La industria automovilística europea se enfrenta a turbulencias, pero Stellantis, propietario de Fiat, parece inmune: ¿está amenazado el futuro de sus rivales?
La crisis que afecta a los gigantes del sector del automóvil en Europa ha puesto a las empresas contra la pared, obligándolas a revisar sus estrategias y, en muchos casos, a recortar drásticamente sus costes.
Mientras Volkswagen ve caer sus márgenes de beneficio y se prepara para medidas radicales, otro gran fabricante de automóviles parece inmune a la tormenta: Stellantis.
El grupo que controla marcas como fiat, Peugeot y Citroën, tomaron decisiones que evitan, al menos por ahora, la necesidad de despidos y cierres de fábricas.
- ¿Tu coche consume mucho combustible? Mira cómo hacerlo más económico con consejos prácticos
- Cómo lavar el motor de tu coche: asegura un mantenimiento eficiente sin comprometer la parte eléctrica
- Los 5 principales defectos crónicos del motor Volkswagen EA-111: Fox, Gol, Polo, Voyage, Saveiro y Golf
- Las 5 camionetas que llegarán a Brasil en 2025
Sin embargo, el camino tomado para evitar el colapso ha planteado dudas sobre el futuro del sector en su conjunto.
Durante el acto de inauguración de las nuevas oficinas de Stellantis en Italia, el director general del grupo, Carlos Tavares, realizó unas contundentes declaraciones que dejaron en alerta a la industria.
Señaló que las decisiones impopulares tomadas por la compañía en el pasado salvaron a Stellantis de un destino similar al de Volkswagen.
Según Tavares, la crisis que afecta al rival alemán no es sólo una cuestión temporal, sino el resultado de años de decisiones mal planificadas y de falta de visión estratégica.
Stellantis quiere evitar el caos
Según Carlos Tavares, Stellantis tomó medidas preventivas para evitar el caos. "Fuimos muy criticados por nuestras elecciones, pero sabíamos que si no actuamos, estaríamos en la misma situación que nuestros competidores", afirmó el director general.
Estas decisiones incluyen recortes estratégicos en zonas menos rentables, ajustes en la producción y la priorización de modelos que se adapten a las nuevas regulaciones medioambientales, que Tavares se mostró dispuesto a defender.
Calentamiento global y nuevas reglas de emisiones en Europa han ejercido una presión adicional sobre los fabricantes de automóviles.
Tavares se mostró contrario a posponer la entrada en vigor de estas normas, argumentando que Stellantis se preparó con anticipación, a diferencia de otras empresas que ahora piden más tiempo para adaptarse.
“Nuestros coches están listos, nuestras fábricas están listas y nuestros equipos están listos. ¿Por qué posponer algo tan necesario?”, preguntó Tavares.
Fue enfático al afirmar que El compromiso de Stellantis con el medio ambiente forma parte de su estrategia a largo plazo, algo que rivales como Volkswagen han descuidado.
Rival en crisis
En medio del caos que azota a la industria, Volkswagen enfrenta dificultades sin precedentes. Las ventas de la marca alemana se desplomaron tanto en Europa como en China, lo que obligó a la empresa a revisar drásticamente sus expectativas de beneficios para 2024.
Para intentar revertir esta situación se puso en marcha un plan de emergencia con el objetivo de ahorrar alrededor de 10 mil millones de euros.
Este plan incluye el posible cierre de fábricas en Alemania, algo nunca antes visto en la historia de Volkswagen. Alrededor de 15 empleados podrían ser despedidos como resultado de acuerdos laborales que fueron cancelados recientemente.
La situación de Volkswagen es emblemática de lo que les puede pasar a otros fabricantes de automóviles que no se adaptan rápidamente a las nuevas demandas del mercado y a los requisitos medioambientales.
Tavares, por outro lado, afirmou que a dona da Fiat e outras marcas como Citroen e Jeep não precisará recorrer a medidas tão drásticas, al menos por ahora. “Nuestra prioridad es conservar a nuestros empleados y preservar nuestras operaciones, pero estamos atentos a los cambios del mercado”, declaró el ejecutivo.
Aunque Stellantis parece navegar sin problemas a través de las turbulentas aguas que afectan a sus competidores, el futuro aún es incierto. “No sabemos lo que nos deparará el futuro, pero estamos preparados para cualquier eventualidad”, concluyó Tavares.
Con el cambio climático y las nuevas regulaciones medioambientales ejerciendo presión sobre los fabricantes de automóviles, ¿podrán Volkswagen y otros gigantes adaptarse a tiempo o veremos más fábricas cerradas y miles de puestos de trabajo perdidos?