El Telescopio James Webb hace un descubrimiento sorprendente en el borde de la Vía Láctea, llevando la ciencia al límite y revelando detalles increíbles sobre el universo distante que han fascinado a los científicos
O Telescopio James Webb (JWST) está redefiniendo los límites de la exploración espacial, y esta vez sus ojos están puestos en una impresionante región en el borde de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Desde su lanzamiento en diciembre de 2021, el telescopio ha estado capturando imágenes del universo profundo y proporcionando datos. inédito.
Sin embargo, su último descubrimiento está más cerca de casa, en lo que los astrónomos llaman “Galaxia extrema exterior".
Esta zona se encuentra a unos 58.000 años luz del corazón de la Vía Láctea, conocida como el Centro Galáctico. A modo de comparación, nuestro sistema solar está a unos 26.000 años luz del centro de la galaxia, lo que significa que esta nueva región observada por el JWST está verdaderamente en el borde de nuestra galaxia.
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La investigación reveló una región llena de cúmulos de estrellas en medio de “estallido estelar“, un período de intensa y rápida formación estelar.
Explorando las nubes moleculares de Digel
Las nuevas imágenes capturadas por JWST muestran dos nubes moleculares de gas denso, llamadas Digel Cloud 1 y Digel Cloud 2. Estas nubes, de muchos años luz de diámetro, son las “hospitales de maternidad estelares”donde están naciendo estrellas jóvenes a un ritmo rápido.
Los datos fueron capturados por Cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) y el Instrumento de Infrarrojo Medio (MIRI) del telescopio James Webb, que puede penetrar a través del polvo cósmico y proporcionar imágenes detalladas de estas regiones.
Las Nubes de Digel se diferencian de otras zonas de la Vía Láctea porque tienen una composición peculiar. Son pobres en “metais“, que en la jerga astronómico, se refiere a cualquier elemento más pesado que el hidrógeno y el helio.
Esta composición convierte a las Nubes de Digel en un excelente objeto de estudio, ya que simula las condiciones de las galaxias enanas, proporcionando pistas sobre la historia temprana de la Vía Láctea.
El nacimiento de las protoestrellas.
Entre los objetos más fascinantes captados en las imágenes se encuentran las protoestrellas, estrellas en formación, todavía envueltas en nubes de gas y polvo. Estas protoestrellas no tienen suficiente masa para iniciar la fusión nuclear, el proceso que transforma el hidrógeno en helio y que define el comienzo de la vida de una estrella.
Las protoestrellas, sin embargo, son cuerpos extremadamente activos que expulsan chorros de plasma sobrecalentado desde sus polos. Estos chorros, visibles en las imágenes de JWST, son una característica sorprendente de esta etapa temprana de formación estelar.
"En el caso de la Nube Digel 2, no esperaba ver una formación estelar tan activa y chorros tan espectaculares.“, comenta Natsuko Izumi, líder del equipo de investigación.
Chorros estelares y subcúmulos
En las regiones 1A, 1B, 2N y 2S de las Nubes de Digel, el equipo observó una intensa actividad de formación estelar. En particular, en la región 2S, los astrónomos han detectado largos chorros de material emitidos por estrellas jóvenes.
Lo que hace que este descubrimiento sea aún más interesante es el hecho de que un “subgrupoDentro de esta región se identificó una gran cantidad de estrellas, lanzando chorros en varias direcciones, como un verdadero espectáculo de fuegos artificiales cósmicos.
Estos chorros se forman cuando el material que cae hacia las estrellas en formación es expulsado de los polos, creando pantallas de plasma que viajan miles de kilómetros en el espacio.
Mike Ressler del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y miembro del equipo de investigación describió con entusiasmo este descubrimiento: “Lo que me resultó fascinante y sorprendente de los datos del JWST es que hay múltiples chorros disparados en todas direcciones desde este cúmulo de estrellas. Es un poco como un petardo, donde ves cosas disparando en un sentido y en otro."
Descubriendo misterios de la Vía Láctea
Los descubrimientos realizados por el Telescopio James Webb son sólo el comienzo de una serie de estudios que pretenden desentrañar más misterios sobre la formación estelar en regiones extremas de la Vía Láctea.
El equipo de investigación seguirá explorando cómo los diferentes entornos influyen en el nacimiento y la evolución de estrellas de distintas masas dentro de estos cúmulos.
Además, existe especial interés en investigar los discos circunestelares en las regiones de formación estelar. Estos discos de material alrededor de estrellas jóvenes son responsables de la formación de planetas, y los científicos esperan descubrir por qué los discos de estrellas en las Nubes de Digel parecen tener una vida útil más corta que los que se encuentran en regiones más cercanas a nuestro sistema solar.
Mirando hacia el futuro a través del telescopio James Webb
Con el poder de JWST, los astrónomos están más cerca que nunca de comprender cómo se forman y evolucionan las estrellas y los planetas en diferentes regiones de la galaxia.
El telescopio, con su capacidad para observar el universo en longitudes de onda infrarrojas, permite a los científicos mirar a través del polvo cósmico y obtener detalles que antes estaban fuera de su alcance.
Esta investigación es solo el comienzo de una nueva era en astronomía, en la que será posible estudiar la historia y evolución de las estrellas en múltiples escalas.
A medida que los científicos continúen combinando datos de diferentes telescopios y observatorios, la comprensión de la formación estelar y la evolución galáctica se ampliará, lo que conducirá a descubrimientos más sorprendentes.