Una iniciativa de innovación e investigación de la Universidad de Bristol ha verificado la viabilidad de utilizar sodio y algas marinas como sustitutos del litio. Los efectos a largo plazo en las baterías garantizan una mayor sostenibilidad, eficiencia y compromiso medioambiental.
Para este lunes (23/01), un grupo de investigación de la Universidad de Bristol, en Inglaterra, apunta a la innovación e investigación en el uso de baterías. Una iniciativa de la institución verificó la viabilidad de utilizar el sodio como sustituto viable del litio a largo plazo. Esta sustancia es la más atractiva para el almacenamiento de energía a bajo costo y con impacto ambiental reducida en el mercado internacional actual. Además de este compuesto, el nuevo proyecto también utiliza algas.
La iniciativa de investigación de la Universidad de Bristol apunta al sodio como un buen sustituto del litio
Actualmente, la gran parte de las baterías utilizadas en diversos aparatos electrónicos de la vida cotidiana, como teléfonos celulares y televisores, están compuestas por iones de litio.
Esta es la sustancia más utilizada en la producción de baterías, debido a su alto potencial de almacenamiento de energía para equipos de carga.
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A pesar de este beneficio energético, el uso de este material ha sido muy criticado en diversos ámbitos del mercado internacional.
Además de ser un producto no renovable y que, a largo plazo, será cada vez más escaso, las condiciones de producción del litio son adversas para el medio ambiente.
Otro factor importante que se critica actualmente es que la extracción de litio, entre otros materiales raros, muchas veces se realiza en condiciones laborales infrahumanas en países como Argentina, Bolivia, Chile, entre otros.
De esta forma, un grupo de investigación e innovación de la Universidad de Bristol se lanzó a la búsqueda de sustitutos de esta sustancia para la producción de baterías.
Así, se detectó que el sodio puede ser una buena alternativa a largo plazo en la producción de baterías, ya que, además de ser tan eficiente como el litio, permite minimizar los impactos ambientales.
Como explican los investigadores, "el sodio es la alternativa más atractiva al litio como material de ánodo para sistemas de almacenamiento de energía de bajo costo".
A pesar de esto, no todo es perfecto, y los científicos se han topado con un problema: el crecimiento descontrolado de desechos sólidos de sodio.
De esta forma, se observó el potencial de perforación de la membrana que separa los dos electrodos, provocando contacto entre ellos, y consecuente cortocircuito.
Afortunadamente, este es un problema que el grupo de investigación ya está resolviendo.
El grupo de investigación de la Universidad de Bristol utiliza algas marinas para resolver problemas en la producción de baterías de sodio
El problema del crecimiento de los residuos sólidos de sodio en sustitución del litio en la producción de baterías ya se está resolviendo en la Universidad de Bristol.
La solución encontrada por el grupo de investigación consiste en separar los extremos positivo y negativo de la batería, lo que permite la transferencia segura de la carga.
Así, se están utilizando nanomateriales de celulosa derivados de algas marinas, que permiten realizar este proceso de manera más eficiente.
Los separadores de algas evitan la penetración de cristales sólidos de sodio y contribuyen a la eficiencia de la batería, así como a la capacidad de almacenamiento de energía.
Las pruebas realizadas por el equipo de investigación de la Universidad de Bristol demuestran una eficiencia aún mayor en las baterías de sodio en comparación con las producidas por litio.
Consiguen mantener la densidad energética incluso después de 1000 ciclos de uso, lo que garantiza una buena durabilidad y eficiencia a largo plazo.
Ahora, el equipo de la Universidad de Bristol continuará con las pruebas del proyecto de investigación, que apunta a la sustitución efectiva del litio por sodio en las baterías.