La tormenta solar de mayo de 2024 generó nuevos cinturones de radiación en la Tierra, incluidos protones energéticos, con el potencial de impactar satélites.
En mayo de 2024, la Tierra fue golpeada por una tormenta solar de proporciones épicas, cuya fuerza no solo iluminó nuestros cielos con auroras en latitudes naturales, sino que también generó características nunca antes observadas.
La explosión de partículas solares que impactó el planeta trajo consigo un conjunto de efectos de mayor alcance y duración de lo esperado, afectando incluso a las profundidades de los océanos.
Efectos de la tormenta solar
Después de una intensa actividad en el SolNuestro planeta fue golpeado por una poderosa explosión de partículas solares que sacudió el campo magnético de la Tierra. Este evento generó auroras en latitudes más bajas de lo normal y provocó cambios profundos en la estructura de nuestro campo magnético.
- Los astronautas se enferman en la Estación Espacial Internacional: comprenda cómo la limpieza extrema puede perjudicar la salud en el espacio.
- Un descubrimiento sorprendente revela cómo la fotosíntesis puede capturar y revolucionar la generación de energía.
- Un profesor de ingeniería ha desarrollado un método innovador que mejora el rendimiento mecánico y la durabilidad del hormigón entre un 80% y un 100% en comparación con los materiales actuales.
- Pocas personas lo saben, pero es posible hacer 'abono orgánico' con cáscaras de plátano: ricos en potasio, fósforo y otros nutrientes, ayudan a fortalecer las plantas de forma natural.
En los meses siguientes, la Tierra estuvo rodeada por dos nuevos cinturones de radiación temporales formados por partículas de alta energía. No fue una tormenta completamente inesperada, como había ocurrido en tormentas solares anteriores.
Sin embargo, lo que sorprendió a los científicos fue la presencia de protones energéticos en uno de estos nuevos cinturones, algo nunca antes detectado.
Cinturones de radiación: defensas naturales de la Tierra
Los cinturones de radiación son una característica común de los planetas con campos magnéticos. En el caso de la Tierra, existen dos cinturones permanentes conocidos como cinturones de Van Allen.
Estos cinturones funcionan como una defensa natural contra las partículas solares y cósmicas, protegiendo al planeta de bombardeos agresivos.
Cuando el viento estelar, compuesto de partículas cargadas, interactúa con el campo magnético de la Tierra, forma estos cinturones alrededor del planeta. En tormentas solares intensas, como la de mayo de 2024, este proceso puede intensificarse, generando nuevos cinturones temporales.
El descubrimiento inesperado: protones energéticos
La tormenta solar de mayo trajo algo nuevo. Cuando los científicos investigaron los datos recopilados por el CubeSat Experimento del Cinturón de Radiación Interior de la NASA, encontraron dos nuevos cinturones de radiación, uno compuesto predominantemente de electrones y el otro de protones energéticos.
El descubrimiento fue sorprendente, ya que nunca se habían detectado protones en cinturones temporales de esta naturaleza.
Xinlin Li, físico de la Universidad de Colorado, expresó su sorpresa al analizar los datos: “Cuando comparamos los datos de antes y después de la tormenta, dije: 'Vaya, esto es algo realmente nuevo'.'".
La presencia de protones energéticos en estos cinturones marca un cambio significativo en nuestra comprensión del comportamiento de las tormentas solares.
La persistencia de los cinturones temporales
Lo más impresionante fue lo mucho que duraron los nuevos cinturones. Si bien los cinturones temporales anteriores generalmente desaparecían en cuestión de semanas, los nuevos cinturones de 2024 se resolvieron en más de tres meses.
Esto es una indicación de que la tormenta solar tuvo un impacto más duradero en la magnetosfera de la Tierra.
Aunque las tormentas solares posteriores en junio y agosto redujeron la densidad de partículas, todavía es posible observar la presencia de algunas partículas, especialmente protones, que pueden persistir durante más de un año.
Riesgos para los satélites y las tecnologías espaciales
La presencia de estas partículas de alta energía supone un riesgo potencial para los satélites en órbita terrestre. Las partículas energéticas, como los protones que se encuentran en los nuevos cinturones, pueden afectar el funcionamiento de los satélites y otros equipos tecnológicos que dependen del espacio.
Comprender la densidad de estas partículas y sus efectos será esencial para desarrollar estrategias de mitigación y protección.
Investigación en curso y relevancia
Aunque los riesgos que plantean los nuevos cinturones de radiación aún no se han cuantificado completamente, el descubrimiento es de gran importancia para el campo de la ciencia espacial. Estudios en curso ayudan a medir la longevidad y los efectos de estas partículas.
La investigación, publicada en Journal of Geophysical Research: Física espacial.