Un innovador proyecto de filtro de detección de microplásticos, desarrollado por investigadores del Centro Nacional de Investigación en Energía y Materiales (CNPEM), llevó a Brasil a la cima del concurso iGEM, promovido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). El equipo ganó en la categoría Biorremediación, destacándose entre proyectos de todo el mundo con la creación de un filtro ecológico capaz de detectar y eliminar micro y nanoplásticos de los sistemas de filtración domésticos.
La solución, denominada BARBIE 4.0, combina biotecnología de vanguardia para combatir uno de los problemas emergentes en el ámbito medioambiental: la contaminación por microplásticos. El dispositivo galardonado por el MIT utiliza una matriz biológica basada en una proteína innovadora llamada BARBIE1, que vincula las proteínas que se unen al plástico con un biosensor para identificar estas pequeñas partículas en el agua. El éxito del filtro de detección de microplásticos refuerza la importancia de los avances en la investigación para hacer frente a la contaminación provocada por partículas de plástico que, con el tiempo, pueden acumularse en el cuerpo humano.
Cómo funciona el filtro detector de microplásticos con medalla de oro del MIT
Según Gabriela Persinoti, investigadora del CNPEM y responsable del proyecto, el filtro desarrollado aún está en fase de prueba, pero ya tiene un gran potencial. La tecnología consiste en la formación de un hidrogel a partir de la proteína BARBIE1, que puede unirse eficazmente a partículas microplásticas y nanoplásticas. Este hidrogel, al integrarse en filtros convencionales, es capaz de retener estas diminutas partículas que normalmente escaparían a los métodos de filtración tradicionales.
Persinoti explica que el dispositivo ganador del MIT está diseñado para acoplarse a filtros domésticos convencionales, actuando en dos etapas: primero, atrapa partículas más grandes y luego microplásticos y nanoplásticos. Este método, además de ser eficiente, facilita su aplicación en sistemas de filtración ya instalados en los hogares.
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Importancia y desafíos del proyecto.
La percepción de los riesgos que los microplásticos representan para la salud humana es relativamente nueva y Brasil aún no cuenta con regulaciones que determinen la cantidad máxima tolerada de microplásticos en el agua.
Este filtro de detección de microplásticos desarrollado por el CNPEM tiene como objetivo no sólo brindar una solución para eliminar estas partículas, sino también generar conciencia sobre la necesidad de crear regulaciones al respecto. Según Gabriela, el proyecto está “en la frontera del conocimiento”, llevando la discusión sobre la seguridad de los microplásticos en el agua potable al centro de atención de los organismos reguladores y de la comunidad científica.
Sin embargo, el investigador destaca que, aunque el proyecto ha recibido el reconocimiento del MIT, todavía hay un camino por recorrer hasta que la tecnología esté disponible comercialmente. “Aún necesitamos ampliar las pruebas con otros tipos de plástico, además del poliestireno, que es la base del poliestireno, para asegurar una mayor robustez del sistema”, dice Gabriela.
Origen y nombre del Proyecto BARBIE 4.0
El nombre BARBIE 4.0 es un acrónimo que representa la función del filtro de detección de microplásticos: Eliminación y biodetección de contaminantes acuáticos mediante bioingeniería a través de un ecofiltro integrado. El proyecto fue desarrollado en conjunto por investigadores del CNPEM, estudiantes de posgrado y pasantes de Ilum Escola de Ciência, consolidándose como una solución prometedora a problemas ambientales complejos.
El éxito del equipo brasileño en la competencia MIT iGEM destaca el avance de Brasil en tecnologías innovadoras de sostenibilidad y refleja el compromiso de investigadores con la creación de soluciones efectivas para proteger los recursos hídricos y la salud humana.