El sector marítimo necesita adaptarse. Descubra las alternativas y desafíos para los barcos que transportan combustibles fósiles en un mundo con emisiones reducidas
La emergencia climática es un tema extremadamente importante. El Acuerdo de París de 2015 establece el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C, lo que requiere un esfuerzo internacional sin precedentes. Una de las cuestiones que es necesario resolver en el camino es el destino de los barcos que transportan combustibles fósiles.
Un tercio de la flota transoceánica se dedica a combustibles fósiles
Más de un tercio del transporte marítimo comercial se dedica a combustibles fósiles. Hay aproximadamente:
- 13.000 buques cisterna que transportan crudo y derivados
- 3.000 buques metaneros que transportarán gas natural y gas licuado de petróleo
- 2.500 graneleros que transportan carbón
Estos buques, sumados a los nuevos que aún están por entregar, suponen un ahorro de 596 mil millones de dólares.
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La amenaza del barco fantasma
Según un estudio de la University College London y la Fundación Kühne de Suiza, hasta 286 mil millones de dólares del valor total de los barcos en operación corren el riesgo de desaparecer a medida que el mundo reduce sus emisiones de carbono. Esto equivale a una reducción del 37% en los beneficios del transporte marítimo durante los próximos 25 años. Una consecuencia tangible de esto es la gran parte de la flota que puede quedar inactiva.
Orígenes de los números
El estudio se basa en un escenario de la Agencia Internacional de Energía (AIE) que prevé la reducción de las emisiones globales de carbono a cero neto para 2050. Este escenario, al que se han sumado, además del sector energético, la Unión Europea y Estados Unidos de China con el objetivo de cero emisiones neto para 2055, daría lugar a una caída significativa de la demanda de combustibles fósiles.
Oportunidades limitadas de reconversión
El sector marítimo tendrá algunas oportunidades para mitigar el impacto de la transición energética. Los buques a granel que transportan carbón se pueden adaptar para transportar otros materiales a granel, como minerales necesarios para los paneles solares, cuya demanda aumentará en las próximas décadas. De manera similar, los camiones cisterna podrían adaptarse para transportar metanol y otros biocombustibles, aunque esto depende de la demanda. Sin embargo, las oportunidades de modernización serán mucho más limitadas en el caso de los buques de gas natural, diseñados específicamente para transportar GNL a temperaturas extremadamente bajas.
Adaptarse o morir
La realidad es que las petroleras siguen extrayendo combustibles fósiles y los países siguen comprando petróleo flotante como si la emergencia climática no existiera. Sin motivos para entrar en pánico, compañías navieras como Norwegian Frontline han aumentado sus operaciones en los últimos dos años, ayudadas por la guerra en Ucrania. Sin embargo, adaptarse, diversificar sus actividades en el tiempo y moderar la inversión en nuevos buques podría ser lo que mantenga a flote a las compañías navieras, afirman los autores del estudio.
El impacto de las políticas climáticas en el transporte marítimo
Las políticas climáticas globales son cada vez más estrictas, lo que afecta directamente al transporte de combustibles fósiles. En 2020, la Organización Marítima Internacional (OMI) implementó nuevas regulaciones para reducir el contenido de azufre en los combustibles marinos como parte de un esfuerzo por reducir la contaminación del aire. Estas medidas muestran un camino claro hacia una reducción continua de la demanda de combustibles fósiles en el sector marítimo.
Iniciativas de transición
Algunas empresas ya están invirtiendo en tecnologías alternativas y combustibles más limpios. Maersk, una de las compañías navieras más grandes del mundo, ha anunciado planes para operar su primer barco neutral en carbono para 2023 utilizando metanol verde. Estas iniciativas son cruciales para la industria, que necesita encontrar formas viables de hacer la transición a una economía baja en carbono.
El futuro de los barcos que transportan combustibles fósiles es incierto. A medida que el mundo avanza hacia una economía baja en carbono, el sector marítimo enfrenta importantes desafíos. La adaptación, la diversificación y la innovación son esenciales para que estas empresas sigan siendo competitivas y relevantes. La transición energética es inevitable y la industria marítima debe prepararse para un futuro en el que los combustibles fósiles desempeñarán un papel mucho menor.