En la antigua Unión Soviética, una base militar guarda historia con casas, barcos y aviones abandonados de la época de la Guerra Fría.
En medio de los paisajes remotos y desolados de Áártico, los restos de una era marcada por la tensión global aún resisten la prueba del tiempo. Una base militar abandonada de la antigua Unión Soviética, donde se encontraban viejos aviones, barcos e incluso edificios residenciales. izquierda detrás, guarda historias en silencio y es testigo del apogeo de la Guerra Fría.
Estos lugares, ahora invadidos por la naturaleza y el desgaste del tiempo, ofrecen una visión fascinante de una época en la que el mundo estaba al borde del enfrentamiento entre superpotencias.
O océano Ártico es un vasto 14 millones de kilómetros cuadrados, una mezcla de agua y hielo que se extiende a lo largo del círculo Artico. Para tener una idea de su inmensidad, esta superficie es más de tres veces el tamaño de la Unión Europea.
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Sus aguas bañan 72.420 kilómetros de costa en países como Rusia, Finlandia, Noruega, Groenlandia, Islandia, Canadá y Estados Unidos, todos ellos afrontando los desafíos y misterios del Ártico.
Historia y estrategia militar de la Unión Soviética en la Guerra Fría
Uno de los lugares más notables y aislados del Ártico es Tiksi, una ciudad portuaria de Rusia, fundada en 1933 bajo el gobierno de Stalin como parte de un ambicioso proyecto: la Ruta del Mar del Norte.
Esta ruta pretendía conectar Europa y Asia de forma estratégica, evitando la acción de los submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Tiksi, durante la Guerra Fría, adquirió aún más importancia con la instalación de bases aéreas y sirvió como punto estratégico para la Fuerza Aérea Soviética.
En el apogeo de su ocupación, en 1989, Tiksi tenía más de 11.000 habitantes. Pero a partir de los años 90, tras el cierre de las bases militares, la ciudad sufrió un éxodo gigantesco con el fin de la Unión Soviética y la Guerra Fría.
Hoy en día, gran parte de Tiksi muestra signos de abandono, con edificios ruinosos y una población en descenso. Las duras condiciones climáticas y el aislamiento geográfico hacen que la vida en Tiksi sea todo un desafío.
A pesar de esto, la ciudad aún alberga algunas instalaciones científicas y militares que monitorean el Ártico, y se están realizando esfuerzos para preservar lo que queda de su infraestructura. Tiksi representa un ejemplo de los desafíos que enfrentan las comunidades remotas en regiones inhóspitas, especialmente después de importantes cambios económicos y políticos.
Abandono y extremos de frío: la realidad actual de Tiksi
Recientemente, el canal Ninurta publicó un vídeo que muestra escenas de Tiksi -barcos, aviones y casas abandonadas- que revelan el escenario de un “desierto helado” donde el tiempo parece haberse detenido.
Las imágenes muestran el frío desolador que se apoderó de viejos transportes y objetos cotidianos, como el Douglas DC-3 (o su versión soviética, Lisunov Li-2) abandonado, congelado en el hielo del Ártico, y el Antonov An-12, un transporte militar sin motores, con pinturas que recuerdan su historia en los cielos de Rusia.
Es impresionante ver cómo el clima severo moldea la vida en lugares como Tiksi. En un apartamento abandonado, la cuna y la trona de un bebé congeladas sirven como un triste recordatorio de una vida diaria que alguna vez estuvo llena de vida.
En ciudades como ésta, cualquier descubrimiento, como por ejemplo una ventana abierta en invierno, puede tener graves consecuencias.
Tiksi es un ejemplo fascinante de la resiliencia humana y los desafíos que enfrentan las regiones árticas. Sus ruinas y su paisaje helado aportan una sensación de misterio, pero también de respeto por el pasado, por las historias y por las personas que enfrentan y siguen enfrentando las dificultades de este entorno extremo.
Las dificultades del frío extremo
Mantener bases militares en lugares remotos como Tiksi implica enormes desafíos logísticos y económicos. En regiones con inviernos En condiciones duras y temperaturas que pueden descender por debajo de los -40 °C, el transporte de suministros y equipos se convierte en una tarea compleja y costosa.
Las carreteras suelen estar intransitables durante gran parte del año, lo que obliga a depender de aviones o barcos que enfrentan condiciones adversas. Este aislamiento geográfico dificulta el acceso a materiales esenciales, como combustible y alimentos, lo que requiere una planificación logística sofisticada y existencias a largo plazo para garantizar la seguridad y el funcionamiento continuo de la base.
Además de las dificultades de transporte, el clima extremo en sí mismo es un obstáculo para el mantenimiento de la infraestructura y la operación de los equipos. Los edificios y los sistemas de calefacción requieren un mantenimiento constante para evitar daños causados por la nieve y el hielo.
La durabilidad de los materiales a menudo se ve comprometida por la congelación, y cualquier problema estructural es más difícil de reparar en lugares tan aislados. Además, el personal militar desplegado en estas bases enfrenta intensos desafíos físicos y psicológicos debido al frío extremo, la oscuridad prolongada durante el invierno y el aislamiento, que requieren programas específicos de apoyo mental y de salud para mantener la moral y la salud del equipo.
Finalmente, el alto costo de operación y mantenimiento en lugares como Tiksi puede limitar los recursos disponibles para otras prioridades militares y gubernamentales.
Si bien estos puestos son estratégicos, especialmente con el creciente interés en el Ártico, las difíciles condiciones requieren inversiones sólidas en tecnología e infraestructura adaptadas al clima, así como incentivos significativos para que el personal militar acepte servir en áreas tan inhóspitas.
Así, la presencia militar en lugares como Tiksi representa no sólo una cuestión de soberanía, sino también un importante compromiso logístico y financiero para los gobiernos que opten por mantener estas bases operativas.
Por suerte los bastardos siempre tuvieron como filosofía la revolución en su país, no invirtieron en la globalización de esta malograda forma de gobierno, porque si así fuera habría muchas posibilidades de que el mundo tuviera varias Venezuelas. y Cubas alrededor del mundo.