Con solo 10 cm y una potencia equivalente a una Game Boy, el satélite BEESAT-1 se perdió en 2013. Pero un estudiante alemán desafió las probabilidades, recuperó el control y devolvió la vida al pequeño nanosatélite, sorprendiendo al mundo de la ciencia espacial.
¿Alguna vez has imaginado perder algo valioso y tener la oportunidad de rescatarlo más de una década después? Ahora, imaginemos que ese algo es un satélite en órbita, girando a 27.000 km/h alrededor de la Tierra. Eso es exactamente lo que logró un estudiante alemán: resucitar BEESAT-1, un pequeño satélite que llevaba 12 años inutilizado. Esta historia es una mezcla de ciencia, determinación y genio.
Las fallas de los satélites son comunes; después de todo, el espacio es un entorno extremadamente hostil. La radiación, las temperaturas extremas y las colisiones son sólo algunos de los desafíos. En el caso del BEESAT-1, un nanosatélite de la Universidad Técnica de Berlín, el fallo parecía irreversible... hasta que un joven hacker decidió que merecía una segunda oportunidad.
La historia de BEESAT-1
BEESAT-1, lanzado en 2009, es un CubeSat 1U. Esto significa que mide sólo 10 x 10 x 10 cm, ¡el tamaño de una caja de zapatos! Pero a pesar de ser pequeño, era ambicioso: equipado con una cámara y una rueda de reacción, tenía potencial para misiones de observación y experimentos tecnológicos. ¿Tu poder de procesamiento? El equivalente a una Game Boy.
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Dos años después del lanzamiento, empezaron a surgir problemas. Primero, un controlador comenzó a enviar datos erróneos. El controlador de respaldo lo resolvió temporalmente, pero en 2013 el satélite dejó de funcionar por completo. Fue condenado a orbitar silenciosamente a 723 km de la Tierra durante al menos 20 años, sin cumplir su misión.
¿Una misión imposible?
Intentar recuperar un satélite de la órbita es como intentar encajar una pieza de un rompecabezas en un automóvil en movimiento. Con una ventana de comunicación de sólo 15 minutos por paso elevado y una velocidad absurda, el desafío parecía insuperable.
Pero un estudiante alemán, conocido como PistonMiner, vio esta misión imposible como un desafío irresistible. Fascinado por la alta órbita de BEESAT-1, decidió que necesitaba devolverle la vida, incluso si eso significaba reconstruir códigos antiguos y crear simulaciones funcionales.
Cómo el hacker devolvió la vida al satélite
Primero, PistonMiner analizó las pocas señales que aún emitía el satélite. Se dio cuenta de que los datos estaban corruptos, lo que indicaba un error de configuración, probablemente causado por un reinicio durante la escritura en la memoria.
Utilizando códigos antiguos y simulaciones realizadas con piezas de otros CubeSats, pudo crear parches de software. Dicho esto, reprogramó el satélite y corrigió los parámetros vitales. El resultado? ¡BEESAT-1 volvió a transmitir telemetría e incluso imágenes de su cámara!
Este tipo es un genio en la ciencia electrónica, usemos sus conocimientos para siempre.
Mi único temor en todo esto es la cantidad de basura que también estamos tirando al espacio.
Realmente somos un montón de basura.
Hola que joven, inteligente, que aventura tan exitosa, felicidades. El verdadero problema es la basura espacial que permanece en órbita.
Felicitaciones, creatividad y perseverancia por la reutilización, sin consumir combustible, maravilloso reciclaje, úsalo para siempre.
Increíble.
¡Conocimientos bien aplicados!