El aeropuerto, que alguna vez estuvo ocupado, está prácticamente desierto después de que Petrobras decidiera transferir sus vuelos a Río de Janeiro.
¿Alguna vez imaginó un aeropuerto con el potencial de atender hasta 100 mil pasajeros al año, pero que parece más un desierto que una puerta de entrada al desarrollo de una ciudad?
Este es el escenario de Aeropuerto Antonio Ribeiro Nogueira Júnior, en Itanhaém, en la costa de São Paulo. Inaugurado con grandes expectativas, el lugar hoy cuenta con una escenario de abandono, consecuencia directa de una decisión que cambió el rumbo de sus operaciones y de la economía local.
Pero, ¿qué provocó que este prometedor aeropuerto quedara casi inactivo? ¿Qué pasó con las operaciones que trasladaron a empresas, trabajadores y turistas?
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La decisión que lo cambió todo
Aeropuerto de Itanhaem Ya vivió días de gloria. En los años 2000, la pista, situada a orillas del Carretera Padre Manoel da Nóbrega, registró cifras significativas: más de 22 mil aterrizajes y despegues al año, impulsando la economía de la ciudad y atrayendo nuevas empresas.
Según datos recogidos por el Diario costero, fueron 1.600 nuevas empresas y cientos de puestos de trabajo creados, impulsando la región.
Sin embargo, todo cambió con una única decisión estratégica de Petrobras. A mediados de la década pasada, la empresa estatal optó por trasladar sus vuelos operativos, que servían a la Cuenca de Santos, para el Rio de Janeiro.
Esto afectó directamente al flujo de pasajeros y carga en el aeropuerto, que vio caer drásticamente su movimiento. En 2023, solo hubo 1.436 pasajeros registrados, una cifra ínfima frente al potencial de 100 mil que podría recibir el lugar.
Profundos impactos económicos
La salida de Petrobras tuvo consecuencias no sólo para el aeropuerto, sino para todo el Bajada Santista. De acuerdo con el secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores Petroleros, Adaedson Costa, la decisión afectó a la cadena hotelera, al comercio y a los servicios locales.
Antes de este cambio, el Petrobras tenía ambiciosos planes de expansión, con la construcción de nuevas plataformas en Cuenca de Santos. “Como mínimo, el número de llegadas y salidas del aeropuerto de Itanhaém se habría cuadriplicado”, afirma Costa.
Sin embargo, desde el dejando Petrobras en 2016, ya que operaciones aeroportuarias disminuido. Los empleados y contratistas que anteriormente utilizaban el aeródromo de Itanhaém ahora deben viajar al Aeropuerto de Congonhas o conducir directamente al Rio de Janeiro, que se traduce en perdida de tiempo y dinero.
La economía local también se vio afectada, ya que la mayoría de los turistas y trabajadores que solían viajar a la región dejaron de pasar.
Aeropuerto: inversiones sin retorno
El cambio de ruta de Petrobras parece aún más drástico si se consideran las inversiones realizadas en el aeropuerto de Itanhaém.
A principios de la década de 2010, Petrobras invirtió 14 millones de reales brasileños para mejorar la seguridad y la infraestructura de embarque.
El Gobierno del Estado de São Paulo también contribuyó 9 millones de reales brasileños para modernizar el lugar. Estos recursos se aplicaron con la expectativa de que el flujo de pasajeros y operaciones solo crecería.
Sin embargo, con la salida de la empresa estatal y la centralización de las operaciones en Río de Janeiro, toda esta inversión parece haber sido en vano.
Según Red VoaSP, empresa que gestiona el aeropuerto, en 2023 la terminal solo contaba 6,52% de tu capacidad de movimiento. Entre enero y agosto de 2024, Se registraron 1.091 pasajeros, cifras muy por debajo de las expectativas.
¿Posible reanudación?
Petrobras, por su parte, mantiene una posición evasiva sobre el retorno de las operaciones en Itanhaém. En un comunicado, la empresa afirmó que “evalúa permanentemente la necesidad de bases de vuelo para garantizar la seguridad y el bienestar de sus trabajadores”.
Sin embargo, nada concreto ha sido anunciado hasta el momento. Mientras tanto, el aeropuerto sigue infrautilizado, aunque podría soportar aviones grandesTal como Boeing 737, con capacidad para 100 pasajeros.
El futuro incierto del aeropuerto de Itanhaém
Actualmente, los vuelos a Cuenca de Santos se realizan desde los aeropuertos de Jacarepaguá, Marica e Cabo Frio, todo en Río de Janeiro.
Diariamente, hasta 26 operaciones de helicópteros para las plataformas, flujo que podría ser fácilmente absorbido por Itanhaém, si no fuera por la decisión estratégica de centralizar todo en Río.
La ausencia de operaciones regulares en el aeropuerto genera no sólo un pérdida económica significativa para la región, pero también genera dudas sobre la efectividad de mantener operativa una terminal de este tamaño con una demanda tan baja.
Con la infraestructura ya instalada, la pregunta sigue siendo: ¿Cuánto tiempo sobrevivirá Itanhaém sin un mayor flujo de pasajeros y operaciones?
¿Una cuestión de logística?
Además del impacto local, la decisión de centralizar las operaciones en Río de Janeiro puede verse desde una perspectiva logística.
A Petrobras justifica el cambio por el hecho de que Río está más cerca de sus plataformas y tiene mayor infraestructura. Sin embargo, ¿esta decisión realmente optimiza las operaciones de la empresa estatal?
Con la cantidad de empleados y contratistas que necesitan moverse entre estados, muchos se preguntan si esta es la solución más eficaz.
Ante este escenario, la pregunta sigue siendo: ¿Petrobras revisará esta decisión y reanudará las operaciones en Itanhaém, o el aeropuerto seguirá como un “elefante blanco” en la costa de São Paulo? ¿Qué opinas? ¡Deja tu opinión en los comentarios!