En apenas unas décadas, Arabia Saudita ha pasado de tener una economía basada en la peregrinación religiosa a ser uno de los países con mayor peso económico a nivel mundial. La transformación comenzó tras el descubrimiento de petróleo a finales de la década de 1930, un acontecimiento que cambió para siempre la trayectoria del país ubicado en la Península Arábiga.
El descubrimiento de petróleo en Arabia Saudita en 1938 marcó el inicio de una transformación económica sin precedentes en Oriente Medio. Hasta entonces, el país era una monarquía joven, con recursos limitados y una economía sustentada básicamente por las peregrinaciones religiosas a La Meca y Medina. Con la entrada del petróleo en la ecuación, el árido territorio se convirtió en uno de los mayores productores de energía del mundo y, en pocas décadas, en una de las mayores economías del planeta.
Arabia Saudita utilizó los ingresos obtenidos por la exportación del recurso para modernizar su infraestructura, crear ciudades, fortalecer sus instituciones y ejercer influencia geopolítica a escala global. La trayectoria del país desde las primeras perforaciones hasta consolidarse como una de las naciones más ricas del mundo revela cómo un solo recurso natural puede alterar profundamente el destino de una nación.
Arabia Saudita: De desierto a potencia energética
Hasta principios del siglo XX, la economía de Arabia Saudita se centraba en las actividades de subsistencia y en el movimiento anual de creyentes musulmanes a La Meca y Medina. La fundación del reino, en 1932, se produjo en un escenario de bajos ingresos estatales y poca infraestructura. En 1933, el gobierno saudí firmó un acuerdo con una compañía estadounidense, la Standard Oil Company de California, para iniciar la exploración petrolera en el territorio.
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Después de cinco años de prospección, el 3 de marzo de 1938 se encontró petróleo en el pozo Dammam No. 7. El descubrimiento marcó el inicio de la exploración comercial del recurso natural e inauguró una nueva etapa para el país.
Formación de Saudi Aramco
La exploración inicial fue realizada por empresas extranjeras, que operaron con autorización del gobierno saudí. La empresa responsable de las operaciones evolucionó hasta convertirse en la Arabian American Oil Company, que más tarde se conocería como Saudi Aramco. Con el crecimiento de la producción y el aumento de las exportaciones, el petróleo comenzó a generar ingresos importantes para el Estado.
En los años siguientes, Arabia Saudita comenzó a aumentar su participación en la compañía, hasta asumir el control total de Saudi Aramco en 1980. La nacionalización de la compañía garantizó al país el control sobre sus recursos y el destino de los beneficios obtenidos de la producción y venta de petróleo.
La expansión económica y la infraestructura de Arabia Saudita
Con los ingresos generados por el petróleo, Arabia Saudita invirtió en infraestructura básica, construyendo ciudades, hospitales, escuelas y carreteras. Regiones como Riad y Yeda se modernizaron con recursos del sector energético. El gobierno también financió programas sociales, creó empleos y promovió políticas de urbanización a gran escala.
Estas inversiones han posicionado a Arabia Saudita como una de las naciones más ricas del mundo, siendo el petróleo el principal motor económico durante décadas. La riqueza acumulada permitió al país crear fondos soberanos y adquirir activos en el extranjero.
Papel en la OPEP y la geopolítica global
La importancia de Arabia Saudita en la escena energética internacional ha crecido rápidamente. El país se convirtió en miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), participando activamente en las decisiones sobre cuotas de producción y control del suministro global.
Además de su papel en el mercado, Arabia Saudita ha ganado relevancia en las relaciones internacionales, manteniendo alianzas estratégicas con naciones importadoras e influyendo en decisiones políticas relacionadas con la seguridad energética.
Visión 2030 y la diversificación económica
La fuerte dependencia del petróleo llevó al gobierno saudí a lanzar el programa Visión 2016 en 2030. El plan busca diversificar la economía fomentando sectores como el turismo, la tecnología, la minería y las energías renovables. El objetivo es reducir la dependencia de las exportaciones de petróleo y crear nuevas fuentes de ingresos.
Entre los proyectos en curso se encuentra el Construcción de Neom, una ciudad planificada en el noroeste del país, con foco en la innovación tecnológica. La iniciativa utiliza recursos del petróleo para financiar la estructura de la futura metrópoli.
Transición energética y nuevas inversiones
Aunque el petróleo sigue siendo la principal fuente de ingresos, Arabia Saudita ha comenzado a invertir en otras fuentes de energía. Se están desarrollando proyectos de energía solar y eólica, así como iniciativas orientadas a la producción de hidrógeno y al uso de tecnologías de captura de carbono.
La intención declarada es adaptar el modelo económico del país a las transformaciones globales en el sector energético, manteniendo su posición de liderazgo y ampliando sus áreas de actuación.
El descubrimiento de petróleo en 1938 fue el punto de partida de la transformación económica de Arabia Saudita. De un territorio desértico y de bajos ingresos, el país ha pasado a ser una de las naciones más ricas del mundo, con un papel central en la geopolítica y en el mercado energético global. Incluso con los nuevos planes de diversificación, el petróleo sigue siendo un elemento esencial para sostener la economía saudí.