios estructurales en el foco de las inversiones
Pese a esta caída, los expertos creen que no se trata de una falta de interés por parte de China, sino de “cambios estructurales”.
A BBC Noticias Brasil Escuché a expertos que explican que las empresas chinas están dirigiendo sus inversiones hacia proyectos más pequeños, como energías renovables y vehículos eléctricos, en línea con los planes de desarrollo de Beijing.
El enfoque en proyectos financieros de menor escala no significa el fin de las grandes inversiones chinas en la región.
En algunos países aún están surgiendo proyectos significativos en las áreas de energía, minería e infraestructura tradicional, dice Tulio Cariello, autor del informe del CEBC y director de contenidos e investigaciones de la entidad.
Cariello también destaca que, aunque el número de proyectos chinos en Brasil haya disminuido, el porcentaje de proyectos realizados aumentó del 27% al 88% entre 2022 y 2023.
Brasil sigue siendo el tercer destino de proyectos chinos desde el inicio de la serie histórica en 2007.
La nueva fase de las inversiones
Jorge Heine, exministro de Bienes Nacionales de Chile y exembajador de Chile en Beijing, actualmente profesor de la Universidad de Boston, destaca que las inversiones chinas en América Latina pasaron por tres fases principales. Inicialmente, se centraron en materias primas como la minería y el petróleo.
Luego hubo una ola de inversión en infraestructura, especialmente en Chile y Argentina. Actualmente, el énfasis está en las energías renovables, con énfasis en el litio.
Heine destaca que proyectos significativos incluyen la adquisición de fábricas de vehículos eléctricos en Brasil y las inversiones en energía por parte de State Grid. Estas inversiones no sólo satisfacen las necesidades de desarrollo de la región sino que también representan una colaboración positiva con China.
La competencia regional
Si bien Brasil sigue siendo el principal destino de las inversiones chinas en América Latina, representando el 39% del total desde 2003, su liderazgo ha sido cuestionado por otros países.
Chile, por ejemplo, surgió como el principal destino de la inversión china en la región después de 2016, con grandes contribuciones a la exploración de litio.
Perú también ha atraído inversiones sustanciales en el sector minero, y México se ha destacado en tecnología de la información y manufactura de alta gama.
Perú y Chile se sumaron a la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2015 y 2018, respectivamente, mientras que Brasil y México no participan en este proyecto de desarrollo chino.
Oportunidades futuras
Los expertos creen que el crecimiento de las inversiones chinas en “nuevas infraestructuras” representa una gran oportunidad para Brasil, especialmente en sectores vinculados a la transición energética.
La presencia de empresas como BYD y Great Wall, que se están apoderando de las fábricas de vehículos eléctricos en Brasil, es una señal positiva para el futuro.
Con una tasa de ahorro de alrededor del 40% del PIB, China tiene un volumen importante de capital que busca buenas oportunidades de rentabilidad.
Con tasas de retorno decrecientes dentro de China y restricciones impuestas por Estados Unidos y Europa, este capital se está trasladando al Sur Global, beneficiando a los países de la región.
Brasil, con su matriz de energía limpia, reservas minerales críticas y otras ventajas comparativas, puede destacarse como un socio importante para China.
Si logra colaborar con China en la transición hacia la energía verde, esto podría ser sumamente positivo para el país.
Y ahora, ¿qué opinas de este cambio de escenario inversor? ¿Ha llegado realmente a su fin la era de las megainversiones de China en Brasil, o el país aún puede recuperar su posición destacada? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!