Los investigadores descubren bacterias que “comen” plástico y podrían ser clave para combatir la contaminación ambiental. El estudio de la Universidad Northwestern se centró en la bacteria Comamonas testosteroni, que se encuentra en las aguas residuales y que es capaz de descomponer plásticos comunes como el PET.
¿Sabías que algunas bacterias de las aguas residuales pueden “comer” plástico? ¡Así es! Recientemente, un estudio de la Universidad Northwestern reveló un descubrimiento increíble: una familia de bacterias llamada Comamondaceae, presente en ambientes como ríos urbanos y sistemas de tratamiento de aguas residuales, es capaz de degradar el plástico y utilizarlo como alimento. Estas “bacterias devoradoras de plástico” están abriendo nuevas posibilidades para combatir la contaminación ambiental, especialmente la contaminación plástica que afecta a nuestros mares y ríos.
El estudio se centró en la bacteria Comamonas testosteroni, que descompone los plásticos comunes, como el PET (utilizado en botellas y envases), en pequeñas partículas, convirtiendo el plástico en una fuente de carbono que impulsa su crecimiento. Entendamos mejor cómo estas bacterias de aguas residuales están cambiando la forma en que vemos los desechos plásticos y el impacto positivo que pueden tener en la naturaleza.
¿Cómo consiguen estas bacterias comerse el plástico?
La primera pregunta que nos viene a la cabeza es: ¿cómo consiguen estas bacterias “comerse” el plástico? Básicamente, el proceso se divide en tres pasos. Primero, las bacterias comienzan a descomponer el plástico en trozos muy pequeños, conocidos como nanoplásticos. Luego secretan una enzima especial que puede descomponer aún más estas partículas. Y lo que eran residuos de plástico se convierte en alimento: las bacterias utilizan los átomos de carbono del plástico para crecer y reproducirse.
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Este descubrimiento supone un gran paso adelante en la lucha contra la contaminación ambiental. La investigadora Ludmilla Aristilde, quien dirigió el estudio, explica que esta capacidad de las bacterias se puede optimizar para desarrollar nuevas soluciones de limpieza ambiental. Imagínese: ¡usar estas bacterias que se alimentan de plástico para limpiar los desechos en lugares donde la contaminación plástica es difícil de eliminar!
El impacto de la contaminación plástica y la importancia de las bacterias de las aguas residuales.
La contaminación plástica es una de las mayores problemas ambientales del mundo. Los plásticos, especialmente el PET, son extremadamente duraderos y prácticamente no se descomponen en el medio ambiente. Representan alrededor del 12% de todo el plástico utilizado a nivel mundial, y hasta el 50% de los microplásticos que encontramos en las aguas residuales están hechos de PET. Esto hace que los microplásticos abundan en los sistemas de tratamiento de agua y acaban escapando a ríos y océanos, dañando la fauna y, en consecuencia, el ecosistema.
Las bacterias de las aguas residuales juegan un papel fundamental en este proceso, ya que pueden actuar directamente en la descomposición de estos residuos. Como explicó Aristilde, muchos de estos nanoplásticos no llegan a las plantas de tratamiento en pequeñas partículas, sino que se forman durante el propio tratamiento del agua a través de la actividad bacteriana. Es decir, bacterias como la Comamonas testosteroni están, de hecho, transformando el plástico en trozos más pequeños, que acaban diseminándose por el ambiente.
¿Cómo se hizo el descubrimiento?
Para comprender cómo estas bacterias de aguas residuales interactúan con el plástico, el equipo de investigación Aristilde hizo una serie de experimentos. Cultivaron bacterias Comamonas en fragmentos de PET y observaron cómo la superficie del plástico cambiaba con el tiempo. Utilizando técnicas avanzadas de microscopía, pudieron ver cómo el plástico se fragmentaba en trozos cada vez más pequeños.
Los investigadores también analizaron el agua alrededor de las bacterias para confirmar la presencia de nanoplásticos, formados mientras las bacterias "masticaban" el PET. Dentro de las células bacterianas, los investigadores identificaron enzimas responsables de este proceso. Al neutralizar una de estas enzimas, observaron que la capacidad de las bacterias para degradar el plástico disminuía drásticamente, confirmando el papel esencial de esta proteína.
¿La clave para combatir la contaminación ambiental?
¿Qué representa este descubrimiento para el futuro de la lucha contra la contaminación ambiental? Demuestra que es posible desarrollar tecnologías basadas en bacterias que, de forma natural, ayuden a eliminar los residuos plásticos del medio ambiente. En el caso de las bacterias de las aguas residuales, ya sabemos que pueden transformar los plásticos PET en fuentes de carbono, que alimentan su metabolismo.
Pero lo que convierte a esta bacteria en un “aliado natural” es el hecho de que se alimenta de uno de los contaminantes más presentes en nuestra sociedad: el plástico. Si podemos optimizar el proceso, estas bacterias que comen plástico podrían aplicarse de manera eficiente a entornos naturales, como ríos y lagos, ayudando a reducir la cantidad de desechos que contaminan estas aguas.
Bacterias y biotecnología.
El uso de bacterias para resolver problemas medioambientales no es nuevo, pero el estudio muestra el potencial específico de las bacterias Comamonas en la lucha contra la contaminación plástica. Esto abre la puerta a la biotecnología en el tratamiento de residuos, un campo de investigación que podría transformar la forma en que limpiamos nuestros ríos y océanos.
La ingeniería ambiental lleva tiempo estudiando la posibilidad de crear sistemas de limpieza basados en organismos vivos, más baratos y sostenibles que los métodos convencionales de eliminación de residuos. Imaginemos plantas de tratamiento que, además de filtrar el agua, utilizan bacterias para reducir la cantidad de plástico presente en el sistema. Con ello, la biotecnología aplicada a combatir la contaminación ambiental se convierte en un aliado en la construcción de un futuro más sostenible.
Un descubrimiento que podría cambiar el planeta
Combatir la contaminación plástica es uno de los mayores desafíos globales. Los micro y nanoplásticos ya han llegado al aire, al agua e incluso a los alimentos que consumimos. El trabajo del equipo de Aristilde muestra que las bacterias pueden ser una herramienta viable para abordar este problema.
Si invertimos en el desarrollo de sistemas que utilicen estas bacterias de aguas residuales, podríamos tener una nueva forma de “limpiar” los plásticos del medio ambiente. No sólo estaremos reduciendo el impacto de la contaminación plástica en nuestras aguas, sino que también estaremos promoviendo un ciclo de reciclaje natural y eficiente. Y lo mejor: todo ello sin el uso de productos químicos nocivos.
soy completamente nuevo en el tema
Mi temor es que si esta bacteria come plástico, temo lo que podría hacerle a nuestro organismo, que es mucho más frágil que el plástico.
relaxe
Me hizo pensar en hacer enzimas a partir de estas bacterias, algo sencillo y utilizarlas para combatir el plástico, ¿cuál es la ventaja? Velocidad de 6 meses a 3 horas, ya veremos.
Sí, es muy importante alcanzar la biotecnología, es el futuro. Todo debe volver a la Naturaleza, a esta Madre Generosa. No podemos crear barreras, donde la Ciencia avanza