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El granelero São Luiz que chocó en el famoso puente que une los municipios de Río de Janeiro y Niterói se encontraba en completo estado de abandono, al igual que otras embarcaciones en la propia Bahía de Guanabara.
El buque São Luiz estaba anclado en un área cercana al puente Rio-Niterói desde el 7 de abril de 2016, anunciando que una tragedia podría ocurrir en cualquier momento. El barco tiene 200 metros de eslora, más de 30 metros de manga y tiene capacidad para transportar 42 toneladas de grano en operación. Aún teniendo un ancla de 7,5 toneladas, no resistió los fuertes vientos de la tarde del pasado lunes (14), quedando a la deriva hasta chocar con la estructura del puente. El caso revive una vieja discusión: los barcos abandonados en la bahía de Guanabara causan daños ambientales y convierten la zona en un verdadero cementerio naval.
Entre los municipios de Niterói y São Gonçalo se encuentra el Canal de São Lourenço. El área, que es parte de la Bahía de Guanabara, tiene cientos de barcos abandonados y naufragios oxidados. Algunas acumulan petróleo y otros materiales contaminantes que atentan contra la biodiversidad. Se desconoce el número exacto de embarcaciones, ya que hay más en el fondo del agua. Todo ello contribuyendo a un pasivo ambiental de más de 30 años. El mismo problema se nota en Gradim, en São Gonçalo y en tramos de Caju, Ilha do Fundão; alrededor de Ilha do Governador y en el Canal do Cunha.
Varios de estos barcos abandonados en este enorme cementerio naval de potencial daño ambiental son objeto de juicios y están a la espera de ser subastados. De acuerdo a Movimiento Bahía Viva, nunca se ha hecho un estudio para saber cuántas embarcaciones olvidadas hay en la zona. En un comunicado difundido, los ambientalistas de la ONG señalan que desde 1984 alertan a las autoridades públicas federales y estatales sobre el riesgo de desastres ambientales en las aguas de la Bahía de Guanabara debido a la presencia de una gran cantidad de embarcaciones que se encuentran abandonadas desde hace años o que se hunden (si no fueran suficientes las toneladas de aguas negras que se vierten diariamente).
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Durante este tiempo, existe un gran riesgo de fugas de petróleo, otras sustancias químicas y metales pesados de estas embarcaciones que se pudren en el fondo de la Bahía o que se anclan de manera precaria e insegura en el espejo de agua, sin que se les realice la debida inspección periódica. por las agencias ambientales Instituto Estadual do Ambiente – INEA o IBAMA, ni siquiera por la Autoridad Portuaria.
Extracto de la nota del Movimiento Baía Viva
Buque que colisionó en el puente Rio-Niterói espera proceso judicial desde hace 6 años
El barco fantasma que chocó contra el puente Rio-Niterói en la Bahía de Guanabara es sujeto del proceso legal desde 2016. El granelero São Luiz está fuera de operación como resultado de un proceso de quiebra en el Tribunal Federal de Río de Janeiro. La embarcación era propiedad de la extinta empresa Navegações Mansur.
Cuando se declaró en quiebra, la empresa propietaria del barco ya había enajenado casi todas sus propiedades, quedando sólo el barco São Luiz, que estaba en litigio con el BNDES, acreedor de la empresa. Indústrias Reunidas Caneco SA fue la destinataria de los fondos que Navegações Mansur tomó prestados del BNDES.
Se estima que el barco São Luiz tiene un valor estimado de R$ 156 millones, ya que un kilo de chatarra suele tener un precio aproximado de R$ 1.
lo que dicen las citas
La Marina informa que abrió una investigación para determinar las causas del accidente que cerró el puente Rio-Niterói por más de tres horas, con repercusiones en importantes vías de ambas ciudades.
El Instituto Estatal del Medio Ambiente (Inea) informó que la inspección de las embarcaciones es responsabilidad de la Autoridad Portuaria y que el organismo sólo se activa cuando se constata daño ambiental.
La Autoridad Portuaria informó que realiza diariamente actividades de inspección naval, verificando los estándares de seguridad para la navegación y la prevención de la contaminación del agua.
