Una batalla legal que podría sacudir los cimientos del agronegocio brasileño: un profesor de la USP presenta una sorprendente demanda que amenaza con paralizar las operaciones de grandes empresas como Raízen, BP Bunge Bioenergia, BrasilAgro, entre otras.
Pero el impacto de esta medida podría ser incluso más profundo de lo imaginado, poniendo potencialmente en riesgo a más de 100 mil empleos a campo traviesa. Lo que está en juego aquí es mucho más que cuestiones jurídicas: es el futuro de una parte importante de la economía nacional.
Segundo o periódico Folha de S. Paulo, Rodrigo Monteferrante Ricupero, profesor del Departamento de Historia de la USP, inició un una serie de acciones populares contra estos gigantes del sector sucroenergético y agroindustrial, alegando que las empresas en cuestión no siguieron las regulaciones necesarias para la adquisición y uso de tierras rurales por parte de empresas con participación extranjera.
Según Ricupero, estas operaciones debieron ser sometidas a análisis por parte del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) o del Congreso Nacional, como lo exige la ley. Solicita, entre otras cosas, la suspensión de los acuerdos ya firmados.
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El impacto económico y social
Estas empresas representan una fuerza laboral colosal en Brasil. EL Raízen, por ejemplo, es responsable de más de 40 mil puestos de trabajo. A BP Bunge Bioenergía, que nació de la fusión entre BP y Bunge, emplea alrededor de 13 mil personas directa e indirectamente.
A pulsera, gigante de la producción de celulosa, sostiene 25 mil trabajadores, con 11 mil en empleos directos. SLC Agrícola y BrasilAgro juntos también emplean a más de 30 mil empleados. Detener estas operaciones podría provocar un efecto dominó devastador, impactando a miles de familias y comunidades en todo el país.
Los juicios en detalle
Hasta el momento, cuatro de las acciones de Ricupero se encuentran en el Tribunal Federal de São Paulo, siendo los principales objetivos BP Bunge Bioenergia, Bracell, BrasilAgro y Raízen. Una quinta demanda fue presentada en Rio Grande do Sul, dirigida contra SLC Agrícola. En una de las acciones, el juez federal Paulo Cezar Neves Junior ya ordenó al Incra y al Sindicato responder en un plazo de 15 días.
De aceptarse el pedido del profesor de la USP, prácticamente podría paralizar las operaciones de estas empresas, suspendiendo las actividades de las administradoras extranjeras y la distribución de dividendos a los accionistas fuera del país.
Profesor de la USP y su argumento a favor de la soberanía nacional
Según Noirma Murad, abogada que representa a Ricupero, El caso es una cuestión de soberanía nacional. "Nadie está en contra de los extranjeros, pero hay que respetar la ley", dijo en una entrevista.
La preocupación del profesor de la USP radica en la necesidad de proteger el control de las tierras brasileñas, cuestión que ha sido intensamente debatida desde el cambio de entendimiento jurídico en 2010, que limitó la compra y el arrendamiento de tierras por parte de empresas extranjeras.
Ricupero no es ajeno a los tribunales. Según los registros, está involucrado en más de 750 procesos, en muchos de ellos participaron ayuntamientos y políticos destacados como Fernando Henrique Cardoso y Aloizio Mercadante.
Sus recientes acciones populares reflejan una creciente presión sobre la estricta aplicación de la ley que regula la propiedad y el uso de la tierra rural en Brasil., especialmente en un escenario donde la influencia extranjera sigue creciendo.
El futuro de las operaciones de los gigantes agrícolas
Raízen, BP Bunge Bioenergia, Bracell, BrasilAgro y SLC Agrícola no son sólo pilares del sector agrícola y sucroenergético, sino también motores económicos que sustentan decenas de miles de puestos de trabajo y contribuyen significativamente a la economía del país.
La interrupción de sus actividades por el conflicto legal sugerido por el profesor de la USP podría tener consecuencias alarmantes. Hasta ahora, las empresas han guardado silencio o han declarado que operan dentro de la ley, a la espera de novedades legales para determinar sus próximos pasos.
Extraño informe. ¿Por qué fue necesario acudir a los tribunales para que se reconociera el problema? Los empleos no están amenazados. Lo que está amenazada es la soberanía nacional. En ningún otro país del mundo las empresas extranjeras controlan con tanta fuerza la producción agrícola.
Nuestra agroindustria es incompetente para mantener el control financiero del negocio,
Nuestros agricultores renunciaron a sus tierras por precios elevados, pero existe una obligación social de poseer tierras. Es necesario estar atento a las necesidades del país, de sus ciudadanos. Las empresas extranjeras sólo tienen como objetivo explorar recursos y deben respetar la soberanía nacional. El poder económico por sí solo no puede controlar la capacidad agrícola. El monocultivo no satisface el hambre brasileña. Éste es el gran problema que Brasil necesita resolver. Nuestros ciudadanos necesitan producir alimentos, generar empleos y tecnologías que garanticen el sustento de todos los brasileños y no sólo hacer millonarios a algunos y condenar a otros a la pobreza. 108 mil empleos no justifican el hambre de millones.