Un antiguo templo de 2.000 años encontrado sumergido frente a la costa italiana revela secretos históricos
Recientemente, cerca de Nápoles, Italia, los arqueólogos hicieron un descubrimiento sorprendente: un templo nabateo de 2.000 años de antigüedad frente a la costa de Pozzuoli, la antigua ciudad romana de Puteoli.
Este descubrimiento añade un capítulo valioso a la historia de la civilización nabatea, una cultura reconocida por los monumentos excavados en la roca de Petra, Jordania.
Contrariamente a lo esperado, los nabateos dejaron su huella en Pozzuoli con un templo que, aunque construido en estilo arquitectónico romano, estaba dedicado a Dushara, el dios supremo nabateo.
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Esta mezcla de influencias arquitectónicas y religiosas abre nuevas perspectivas sobre los intercambios culturales entre civilizaciones.
Proyecto “Entre tierra y mar”
Las excavaciones forman parte del proyecto “Entre tierra y mar”, una colaboración entre el Ministerio de Cultura italiano y la Universidad de Campania. El proyecto se centra en la lama Puteolana, una extensión de estructuras romanas sumergidas que formaban parte del antiguo puerto de Puteoli.
El puerto de Puteoli fue un importante punto de entrada para mercancías procedentes de Egipto y el norte de África, con una infraestructura que incluía amplios almacenes y sofisticados edificios. Debido a la actividad volcánica, estas estructuras quedaron sumergidas, preservando lo que quedó debajo del marzo.
En 2023, mientras documentaban el puerto sumergido, los arqueólogos identificaron el santuario nabateo. La arquitectura nabatea suele estar restringida al Medio Oriente, lo que hace que el descubrimiento en Pozzuoli sea una sorpresa arqueológica.
Descripción del templo
El investigador Michele Stefanile y su equipo utilizaron estudios fotogramétricos para reconstruir la arquitectura del templo, revelando dos salas alineadas y altares de mármol.
Cada altar llevaba la inscripción "Dusari sacrum", que en latín significa "consagrado a Dushara", lo que confirma el propósito del sitio como santuario nabateo.
En la Sala A, dos altares de mármol se alinean en la pared sur. Uno de ellos, con ocho espacios empotrados, probablemente contenía betils, piedras sagradas que simbolizaban deidades.
Esta práctica religiosa nabatea estuvo marcada por la ausencia de representaciones antropomorfas, lo que permitió una veneración única a Dushara.
Modificaciones y propósitos rituales
En la Sala B, los arqueólogos encontraron un pedestal de hormigón cubierto con cocciopesto, un mortero romano impermeable. La estructura indica que el templo sufrió modificaciones, como la adición de una pila ritual.
Se cree que esta zona pudo haber sido utilizada para ofrendas o purificaciones, lo que refuerza la importancia del templo como lugar de devoción nabatea.
Integración nabatea en Puteoli
El descubrimiento también ofrece una visión de la vida de los comerciantes nabateos en Puteoli, especialmente durante el reinado de Augusto (31 a. C. al 14 d. C.). En ese momento, Roma fomentó la libertad económica de sus aliados, lo que permitió a los nabateos prosperar en la sociedad romana.
Los comerciantes nabateos de Puteoli se beneficiaron de la vasta red comercial de Roma, comercializando especias y seda del Océano Índico.
El templo fue construido con materiales locales como piedras de toba y mármol de Luni, un recurso costoso y probablemente importado, lo que refleja el deseo de integración y comunicación cultural.
Transformaciones en el templo
Con la conquista del Reino Nabateo por parte de Trajano en el año 106 d.C., la región fue absorbida por la provincia romana de Arabia Petraea. Este evento disminuyó la autonomía económica de los nabateos, marcando el comienzo de un cambio en las relaciones comerciales.
A principios del siglo II d.C. el templo se conservó con hormigón y otros materiales. Este acto demuestra el respeto romano por los lugares sagrados que, en lugar de ser destruidos, a menudo eran sellados o enterrados.
Patrimonio cultural y fusión de tradiciones
La presencia nabatea en Puteoli representa un momento significativo de fusión cultural y prosperidad económica. Las excavaciones, que continuarán hasta 2024, prometen revelar aún más sobre el templo y sus conexiones con la cultura nabatea.
El santuario sumergido en Pozzuoli no sólo destaca la adaptación de los nabateos a las costumbres romanas, sino también su capacidad de recuperación para preservar sus tradiciones. La decisión de construir un templo en el corazón del comercio romano revela el compromiso de la comunidad nabatea con su patrimonio cultural.
Un legado que renace
Este descubrimiento en el Golfo de Pozzuoli preserva la memoria de una civilización que unió los mundos oriental y occidental, dejando un legado que surgió literalmente de las profundidades.