El Estado sustituye el asfalto por hormigón en ciudades como Fortaleza, con el objetivo de reducir las islas de calor y aumentar la durabilidad de las carreteras. La medida también beneficia la sostenibilidad, con un menor impacto ambiental y menores costes de mantenimiento. Los expertos destacan ventajas como el confort térmico y el ahorro. Pero, ¿puede la iniciativa expandirse a otros estados brasileños?
los residentes de algunas ciudades del noreste Hemos notado un cambio significativo en el paisaje urbano: calles y avenidas ganan un nuevo aspecto y un aliado inesperado contra el calor extremo.
Pero, ¿qué hay detrás de esta transformación y por qué se sustituye el asfalto tradicional?
Fortaleza lidera cambios de pavimentación con enfoque en sostenibilidad y confort térmico
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Fortaleza, capital de Ceará, decidió sustituir el asfalto por hormigón en sus vías urbanas.
La medida, que en principio podría parecer una cuestión meramente estética, pretende mitigar el impacto de las altas temperaturas que azotan la región durante gran parte del año.
Según la Secretaría de las Ciudades de Ceará, este proyecto ya se extendió a 39 municipios y 12 regiones, abarcando ciudades como Sobral y Crato.
Los expertos señalan que la iniciativa ofrece beneficios ambientales y económicos, además de aumentar la durabilidad de las carreteras.
Hormigón versus asfalto: ¿cuál es mejor para el entorno urbano?
Profesor Iuri Bessa, de la Universidad Federal de Ceará (UFC), explica que el hormigón tiene ventajas frente al asfalto.
“Aunque el coste inicial del hormigón es mayor, con el tiempo se amortiza debido a la menor necesidad de mantenimiento. Su durabilidad es hasta tres veces mayor que la del pavimento asfáltico”, afirma.
Además, el hormigón refleja mejor la radiación solar, lo que ayuda a reducir las llamadas islas de calor, habituales en las zonas urbanas.
Estas zonas, que tienen temperaturas más altas que el área circundante, se ven agravadas por el asfalto, que absorbe el calor y aumenta la sensación térmica.
Reducción de costes y beneficios medioambientales
El cambio del asfalto al hormigón también ofrece ventajas económicas.
Bruno Nobre, ingeniero de la Coordinación de Obras Urbanas de la Secretaría de las Ciudades de Ceará, destaca que el asfalto depende directamente del petróleo, recurso sujeto a fluctuaciones de precios.
“Además, el hormigón supone un ahorro en alumbrado público, ya que refleja más luz, mejorando la visibilidad nocturna”, apunta.
Otra alternativa adoptada en el estado son los pavimentos entrelazados, que consisten en bloques de concreto encajados entre sí sin necesidad de mortero.
Además de facilitar las reparaciones, estos bloques son permeables, lo que permite que el agua de lluvia se infiltre en el suelo y ayuda a prevenir inundaciones.
Sostenibilidad y confort térmico: un desafío conjunto
El ingeniero Lucas Babadopulos, PhD de la Universidad de Lyon, explica que la sostenibilidad del hormigón se puede aumentar mediante el uso de materiales reciclados, como los residuos de la construcción.
También señala que el color claro del hormigón ayuda a reducir el calor urbano. “Mientras que el asfalto puede alcanzar hasta 70 grados centígrados en días soleados, el hormigón mantiene temperaturas más suaves, reduciendo la sensación térmica hasta 10°C”, destaca.
Sin embargo, Babadopulos destaca que sustituir el asfalto por hormigón no es una solución aislada. Para un impacto más efectivo es necesario integrarlo con otras acciones, como la forestación, el drenaje eficiente y el uso de transporte sostenible.
Pionerismo y expansión a otras regiones
El modelo adoptado en Ceará ya está inspirando a otras ciudades brasileñas, como Recife, que también han optado por el hormigón en las vías públicas.
Además de las mejoras térmicas y medioambientales, se han aplicado pavimentos de hormigón en lugares turísticos e históricos, como el centro de Sobral y el autopistas que conectan las playas de Ceará.
Los expertos creen que combinar el hormigón con la planificación urbana puede transformar la calidad de vida en zonas con climas cálidos.
Webert Silva, candidato a doctorado en ingeniería de transporte en UFC, enfatiza la importancia de pensar en los peatones.
“Reemplazar el asfalto es sólo parte de un proceso más amplio, que incluye crear espacios más agradables para quienes viajan a pie”, afirma.
Un futuro más sostenible
Aunque el coste inicial del hormigón es mayor, su impacto positivo en la calidad de vida, el ahorro de recursos y la durabilidad lo convierten en una opción estratégica.
En un escenario de cambio climático, medidas como esta muestran cómo la planificación urbana puede ser una poderosa herramienta para afrontar los desafíos ambientales.
Y tú, ¿qué opinas de esta iniciativa? ¿La sustitución del asfalto por hormigón podría extenderse a otras regiones de Brasil? ¡Deja tu opinión en los comentarios!