China, el mayor fabricante de paneles solares, automóviles eléctricos y baterías, quiere que el mundo sea rehén de su supremacía en minerales críticos y apunta al fondo del océano para extraer billones de nódulos de cobre, níquel, cobalto y manganeso.
China, siempre ambiciosa, tiene el ojo puesto en un nuevo territorio para ampliar su dominio: el fondo del océano. Con billones de nódulos de níquel, cobre, cobalto y manganeso esparcidos en las profundidades del mar, la minería submarina parece ser el siguiente paso lógico. Estos “minerales críticos” son fundamentales para la economía verde que el mundo busca, pero el camino para extraerlos todavía está plagado de incertidumbre regulatoria.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), un organismo de la ONU, todavía delibera sobre las reglas para esta práctica. Por un lado, los grupos ecologistas piden una prohibición total por temor a daños irreparables al ecosistema marino. Por el otro, empresas y gobiernos, especialmente China, están presionando para que se establezcan regulaciones que permitan la exploración controlada. Recientemente, en una reunión de la ISA en Jamaica, entre el 29 de julio y el 2 de agosto, estos debates se volvieron aún más intensos.
China es líder mundial en la fabricación de paneles solares, coches eléctricos y baterías, elementos que dependen de estos minerales
Se espera que la demanda de minerales críticos se duplique con creces para 2040, impulsada principalmente por China. El gigante asiático es líder mundial en la fabricación de paneles solares, coches eléctricos y baterías, artículos que dependen de estos minerales. El año pasado, las industrias de energía limpia representaron el 40% del crecimiento del PIB chino, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, un grupo de expertos finlandés.
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Sin embargo, la dependencia de China de importar estos minerales de otras naciones, como Sudáfrica, Gabón, Australia y la República Democrática del Congo, preocupa a sus dirigentes. Temen que la inestabilidad política o la presión de rivales como Estados Unidos puedan interrumpir el suministro de estos materiales esenciales. Así, la carrera por los minerales críticos se ha convertido en un nuevo frente en la competencia estratégica global.
La importancia de estos minerales para el futuro de China se compara con el petróleo y el gas
La importancia de estos minerales para el futuro de China se compara con la del petróleo y el gas. La minería en aguas profundas surge como una solución para garantizar un suministro seguro, lejos de las fronteras soberanas de otros países. En 2016, Xi Jinping, líder de China, destacó la necesidad de explorar los “tesoros escondidos” del océano, iniciando un esfuerzo nacional para conquistar el fondo marino.
Para lograr este objetivo, China pasó años construyendo influencia dentro de la ISA. Este organismo, encargado de regular los fondos marinos en aguas internacionales, recibe financiación de sus miembros, siendo China el mayor donante. Además, en 2020, el país ofreció un centro de capacitación en la ciudad portuaria de Qingdao, fortaleciendo aún más sus vínculos con la ISA.
En reuniones recientes de la ISA, algunos países intentaron imponer una moratoria a la minería submarina, pero fueron bloqueados por la presión china. El objetivo de China es establecer un régimen minero permisivo, sin interferencias externas, como señala Isaac Kardon, del Carnegie Endowment for International Peace. Hasta la fecha, ISA ha emitido 31 licencias de exploración minera, de las cuales China posee cinco, más que cualquier otro país.
Los mineros chinos incluyen la Asociación de Investigación y Desarrollo de Minerales Oceánicos de China, China Minmetals y Beijing Pioneer Hi-Tech Development. Tres de las licencias chinas cubren áreas en la zona Clarion-Clipperton en el Océano Pacífico oriental, donde hay depósitos minerales comparables a todas las reservas terrestres. Los otros dos están situados en el Pacífico occidental y el Océano Índico.
Sin embargo, las empresas chinas no sólo buscan beneficios. Tienen objetivos más amplios, como asegurar el suministro de minerales para fortalecer la nación. En marzo, el presidente de China Minmetals, un gigante estatal, prometió ampliar las operaciones de una manera que garantice que China no pueda ser desalojada de las cadenas de suministro globales. Destacó que la minería submarina es crucial para “rejuvenecer la nación china”.
La capacidad de China para construir rápidamente barcos y robots
La minería en aguas profundas implica tecnología avanzada, con grandes robots enviados al lecho marino para recolectar nódulos polimetálicos. Aunque la tecnología china aún no es la más avanzada, está evolucionando rápidamente. En julio, un equipo de la Universidad Jiao Tong de Shanghai probó un robot a más de 4.000 metros bajo tierra, recogiendo 200 kg de material. Los medios estatales chinos destacaron el uso de componentes nacionales, rompiendo el monopolio internacional.
Si comienza la minería comercial, las empresas chinas probablemente liderarán el sector. La capacidad de China para construir rápidamente barcos y robots, combinada con el generoso apoyo gubernamental, coloca al país por delante de cualquier competidor. Además, la enorme demanda interna de estos minerales garantiza un mercado seguro para las riquezas extraídas del fondo del mar.
Mundo en alerta: la extracción de minerales en aguas profundas podría servir de frente para operaciones militares
Sin embargo, esta perspectiva preocupa a los ambientalistas. El fondo del océano alberga miles de especies únicas, desde microbios hasta esponjas, que pueden verse gravemente afectadas por la minería. Incluso con una regulación estricta, los robots pueden causar daños irreversibles, destruyendo hábitats y creando columnas de sedimentos que amenazan la vida marina. Además, el historial de las empresas mineras chinas en términos de responsabilidad ambiental es preocupante, incluso en tierra firme, donde la inspección es más fácil.
Los rivales de China también tienen sus preocupaciones, y no sólo por el medio ambiente. Se teme que la minería en aguas profundas pueda servir como fachada para operaciones militares, como investigaciones submarinas que beneficiarían la navegación de los submarinos chinos. En 2021, por ejemplo, un buque de investigación de China Minmetals hizo un desvío inexplicable cerca de Hawái, donde Estados Unidos mantiene grandes bases militares.
Sin embargo, la mayor preocupación occidental es quién controlará las cadenas de suministro de las industrias de energía limpia. China ya tiene una ventaja significativa en este campo y la minería submarina podría consolidar aún más esta posición. Mientras tanto, Estados Unidos, que no ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM), está excluido de las discusiones de la ISA. En marzo, un grupo de ex funcionarios estadounidenses instaron al Senado a ratificar el tratado, destacando que la ausencia de Estados Unidos beneficiaba a China.
Estas preocupaciones son aprovechadas por empresas occidentales que abogan por la minería submarina, como la canadiense The Metals Company, que espera solicitar una licencia comercial de la ISA a finales de este año. En Washington, la empresa ha recibido apoyo, y muchos temen que China pueda dominar esta industria emergente. "La posibilidad de que China controle esta industria es un motivador muy fuerte", dijo Gerard Barron, fundador de The Metals Company.