Una marca de vehículos eléctricos que prometía transformar el mercado no cumplió sus ambiciones y acabó declarándose en quiebra. Descubra qué salió mal.
El mercado de la movilidad eléctrica está en constante cambio. La inestabilidad del mercado se convirtió en la regla y muchos empresas que surgieron en los últimos años ahora enfrentan dificultades. EL Canoo, un fabricante estadounidense de vehículos eléctricos, se declaró en quiebra.
Las deudas se acumularon y se tomó la decisión: se suspenden todas las actividades mientras se busca una solución a los problemas financieros.
El ascenso y la caída de una startup prometedora
Canoo surgió en 2018, en la ciudad de Torrance, California, con la intención de convertirse en un referente en el sector del vehículo eléctrico.
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Su objetivo inicial era crear furgonetas eléctricas adaptables para diferentes tipos de clientes. Al principio, la empresa se llamaba Evelozcity, pero apenas un año después adoptó el nombre de Canoo.
La idea innovadora de la empresa llamó la atención y generó expectativas de que podría competir directamente con gigantes como Tesla.
En 2020, Canoo llamó la atención del Grupo Hyundai. La automotriz coreana firmó un acuerdo de colaboración por cinco años, con una inversión esperada de 87 millones de dólares. Unos meses después, Canoo decidió salir a bolsa para recaudar fondos y ampliar sus operaciones.
Problemas financieros y desafíos del mercado
Sin embargo, los problemas no tardaron en surgir. En marzo de 2021, Hyundai rompió el acuerdo alegando diferencias estratégicas.
Desde entonces, Canoo ha enfrentado una serie de desafíos financieros. La movilidad eléctrica es un mercado altamente competitivo y muchas nuevas empresas enfrentan dificultades similares.
Tesla también pasó por momentos críticos en sus primeros años, pero logró sobrevivir gracias a un nicho único.
A pesar de las dificultades, Canoo logró firmar importantes acuerdos a lo largo de los años. Uno de los más destacados fue con la NASA, que utilizó vehículos de la marca para sus operaciones diarias. Sin embargo, los logros no fueron suficientes para mantener la salud financiera de la empresa.
Declararse en quiebra y próximos pasos
El viernes pasado, Canoo se declaró en quiebra bajo el Capítulo 7 del código de quiebras de Estados Unidos.
Esto significa que la empresa se disolverá y todos sus activos se liquidarán para saldar deudas.
La negociación se puso fin de inmediato y se espera que los accionistas abandonen el barco tan pronto como se reabra el parqué del Nasdaq el lunes.
Los próximos pasos implican el nombramiento de un comité designado por el tribunal para supervisar la liquidación de Canoo. Todos los activos se venderán para pagar a los acreedores, lo que marcará el final de una startup que alguna vez se consideró prometedora.
Se especuló sobre el posible interés de Apple en adquirir Canoo, pero el acuerdo nunca se materializó.
Lecciones para el sector del vehículo eléctrico
El caso de Canoo es un reflejo de los desafíos que enfrentan las startups de movilidad eléctrica. El mercado está saturado, los costos de producción son altos y la competencia es feroz.
Las empresas necesitan mucho más que una idea innovadora para sobrevivir. Además, los inversores son cada vez más cautelosos a la hora de apostar por este segmento.
Canoo tuvo un comienzo prometedor, pero no pudo hacer frente a la adversidad económica y estratégica. Su legado puede servir de lección para otras startups que intenten establecerse en el sector.
La disolución de Canoo supone el fin de un sueño para sus fundadores y una dura lección para el mercado de los vehículos eléctricos.