Explorer descubre toneladas de coches raros todavía esparcidos por la zona de exclusión de Fukushima, años después del desastre nuclear de Fukushima
La tragedia del desastre nuclear de Fukushima, que sacudió a Japón en 2011, dejó una profunda huella no sólo en vidas humanas, sino también en el panorama cultural e incluso automovilístico de la región. La historia de la zona de exclusión alrededor de la planta nuclear está marcada por historias de abandono y deterioro.
Entre los objetos olvidados, una colección de coches de alto rendimiento japoneses, conocidos como JDM (mercado interno japonés), reposa como un memorial silencioso. Estos vehículos icónicos, que alguna vez fueron símbolos de velocidad e innovación, ahora están a merced de la naturaleza, en un implacable proceso de decadencia.
Para los entusiastas del automóvil, estos coches representan mucho más que simples máquinas. Son verdaderas reliquias de una cultura apasionada por el desempeño y ingeniería innovador. Modelos legendarios como el Nissan Skyline y el Mitsubishi Evo VII, que alguna vez rugieron por las calles, ahora están cubiertos de óxido y envueltos en vegetación debido al desastre nuclear de Fukushima.
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Exploradores urbanos y YouTubers, como el canal “Explorando con luchadores“, vuelve a visitar estas áreas del desastre nuclear de Fukushima para documentar el estado de estos autos, revelando una mirada inquietante a cómo el tiempo y la naturaleza pueden transformar lo que alguna vez fue grandioso en una mera sombra de lo que alguna vez fue.
La visión surrealista del desastre nuclear de Fukushima
En una reciente exploración de la zona de exclusión, un grupo de entusiastas encontró vehículos japoneses abandonados e incluso coches de lujo europeos, creando una escena casi surrealista. Imagínese encontrar un Honda S2000 rojo, un codiciado deportivo, inmóvil, lentamente envuelto por la vegetación.
Cerca de allí, un Mitsubishi Evo VII desaparece entre la hierba alta, con la carrocería consumida por la corrosión. Para los amantes de los coches, la escena es desgarradora.
La presencia de estos vehículos abandonados se vuelve aún más significativa cuando observamos su diversidad. Además de los japoneses, también hay vehículos de lujo europeos e incluso un camión de bomberos militar estadounidense, reflejo de la presencia internacional durante la catástrofe.
Estos vehículos, abandonados a su suerte, se han convertido en un conmovedor recordatorio de cómo el abandono y el poder implacable de la naturaleza pueden destruir lo que alguna vez fue una fuente de orgullo.
Los coches abandonados y los retos de la radiación
Para aquellos que se preguntan por qué nadie ha recogido estos coches y los ha restaurado, hay algunas razones para esta situación. Uno de ellos es la propia radiación. Los vehículos expuestos a la radiación pueden volverse radiactivos y cualquier intento de exportarlos encuentra barreras legales y de seguridad.
La aduana japonesa, por ejemplo, exige que los vehículos emitan una cantidad de radiación inferior a 0,3 microsieverts para ser exportados. En algunos casos, los coches en Fukushima superan este límite, convirtiéndose en verdaderos riesgos para la salud.
Este nivel de contaminación crea un fenómeno llamado endurecimiento por radiación, donde ciertos metales expuestos al material radiactivo se vuelven más rígidos y, al mismo tiempo, más quebradizos.
Este proceso conduce a la aparición de grietas y deformaciones con el tiempo, comprometiendo aún más la estructura de los vehículos. Por lo tanto, incluso si hubiera maneras de sacar estos raros coches de la zona de exclusión, el estado en el que se encuentran dificultaría su restauración.
Atracción turística siniestra
A pesar de los riesgos, la zona de exclusión de Fukushima se ha convertido en un destino para exploradores urbanos y entusiastas del automóvil que buscan presenciar de primera mano esta escena de abandono.
El canal "Explorando el camino invicto” recientemente compartió un recorrido por el área, mostrando al público internacional una colección de autos raros que inevitablemente sucumbirán a los elementos o serán destruidos.
La aventura de los exploradores reveló vehículos como el Toyota Crown Comfort, Suzuki Jimny, Mitsubishi Evo VII, R32 Skyline, Z33 Nissan 300ZX, S15 Nissan Silvia, MK4 Toyota Supra, Mazda P600 Carol, AW11 Toyota MR2, entre otros modelos amados por los fanáticos de los autos. JDM raro.
Para cualquier amante de los coches, ver estos vehículos abandonados a la intemperie, entre hierba alta y tierra, es una experiencia a la vez fascinante y dolorosa.
Fukushima y el valor simbólico de los coches abandonados
Estos vehículos no son sólo máquinas olvidadas; Son testigos de una tragedia. Cada coche cuenta una historia de orgullo y pasión por la velocidad. Eran admirados y cuidados por sus dueños, quienes los conducían por las calles con entusiasmo. Ahora, estos vehículos se encuentran en un rincón de Japón, esperando un destino incierto.
Estos vehículos abandonados seguirán deteriorándose y poco a poco se convertirán en cadáveres oxidados. Pero para aquellos que tengan la oportunidad de visitarlos o ver las imágenes que comparten los exploradores urbanos, seguirán siendo un testimonio silencioso de una época de gloria que ya pasó.
Más que cualquier lección, nos recuerdan lo esencial que es reconocer nuestra propia vulnerabilidad y responsabilidad, no sólo en el campo de la tecnología, sino en nuestra relación con el mundo que nos rodea.
Así, al ver estas reliquias, podemos aprender algo valioso sobre nuestra propia condición: lo que hemos construido puede ser extraordinario, pero nunca estará fuera del alcance del tiempo, de la naturaleza y de las consecuencias de nuestras propias acciones.