Con más de 18.000 caballos de fuerza y propulsado por dos motores a reacción Rolls-Royce, este automóvil es una de las máquinas más poderosas jamás creadas. Vea cómo está redefiniendo los límites de la ingeniería automotriz
No todos los días nos topamos con un coche propulsado por dos motores a reacción Rolls-Royce, capaces de producir más de 18.000 caballos de fuerza. Inspirado en el legendario camión Shockwave Jet, YouTuber McQueen construyó el que podría considerarse el coche más potente del mundo.
McQueen, apasionado de la aviación y los coches, decidió unir estos dos mundos de una forma que nadie había imaginado. El Insanity Jet Car, una máquina diseñada para romper la barrera de los 640 km/h en carreras dragster, ya está llamando la atención no sólo por su desempeño, sino también por la fascinante historia detrás de su construcción.
El origen del Insanity Jet Car
La idea de crear el automóvil a reacción más potente del mundo comenzó a germinar en la mente de McQueen a la edad de 18 años, cuando vio por primera vez el Shockwave Jet, un camión a reacción que se hizo famoso por su velocidad absurda. Sin embargo, fue recién a los 30 años, cuando encontró este trabajar de ingeniería en una exhibición, que decidió construir algo similar.
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El desafío inicial, sin embargo, fue gigantesco. McQueen no tenía conocimientos de ingeniería y mucho menos de cómo funcionaban los motores a reacción. La tarea parecía imposible. Pero, con perseverancia y dedicación, comenzó a estudiar qué haría falta para convertir su sueño en realidad.
Construcción y motores a reacción.
McQueen decidió que la estructura del coche tendría la carrocería de un Ferrari Enzo, un modelo con el ancho necesario para albergar dos motores a reacción. Los motores elegidos fueron dos Rolls-Royce, fabricados en los años 1950 y utilizados anteriormente en aviones experimentales de la Royal Air Force británica y de la Fuerza Aérea estadounidense.
Estos motores, que en conjunto generan unas impresionantes 14.000 libras de empuje, fueron adquiridos por McQueen de un amigo en Colorado. Con las piezas en mano, comenzó a ensamblar el auto en un proceso que duraría años.
Un viaje de aprendizaje
Sin las habilidades técnicas necesarias para construir el auto más potente de sus sueños, McQueen tuvo que aprender todo desde cero. Aprendió a soldar por sí solo, estudió AutoCAD para diseñar la estructura del vehículo e incluso recurrió a YouTube para aprender a trabajar con materiales como fibra de vidrio y fibra de carbono. Además, pasó años frecuentando pistas de carreras, escuchando consejos de equipos experimentados y aplicando ese conocimiento para construir el Insanity Jet Car.
La esposa de McQueen fue quien dio nombre a la creación, llamándola “Insanity Jet Car”, una elección más que apropiada, dado el nivel de locura que implicaba la empresa.
El impacto de la pandemia y el futuro
Después de 17 años de arduo trabajo, McQueen estaba listo para mostrar su creación al mundo. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 trastocó sus planes, obligándolo a posponer las proyecciones durante dos largos años. Ahora, a medida que se reanudan los acontecimientos, está decidido a alcanzar el objetivo de 400 mph (unos 640 km/h) con el Insanity Jet Car.
Ryan McQueen y su coche a reacción ya han pasado a la historia como un impresionante ejemplo de perseverancia, pasión e innovación. Con un poco más de suerte, pronto podría alcanzar el objetivo deseado y dejar una huella definitiva en el mundo de las carreras de alta velocidad.