Las emisiones de gases de efecto invernadero se pueden reducir drásticamente hasta en un 80% en Brasil para 2050, si se adoptan medidas efectivas en el sector energético. Esta es la conclusión del informe “El futuro de la energía”, publicado recientemente por el Observatorio del Clima (OC).
Una de las principales recomendaciones del estudio apunta a la necesidad de transformar las ciudades brasileñas. El objetivo es reducir drásticamente emisiones de CO2 en el transporte de pasajeros. Según el Observatorio del Clima, Brasil puede reducir las emisiones de este sector de 102 millones de toneladas de CO2e (equivalente a dióxido de carbono) a sólo 16 millones de toneladas para 2050. Para lograrlo, serán necesarias inversiones en:
- Transporte público eléctrico: Ampliación de flotas de autobuses y metros eléctricos, reduciendo el uso de coches propulsados por combustibles fósiles.
- Ciudades compactas: Fomento del desarrollo urbano, con mayor proximidad entre lugares de trabajo y viviendas.
- Infraestructura ciclista: Ampliación de carriles bici y fomento del uso de la bicicleta como medio de transporte habitual.
Estos cambios, aunque desafiantes, tienen un gran potencial para transformar a Brasil en un modelo global de movilidad sostenible, al tiempo que mejoran la calidad de vida de la población.
Desafíos en el transporte de mercancías
A pesar de los avances esperados en el transporte de pasajeros, el sector de carga aún enfrenta grandes desafíos en la descarbonización. La electrificación de camiones pesados y semipesados es una tarea compleja debido al alto coste de las baterías, además de las largas distancias recorridas. El estudio advierte que soluciones innovadoras e inversiones en tecnologías alternativas, como combustibles más limpios, son esenciales para superar este obstáculo.
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- Alto coste de la electrificación: Actualmente, los camiones eléctricos tienen un coste inicial elevado, y el desarrollo de baterías de larga duración es otro reto a superar.
- distancias recorridas: Las grandes distancias de las carreteras brasileñas hacen más compleja y costosa la electrificación del transporte de mercancías.
Industria: una nueva era con combustibles limpios
Otro punto destacado del informe es la necesidad de una transición energética en la industria brasileña, que es uno de los mayores consumidores de energía del país. EL hidrógeno verde Se considera una de las principales soluciones para reducir las emisiones en sectores que consumen mucha energía, como la producción de acero y cemento.
- hidrogeno verde: Este combustible se produce mediante la electrólisis del agua, utilizando fuentes renovables, como la energía solar y eólica. Esto crea un ciclo de producción prácticamente libre de carbono.
- Otras formas de hidrógeno: Además del hidrógeno verde, otras tecnologías como la gasificación de biomasa y el reformado de biometano y etanol también pueden explorarse como opciones viables para la transición energética.
La industria brasileña, con estas nuevas tecnologías, no sólo puede reducir sus emisiones, sino también posicionarse como líder mundial en la producción de combustibles limpios.
Impactos sociales de la transición energética
El informe también enfatiza la importancia de garantizar una transición energética que sea justa y equitativa, protegiendo los derechos de las comunidades afectadas por los nuevos desarrollos. Se citaron, por ejemplo, varios casos de conflictos relacionados con proyectos de energía eólica en el Nordeste, donde las comunidades locales sufrieron impactos ambientales y sociales sin la debida compensación.
- Conflictos territoriales: Muchos proyectos de energía renovable, como los parques eólicos, se han instalado sin el debido respeto a las comunidades locales, lo que ha provocado descontento y problemas sociales.
- Impacto ambiental: Incluso las centrales hidroeléctricas, aunque se consideran energía limpia, causan daños al medio ambiente, como interrumpir la migración de peces, afectando la biodiversidad y las poblaciones que dependen de la pesca.
El estudio destaca que para una transición energética exitosa, es crucial garantizar que las comunidades y los trabajadores afectados estén adecuadamente protegidos.
La carrera por los metales críticos en minería
La transición energética también depende directamente de la extracción de minerales estratégicos, como el litio y el níquel, esenciales para la producción de baterías y otros equipos utilizados en tecnologías limpias, como los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas. Brasil tiene una posición privilegiada como proveedor de estos recursos, especialmente para países como China, que lidera la producción de equipos para la transición energética.
Sin embargo, esta exploración minera también trae importantes desafíos ambientales y sociales, como el impacto en las zonas indígenas y quilombolas, que ya han reportado problemas causados por la minería del litio, como la contaminación del agua y el aumento de la violencia.
- Minería y conflictos sociales: Desde 2020, el Observatorio de Conflictos Mineros en Brasil ha identificado más de 1.700 lugares en conflicto, siendo Minas Gerais y Pará los estados más afectados.
- Impacto sobre el agua y el suelo.: La extracción de estos minerales críticos puede resultar en la contaminación de los recursos naturales, impactando gravemente a las comunidades locales.
Un futuro sostenible es posible
El estudio del Observatorio del Clima deja claro que reducir las emisiones del sector energético hasta en un 80% para 2050 es un objetivo ambicioso pero alcanzable. Las transformaciones requeridas en los sectores del transporte, la industria y la minería son significativas, pero, si se implementan de manera integrada y sostenible, pueden posicionar a Brasil como líder en la transición hacia una economía baja en carbono.
Con el avance de las tecnologías limpias y un enfoque más consciente en el uso de los recursos naturales, Brasil tiene la oportunidad de equilibrar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente, asegurando un futuro más sostenible para las generaciones futuras.