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El trágico final del portaaviones São Paulo: la Armada gasta millones para hundir un símbolo de poder en el fondo del Atlántico

Por Escrito ana alicia
Publicado em 02/11/2024 às 14:06
El portaaviones fuera de servicio São Paulo fue hundido después de meses de estancamiento. Costo de R$ 37,2 millones e impacto ambiental generan críticas. (Imagen: Reproducción/Canva)
El portaaviones fuera de servicio São Paulo fue hundido después de meses de estancamiento. Costo de R$ 37,2 millones e impacto ambiental generan críticas. (Imagen: Reproducción/Canva)

El emblemático portaaviones São Paulo de la Armada de Brasil fue hundido en el Atlántico luego de enfrentar una serie de barreras diplomáticas, ambientales y operativas. La operación, que costó 37,2 millones de reales, suscitó críticas sobre los riesgos del amianto y el elevado gasto público. La decisión generó dudas sobre la viabilidad y sostenibilidad de las acciones de la Armada.

En una decisión sorprendente y rodeada de polémica, Brasil se despidió de uno de sus símbolos más emblemáticos del poder naval.

El portaaviones São Paulo, antiguo gigante de la flota brasileña, acabó sus días en el fondo del Atlántico. Hundido en febrero de 2023, a 5 metros de profundidad y a 350 km de la costa brasileña, el barco generó una secuencia de hechos que involucraron desafíos ambientales, obstáculos diplomáticos y una factura millonaria para las arcas públicas.

Historia y compra del portaaviones.

São Paulo tiene una larga historia que se remonta a la Francia de los años 1950, donde fue construida con el nombre de Foch.

Junto a la Armada francesa, participó en importantes operaciones, incluidas pruebas nucleares en el Pacífico y misiones en Oriente Medio y África.

En 2000, Brasil adquirió el portaaviones por 12 millones de dólares con el objetivo de fortalecer su presencia naval.

Sin embargo, en 2005, un incendio marcó el inicio de la decadencia del buque y, debido a los altos costos de mantenimiento y su antigüedad, la Armada de Brasil optó por desmantelarlo.

Venta por desmontaje y costes inesperados.

En el contexto de la desactivación, el casco del São Paulo fue vendido en 2021 al astillero turco Sök Denizcilik por 10 millones de reales, que tenía previsto desmantelarlo y reciclarlo en Turquía.

El astillero, certificado para el reciclaje de buques, tenía experiencia en procesos de desmantelamiento seguro, pero surgió un problema inusual antes de que el barco llegara al Mediterráneo.

Segundo o Portal Grande OportoLas autoridades turcas prohibieron la entrada al portaaviones por preocupaciones medioambientales debido al amianto, un material altamente cancerígeno utilizado en su construcción.

Estancamiento diplomático y regreso a Brasil

Al impedirle atracar en Türkiye, São Paulo inició un viaje sin rumbo. El barco regresó a Brasil, pero enfrentó nuevos problemas. Los puertos brasileños también negaron refugio al buque, empeorando la situación.

Al no tener dónde salir del São Paulo, la Armada de Brasil se vio obligada a recuperar la responsabilidad del casco y el barco comenzó a derivar frente a la costa de Pernambuco. Durante seis meses, el São Paulo navegó sin rumbo, hasta que se tomó una decisión final.

La crisis medioambiental y el impacto del amianto

El caso generó intensas discusiones ambientales. El amianto, ampliamente utilizado en barcos antiguos por sus propiedades aislantes, se ha vuelto obsoleto con el avance de la tecnología, pero aún representa una grave amenaza para la salud.

Según la Revista Sociedade Militar, el material es cancerígeno y, cuando se expone al medio ambiente, puede contaminar el ecosistema marino y afectar la salud humana. Esto hizo que el estancamiento aumentara y la Marina tuvo que tomar medidas drásticas.

Decisión final: hundimiento y altos costes implicados

En febrero de 2023, la Armada de Brasil ordenó el hundimiento del São Paulo en una zona considerada segura.

Según informó Portal Grande Ponto, el Centro Hidrográfico de la Marina indicó un punto a 350 kilómetros de la costa, a más de 5 mil metros de profundidad, para minimizar los riesgos ambientales.

Sin embargo, el costo de la operación sorprendió: 37,2 millones de reales de las arcas públicas se destinaron a viabilizar el proceso, además de la participación de 298 militares, según la Armada de Brasil.

Operación costosa y preguntas.

La venta del São Paulo generó R$ 10 millones para las arcas de la Marina, pero el costo total del hundimiento superó esa cantidad en casi cuatro veces.

La complejidad logística y el manejo del buque encarecieron el proceso de lo esperado, generando dudas sobre la efectividad de las operaciones y el destino de los recursos.

MSK Maritime, empresa dedicada al transporte del São Paulo, informó pérdidas de hasta R$ 10 millones, suma que intensificó el debate sobre la decisión de hundir el barco.

Los desafíos ambientales persisten

El episodio de São Paulo plantea interrogantes sobre la responsabilidad ambiental en las operaciones militares. El amianto, incluso a 5 metros de profundidad, sigue siendo un riesgo.

Los expertos señalan que la descomposición del material en el fondo marino puede causar daños a largo plazo a la fauna y flora marina.

Según fuentes militares, la zona del hundimiento fue elegida para minimizar este impacto, pero los activistas medioambientales siguen criticando la decisión, argumentando que se podría haber encontrado una solución más sostenible.

El viaje final de portaaviones São Paulo demuestra la complejidad de los procesos de desmantelamiento y reciclaje de grandes buques militares.

La decisión de hundirlo pone fin a una historia de 23 años de servicio en la Armada de Brasil, pero genera dudas sobre la preparación del país para enfrentar desafíos ambientales y operativos de esta magnitud.

Además de los costes millonarios y las repercusiones medioambientales, el episodio revela una serie de fallos y la falta de opciones adecuadas para el destino del barco.

¿Y cree que la Marina tomó la mejor decisión para el destino del São Paulo, o cree que se podrían haber explorado alternativas más sostenibles?

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luiz carlos da costa n7nes
luiz carlos da costa n7nes
03/11/2024 22:42

Decisión absurda de estos almirantes, considerando que China y Arabia Saudita presentaron una propuesta para comprar el barco, y asumieron todos los riesgos relacionados con el transporte marítimo y el tratamiento del amianto con total seguridad, pero estos almirantes sinvergüenzas no estuvieron de acuerdo, porque sabían que en En tres o cuatro años este barco se presentaría totalmente modernizado y listo para operar, como pasó con el portaaviones que China compró a la Unión Soviética, lo modernizó y ahora China ya está en su tercer portaaviones electromagnético, o sea. Es una nación seria y una armada seria.

ana alicia

Redactor y analista de contenidos. Escribe para el sitio web Click Petróleo e Gás (CPG) desde 2024 y se especializa en la creación de textos sobre diversos temas como economía, empleo y fuerzas armadas.

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