Si alguna vez ha conducido por una carretera de tierra en Brasil, sabe que es como participar en una aventura radical, llena de emociones y sorpresas (léase: hoyos, polvo y barro).
Si alguna vez ha conducido por una carretera sin pavimentar en Brasil, sabrá que el escenario parece una mala broma. Entre baches, polvo y barro, el país tiene una gigantesca red de carreteras, pero con un detalle molesto: ¡sólo el 12% de las carreteras están pavimentadas! Pero ¿cómo es posible que un país de dimensiones continentales tenga unas infraestructuras tan precarias?
¿Por qué tantas carreteras en Brasil están sin pavimentar?
La BR-230, que atraviesa el Nordeste y el Norte de Brasil, es sólo una de las muchas carreteras que adolecen de falta de asfalto. Esta carretera sin asfaltar es un ejemplo clásico de lo que miles de kilómetros de las carreteras brasileñas. El problema, sin embargo, va más allá de la simple falta de pavimentación. Pese a que, durante el gobierno de Bolsonaro, un tramo fue pavimentado. Sin embargo, la carretera tiene más de 4 mil kilómetros de longitud.
El Ministerio de Transportes anunció recientemente una inversión de 1,7 millones de reales para recuperar y construir 860 kilómetros de carreteras en abril de 2023. Minas Gerais, por ejemplo, ya inició obras de recuperación en el Triângulo Mineiro y Alto Paranaíba. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la red vial brasileña sigue siendo un desafío monumental.
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La red vial brasileña y sus desafíos
O Brasil tiene la cuarta red de carreteras del mundo, con más de 1,7 millones de kilómetros de carreteras. sin embargo, el La gran mayoría de estas carreteras siguen sin pavimentar., con sólo el 12% de ellos pavimentados. Y, de los que cuentan con pavimento, alrededor del 66% se consideran de regular, mala o muy mala calidad.
Esta realidad hace que muchas carreteras que deberían ser vías de transporte eficaces acaben generando más problemas que soluciones. El transporte de carga, que representa el 62% de la logística nacional, depende principalmente de las carreteras. La mala calidad de las carreteras provoca daños a los vehículos, mayores costes de mantenimiento y retrasos importantes en el transporte de mercancías y pasajeros.
La historia detrás del caos en las carreteras
Desde la época de la República, el Brasil priorizó el transporte por carreteras, en detrimento de alternativas como ferrocarriles y vías navegables. Esta elección, combinada con una gestión pública marcada por la corrupción y la falta de planificación, llevó a un escenario en el que la red vial es gigantesca, pero insuficiente.
En los últimos años, la inversión en infraestructura vial ha caído drásticamente. En 2021, el gobierno invirtió 5,8 millones de reales en carreteras, apenas el 0,07% del PIB, el monto más bajo desde 2006. Esta cifra es aún más alarmante si se compara con los R$ 20 mil millones invertidos en 2010 y 2011.. Es decir, la inversión en el sector cayó un 73% en poco más de una década.
Comparación con otros países
Si comparamos a Brasil con otras naciones, la situación se vuelve aún más dramática. En Estados Unidos, por ejemplo, más del 75% de las carreteras están pavimentadas. China ya tiene alrededor del 88% de su red de carreteras pavimentada. Incluso India, que tiene una vasta red de caminos rurales, logra pavimentar el 67% de sus caminos. Mientras tanto, Brasil está luchando con sus carreteras sin pavimentar, lo que aumenta los costos de transporte y encarece los productos.
¿Hasta cuándo Brasil seguirá teniendo tantas carreteras sin pavimentar?
A pesar de los recientes anuncios de inversión, es difícil predecir si las promesas se harán realidad. La corrupción, la mala gestión de los recursos y la falta de mantenimiento siguen siendo barreras importantes. Además, el tamaño continental del país hace que la tarea de pavimentar y mantener todas las carreteras sea un desafío logístico y financiero de grandes proporciones.
Mientras países como Francia, Estados Unidos y China avanzan con infraestructuras sólidas y bien mantenidas, la Brasil aún enfrenta agujeros por falta de planificación e inversión. Con una red vial tan extensa y poca pavimentación, la pregunta sigue siendo: ¿cuánto tiempo más Brasil tendrá tantas carreteras sin pavimentar?