La "mala fe" de Seadrill, el gigante de la perforación de pozos de petróleo y gas, costará la impresionante suma de más de 300 millones de reales en impuestos
En el mundo empresarial, el gigante de la extracción de petróleo y gas Seadrill se enfrenta a un importante revés. El Tribunal Regional Federal de la 2ª Región (TRF-2) decidió por unanimidad que la empresa debe desembolsar una impresionante suma de más de R$ 300 millones en impuestos. Este veredicto surge como resultado de una supuesta maniobra fiscal ilegal que identificó el IRS.
En detalle, Seadrill fue acusado de evadir R$ 231,2 millones en el Impuesto sobre la Renta de las Empresas (IRPJ) y R$ 83,3 millones en la Contribución Social sobre el Beneficio Neto (CSLL), relacionados con contratos firmados con el gigante petrolero Petrobras durante 2009 y 2010. Esta decisión pone de relieve una batalla de años entre la Hacienda Federal y la multinacional petrolera.
Seadrill buscó disfrutar de los beneficios fiscales otorgados a empresas extranjeras del sector petrolero
La polémica gira en torno a la creación de un “modelo contractual” por parte de Seadrill, que le permite registrar los gastos como si fueran los de su matriz noruega. Al amparo de una estructura contractual aparentemente inofensiva, Seadrill buscó aprovechar los beneficios fiscales otorgados a empresas extranjeras del sector petrolero, al tiempo que deduce artificialmente sus gastos de la base imponible de la empresa brasileña.
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Esta táctica ahora condenada por el TRF-2 es una clara demostración de abuso de derecho y va en contra del principio de buena fe objetiva. La petrolera brasileña asumió los gastos relacionados con el contrato de flete, originalmente responsabilidad de la noruega Seadrill, con el fin de reducir la carga fiscal.
Defensa de la petrolera y su pasado en la Operación Lava Jato
Solicitada por el periódico UOL para comentar sobre la decisión, la defensa de Seadrill afirmó que tiene previsto apelar. Esto indica que la batalla legal está lejos de terminar y que la empresa está dispuesta a luchar para revertir esta condena millonaria.
Vale la pena resaltar que Los contratos de Seadrill con el gigante petrolero Petrobras habían sido investigados previamente por la famosa Operación Lava Jato.. En 2019, las sospechas de corrupción y blanqueo de dinero dieron lugar a la apertura de una investigación. Sin embargo, en febrero de 2022, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) cerró el caso. Este episodio destaca la complejidad y las ramificaciones legales de las operaciones de Seadrill en Brasil.
El contrato entre Seadrill y Petrobras fue multifacético
El contrato entre Seadrill y Petrobras era multifacético e incluía tanto la prestación de servicios como el flete de plataformas de perforación y extracción de petróleo. La Hacienda Federal argumentó que el 80% de los recursos se destinaron al transporte de mercancías, mientras que sólo el 20% estuvo relacionado con la prestación de servicios. Fue en este desequilibrio donde se manifestó el “modelo contractual”.
La brasileña Seadrill registró el contrato de flete como si fuera de Seadrill Offshore, la empresa de operaciones internacionales. En ese momento, los ingresos de empresas extranjeras relacionados con el transporte de equipos de exploración petrolera estaban exentos de impuestos federales. La medida aquí fue clara: hacer que la empresa brasileña pague menos impuestos.
El problema, según TRF-2, fue que los objetos de los contratos fueron distorsionados artificialmente para reducir la carga tributaria de la empresa brasileña. Los gastos relacionados con la operación de la embarcación, que debieron estar asociados al flete de las plataformas petroleras, fueron registrados en el contrato de prestación de servicios. Como resultado, los gastos de la empresa en Brasil excedieron sus ingresos, lo que permitió una deducción en la base de cálculo de los impuestos adeudados.