Los científicos predicen que el Sol podría desencadenar una llamarada solar de proporciones inimaginables en los próximos 100 años, con energía comparable a miles de millones de bombas atómicas, provocando impactos globales.
En los próximos cien años, nuestro Sol podría producir una erupción solar tan devastadora como las fuerzas combinadas de miles de millones de bombas atómicas.
Aunque el sol suele emitir llamaradas más pequeñas, hay evidencia de que eventos extraordinariamente enérgico, conocido como superllamaradas, son más frecuentes de lo que los científicos imaginaban inicialmente.
Nuevos descubrimientos sobre superllamaradas en el sol
Um estudio reciente, basado en la observación de estrellas similares al Sol, reveló que estas explosiones extremas ocurren, en promedio, una vez cada 100 años.
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Este descubrimiento sorprendió a los científicos, que anteriormente creían que las superllamaradas ocurrían a intervalos mucho más largos.
"Nos sorprende mucho que estrellas como el Sol sean propensas a superllamaradas tan frecuentes”, dijo Valeriy Vasilyev, autor principal del estudio, realizado por la Sociedad Max Planck (MPS).
Las superllamaradas son tormentas solares increíblemente poderosas con el potencial de causar estragos en la Tierra. Podrían desactivar la electrónica, destruir datos, derribar satélites e incluso poner en riesgo a los astronautas.
Cómo estudian los científicos las superllamaradas
Para comprender estos eventos, los investigadores observaron estrellas similares a nuestro Sol.
Utilizando datos del telescopio espacial Kepler de la NASA, monitorearon el brillo de miles de estrellas entre 2009 y 2013. Los cambios repentinos en el brillo indican la aparición de superllamaradas.
El equipo analizó datos de 56.450 estrellas y encontró evidencia de 2.889 superllamaradas en 2.527 de ellas. Basándose en este análisis, los científicos concluyeron que estrellas como el Sol producen, en promedio, una superllamarada cada siglo.
Sami Solanki, director del MPS y coautor del estudio, explicó: “No podremos observar el Sol durante miles de años. En cambio, monitoreamos estrellas similares al Sol durante períodos cortos, lo que nos ayuda a estimar la frecuencia de las superllamaradas..
Estas explosiones liberan más de un octillón de julios de energía en un intervalo muy corto, lo que sería devastador para nuestro planeta.
El evento de Carrington
Aunque los científicos no pueden predecir cuándo ocurrirá la próxima súper llamarada, la historia ofrece una idea de su impacto potencial.
En 1859, el evento Carrington desencadenó una tormenta solar que afectó a los sistemas telegráficos de todo el mundo.
La energía liberada fue tan masiva que su impacto se compara con el de “10 mil millones de bombas atómicas de 1 megatón.
Los estudios del pasado de la Tierra han revelado otros fenómenos extremos de actividad solar, que han dejado marcas en registros naturales como los anillos de los árboles y las capas de hielo.
Mediante el análisis del carbono 14, los científicos han identificado cinco eventos importantes en los últimos 12.000 años. Esto sugiere que las erupciones solares extremas ocurren, en promedio, una vez cada 1.500 años.
Sin embargo, el nuevo estudio apunta a una frecuencia más alta, lo que indica que eventos como Carrington podrían ocurrir cada 100 años.
implicaciones
Si una supererupción golpeara la Tierra, sus consecuencias podrían ser devastadoras.
Los sistemas eléctricos y las redes de comunicaciones estarían en riesgo, causando daños generalizados en un mundo cada vez más dependiente de la tecnología.
Para mitigar estos riesgos, es fundamental seguir monitoreando el Sol y estudiar formas de proteger nuestros sistemas críticos.
Alexander Shapiro, de la Universidad de Graz, destacó la importancia de los datos recopilados: “En su conjunto, los datos de Kepler nos proporcionan evidencia de 220.000 años de actividad estelar”. Esta información es vital para predecir el comportamiento del Sol.
Finalmente, Natalie Krivova, coautora del estudio, destacó: “Los nuevos datos son un claro recordatorio de que incluso los eventos solares más extremos son parte del repertorio natural del Sol”.
A medida que avanza la investigación, los científicos esperan comprender mejor estos fenómenos y preparar a la humanidad para el impacto de un evento solar extremo.
Después de todo, es sólo cuestión de tiempo antes de que ocurra la próxima súper llamarada.