Cuando la gente habla de “oro negro”, muchos piensan inmediatamente en el petróleo, pero pocos saben que otro recurso natural con un valor igualmente impresionante ha iniciado una guerra silenciosa en los bosques brasileños.
Escondido en las profundidades del Amazonas, un mineral poco conocido, pero extremadamente importante para la industria global, ha sido el objetivo de la codicia de muchos, y las consecuencias de esta explotación desenfrenada son devastadoras.
De norte a sur de Brasil, la casiterita, compuesta principalmente de estaño, se ha erigido como uno de los recursos más valiosos y, al mismo tiempo, peligrosos para el futuro de las tierras indígenas y de la selva amazónica.
El desafío de las tierras yanomami
Los números no mienten: Brasil tiene una de las mayores reservas de estaño del mundo, y esto incluye vastos depósitos de casiterita repartida por zonas protegidas.
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Según la Agencia Nacional de Minería (ANM), el país ocupa la novena posición mundial en términos de reservas de este mineral, hecho que coloca a Brasil en una posición estratégica en el mercado mundial.
La casiterita se utiliza en una amplia gama de industrias, desde la fabricación de latas hasta componentes de alta tecnología, lo que la hace esencial para la producción global.
Sin embargo, es en zonas indígenas, como las tierras yanomami, donde esta riqueza natural ha desencadenado una feroz batalla.
Desde principios de 2024, las operaciones del gobierno federal para combatir la minería ilegal en estas regiones se han intensificado, culminando con la incautación de grandes cantidades de casiterita y la destrucción de infraestructura utilizada por los mineros..
La explotación de este mineral, que a menudo se realiza mediante métodos que recuerdan al extracción de oro, trae consigo una serie de impactos devastadores sobre el medio ambiente y las comunidades indígenas.
La remoción de casiterita aluvial de los cauces de los ríos, una práctica común, resulta en la degradación de los cuerpos de agua, aumento de la turbiedad y contaminación por desechos tóxicos. Las recientes operaciones gubernamentales han dado como resultado una reducción del 75% de las actividades mineras ilegales en Tierra Yanomami entre enero y julio de 2024., lo que ha llevado a mejoras en la calidad del agua de los ríos locales.
El impacto de la minería ilegal de casiterita
Además del impacto ambiental, la minería ilegal de casiterita y otros minerales tiene consecuencias sociales devastadoras.
Las comunidades indígenas, como los yanomami, han sufrido no sólo la degradación de sus territorios, sino también problemas de salud, como la contaminación por mercurio y un aumento de enfermedades, derivados de la presencia masiva de mineros ilegales.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por erradicar la minería ilegal, Los mineros continúan invadiendo estas áreas debido al alto valor de la casiterita en el mercado internacional.. Según el Departamento de Finanzas de Rondônia, un kilo de casiterita puede costar hasta R$ 107,55, mientras que el estaño, principal componente de este mineral, puede alcanzar R$ 165,46 por kilo.
Operaciones como “Catrimani II”, liderada por la Policía Federal y las Fuerzas Armadas, han sido cruciales para desmantelar estas redes criminales.
Sólo en julio de 2024, las autoridades incautaron 1.200 kg de casiterita, además de otras infraestructuras utilizadas para la extracción ilegal. Estas acciones no sólo redujeron la minería ilegal, sino que también evitaron daños adicionales al medio ambiente y la salud de las comunidades indígenas.
El futuro de los yanomami aterriza en Brasil
La lucha para proteger las tierras yanomami está lejos de terminar. A pesar de las recientes victorias, la amenaza de la minería ilegal persiste.
El gobierno planea continuar operativos de fiscalización y ampliar políticas públicas orientadas a la salud y seguridad alimentaria de las comunidades indígenas, que todavía sufren los impactos dejados por décadas de minería incontrolada.
Para muchos expertos, recuperar tierras devastadas y garantizar la autonomía de los pueblos indígenas serán desafíos constantes en los próximos años.
El caso de la casiterita en Brasil resalta la complejidad de la relación entre desarrollo económico y preservación ambiental, especialmente en un país con una de las mayores biodiversidades del mundo.
¿Podrá Brasil equilibrar la explotación de sus recursos naturales con la protección de sus territorios indígenas?
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Deve ser por isso que há mais de 100.000 ONGs… Oh povo cego que não quer enxergar o óbvio!!!! Acordem !!!
Com certeza já estão explorando e lucrando região e índio recebendo: espelho colar e apito !
Extrair a riqueza sem destruir sem poluir . Regular e investir o lucro no desenvolvimento da região assim como dos índios integrando-os na sociedade brasileira. Vai fica está riqueza enterrada para sempre não , tem que extrair .
Basta dar aos índios uma boa participação nos lucros e assim melhora a saúde do indígena e é bom para a economia do país…
…o que o Exército está fazendo nos quartéis??
Á ambição do homem destrói seu próprio habitat.
É muito preocupante á situação de nossa querida floresta Amazônica,que Deus tenha misericórdia dos povos indígenase de todos nós e que venha haver uma solução imediata para este fim.