El USS Abraham Lincoln, un portaaviones de la Armada estadounidense, hace historia cuando visita Port Klang después de más de una década, fortaleciendo las asociaciones en la región y llamando la atención de China.
El portaaviones de la Armada estadounidense USS Abraham Lincoln (CVN-72) atracó en Port Klang, Malasia, marcando la primera visita de un buque de este tipo al país desde 2012. La llegada no solo refuerza los lazos entre Estados Unidos y Malasia, sino que también envía un mensaje claro a la región, incluida China, sobre la presencia estratégica estadounidense en el sudeste asiático.
La histórica visita, la segunda escala programada del portaaviones en su misión de 2024, fue celebrada por el embajador de Estados Unidos en Malasia, Edgard D. Kagan. “Esta escala reafirma la importancia de Malasia para Estados Unidos. Destaca nuestro compromiso con la estabilidad regional y la soberanía de Malasia”, dijo Kagan. Con más de 4.200 marineros y marines a bordo, la presencia del portaaviones de la Armada estadounidense también promete fortalecer las relaciones culturales y económicas entre los países.
Un movimiento con mensajes estratégicos
La visita del USS Abraham Lincoln no es sólo un evento diplomático, sino también una declaración geopolítica. En 2012, cuando el USS George Washington atracó en el mismo puerto, el evento fue visto como una forma de recordar a China la influencia estadounidense en la región, especialmente cerca de las disputadas Islas Spratly.
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Ahora, más de una década después, la presencia de otro portaaviones de la Armada estadounidense reaviva este simbolismo, incluso después de una historia de tensiones y escándalos relacionados con las operaciones en la terminal de cruceros de Port Klang.
La terminal, anteriormente operada por Glenn Defense Marine Asia, fue escenario de uno de los mayores escándalos de corrupción en la historia de la Marina estadounidense, liderado por Leonard “Fat Leonard” Francis. A pesar del pasado turbulento, la elección del lugar esta vez refleja un intento de superar el estigma y reforzar la confianza entre los dos países.
Presiones regionales y respuesta estratégica
Aunque el portaaviones atracó en Malasia, los informes sugieren que la Base Naval Changi de Singapur fue inicialmente la preferencia. Sin embargo, los desafíos logísticos obligaron a un cambio de planes, lo que resultó en la escala en el puerto de Klang. Este desvío, dicho sea de paso, podría tener un impacto aún mayor, simbolizando un acercamiento con Malasia y, al mismo tiempo, una reafirmación del compromiso de Estados Unidos con la seguridad en el patio trasero de China.
Fuentes de Defensa señalaron que la medida estratégica también ayuda a disipar los restos del escándalo de corrupción en la terminal portuaria y fortalece la narrativa de que Estados Unidos continúa invirtiendo en la estabilidad de la región, mientras mantiene a China bajo vigilancia.
Presencia poderosa y compleja
Detener un buque de 97 toneladas como el USS Abraham Lincoln requiere algo más que planificación logística. Es un acto simbólico que proyecta poder militar y político, especialmente en un momento en el que Asia sigue siendo escenario de tensiones globales. Al atracar en el sudeste asiático, el portaaviones de la Armada estadounidense refuerza las alianzas y envía un mensaje claro: Estados Unidos está dispuesto a defender sus intereses en el patio trasero de China, sin dudarlo.
¡¡Sería interesante tener una política de consenso entre los países del planeta para buscar el liderazgo internacional entre los potenciales por un período de tiempo determinado, y así, una vez pasado el tiempo, se alcance un nuevo consenso!! Sin duda, todo el mundo se beneficiaría sin las guerras.
La codicia humana no permite la posibilidad de la paz, excepto la paz de los cementerios. China, por ejemplo, quiere dominar el mundo a toda costa. El final de esto ya lo sabe todo el mundo.