Los vehículos de hidrógeno aún enfrentan desafíos para volverse comunes en Brasil, pero los expertos creen en un futuro prometedor
Con el avance de la investigación y el aumento de las inversiones, el coche de propulsión hidráulica, es decir, el vehículo con tecnología de pila de combustible de hidrógeno, promete ser una alternativa sostenible para el futuro de la movilidad. Si bien esta nueva tecnología parece estar a un paso de revolucionar el mercado, aún quedan importantes desafíos para que se convierta en realidad en los talleres de los brasileños y de todo el mundo.
El foco principal de los fabricantes de automóviles está en la pila de combustible de hidrógeno, un sistema que convierte el hidrógeno en electricidad, generando sólo agua como subproducto.
Ese proceso es visto como un avance para reducir las emisiones de carbono. Camilo Adas, asesor de Tecnología y Transición Energética de SAE Brasil, cree que el hidrógeno jugará un papel destacado en la movilidad sostenible, aunque la velocidad de adopción aún es incierta.
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Destaca que, cuando se habla de nueva tecnología, es necesario considerar varios aspectos, como la infraestructura y la aceptación del mercado.
El funcionamiento de un coche impulsado por agua es similar al de una batería, pero con una ventaja: en lugar de almacenar energía, la produce de forma continua.
El hidrógeno se almacena en tanques en el vehículo y, al reaccionar con el oxígeno, genera electricidad para el motor. Esta tecnología, que sólo genera agua como subproducto, promete una conducción limpia y ecológica.
Desafíos técnicos y mercado de consumo de automóviles impulsados por agua
A pesar de todo el potencial, los obstáculos a esta nueva tecnología son muchos. Entre los desafíos, Adas menciona el alto consumo de energía en la producción de hidrógeno, a menudo procedente de fuentes no renovables, que puede reducir el impacto ambiental positivo.
Además, la infraestructura sigue siendo limitada. En Estados Unidos, por ejemplo, los propietarios de automóviles propulsados por hidrógeno enfrentan dificultades para repostar combustible en los días fríos, ya que las bombas pueden congelarse y necesitan tiempo para descongelarse.
La implementación global requiere grandes inversiones para que se desarrolle la infraestructura necesaria, lo que podría llevar años. SAE Brasil y otras entidades discutieron estrategias para incentivar la industria nacional.
Adas menciona la creación de un comité en el Ministerio de Desarrollo Industria y Comercio (MDIC), que cuenta con 40 miembros y 30 empresas. Este grupo trabaja para hacer competitivo a Brasil en el mercado de componentes y sistemas de hidrógeno, promoviendo la independencia tecnológica del país.
Autos de hidrógeno en el mundo y en Brasil
Algunos modelos de coches de propulsión hidráulica ya están en el mercado. El Toyota Mirai, por ejemplo, es uno de los vehículos más conocidos con esta tecnología. Equipado con tres depósitos de hidrógeno comprimido, tiene una autonomía de hasta 650 km. En Corea del Sur, Hyundai ya lanzó el SUV Nexo y el fabricante de automóviles planea expandir el mercado con el lanzamiento del Hyundai Initium en Estados Unidos a finales de este año.
Otros fabricantes de automóviles, como Stellantis y Nissan, también están invirtiendo en proyectos de células de hidrógeno. Con un desarrollo y pruebas continuos, se espera que el mercado de consumo crezca, abriendo las puertas para que los automóviles impulsados por agua se afiancen en los garajes.
La transición a esta nueva tecnología es todavía un proceso largo, pero la el optimismo permanece. Los expertos apuestan a que, con el tiempo, el hidrógeno podría sustituir a las baterías de los coches eléctricos convencionales, creando un futuro en el que los vehículos propulsados por agua serán comunes en la vida cotidiana.
Simplemente no funciona porque los malditos políticos no lo permitirán a menos que pagues una fortuna por usar un coche ecológico sin generar ganancias para esta gente basura.