En Estados Unidos, las motocicletas eléctricas de alta potencia enfrentan preocupaciones y controversias sobre seguridad y regulación. En Brasil, el debate crece: ¿estas motocicletas representan el futuro de la movilidad urbana o un peligro potencial? Las autoridades advierten de los riesgos y de la falta de reglas claras, mientras padres y jóvenes desconocen los límites legales. ¿Cuál será el destino de estos vehículos?
No es nuevo que la tecnología revolucione la forma en que nos movemos, pero las innovaciones no siempre son bien recibidas por las autoridades.
Recientemente, una decisión de las fuerzas policiales de Estados Unidos puso en duda el uso de motocicletas eléctricas de alta potencia, que eran vistas como un riesgo tanto para conductores como para peatones.
Y lo más curioso: este debate también tiene ecos en Brasil, donde el aumento del uso de motos eléctricas está generando preocupaciones similares.
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Según el Departamento de Policía de Manhattan Beach (MBPD), ubicado en el condado de Los Ángeles, el uso de motocicletas eléctricas como los modelos Sur Ron y Talaria está creciendo rápidamente, especialmente entre los adolescentes.
Estas motos pueden superar hasta cinco veces la potencia permitida para las bicicletas eléctricas reguladas y alcanzar velocidades muy por encima de los límites de seguridad. Por este motivo, el departamento ha intensificado la inspección, incluida la incautación de estos vehículos.
Motivaciones para la represión
Según el MBPD, estas motocicletas eléctricas plantean importantes riesgos de seguridad para todos los que circulan por la carretera.
El problema comienza con el hecho de que muchas de estas motocicletas se comercializan como “bicicletas eléctricas”, engañando a los consumidores.
Sin embargo, a diferencia de las bicicletas eléctricas, no tienen pedales y funcionan más como pequeñas motocicletas todoterreno.
La inspección también se justifica por el hecho de que estos vehículos a menudo no cuentan con el registro o la licencia adecuados para circular por la vía pública.
La situación se ve agravada por el uso inadecuado de estos equipos por parte de los jóvenes, a menudo sin casco ni equipo de protección.
Reflexión en Brasil
El escenario no es muy diferente en Brasil, donde el mercado de motocicletas eléctricas también está creciendo rápidamente.
Con modelos similares a los de Estados Unidos, muchos brasileños están adoptando motocicletas eléctricas por el costo-beneficio y la exención de impuestos como el IPVA en algunos estados.
Sin embargo, la falta de una regulación clara y una supervisión adecuada ha provocado situaciones de riesgo en las calles.
En Brasil, según los expertos en movilidad urbana, la popularización de estas motocicletas también genera preocupaciones sobre la seguridad vial.
“Es necesario regular estos vehículos para evitar accidentes y garantizar la seguridad de todos, conductores y peatones”, advierte un experto en derecho de tránsito.
Estrategias de marketing y desinformación
La situación de Estados Unidos también ilustra un problema global: la comercialización de motocicletas eléctricas.
Muchas empresas promocionan estos vehículos como bicicletas eléctricas para eludir los requisitos legales y atraer a más consumidores.
En la práctica, esto lleva a la compra de productos que no cumplen con la legislación local, generando confusión y, muchas veces, sanciones.
Esta estrategia también ocurre en Brasil, donde fabricantes y vendedores promocionan las motocicletas eléctricas como exentas de regulaciones.
Sin embargo, los consumidores a menudo no son conscientes de que necesitan licencias y cualificaciones específicas para conducir algunos de estos modelos.
Problemas de seguridad
Uno de los principales argumentos de las autoridades contra el uso indiscriminado de estas motos es la seguridad.
En Estados Unidos, los jóvenes suelen conducir estos vehículos sin ningún tipo de equipo de protección. Esto aumenta el riesgo de accidentes graves, tanto para conductores como para peatones.
En Brasil, el problema es aún más crítico. Muchas vías urbanas ya sufren de tráfico desordenado y falta de infraestructura adecuada, lo que aumenta el riesgo de accidentes con motocicletas eléctricas.
Legislación en debate
En Estados Unidos, estados como California han reforzado la legislación para diferenciar las bicicletas eléctricas de las motos eléctricas.
El objetivo es garantizar que sólo los vehículos regulados puedan circular por la vía pública. Sin embargo, la implementación de las reglas enfrenta resistencia, especialmente entre los consumidores jóvenes.
En Brasil, la falta de legislación específica es un desafío. Si bien el Consejo Nacional de Tránsito (Contran) ha emitido resoluciones sobre las bicicletas eléctricas, no ocurre lo mismo con las motos eléctricas, generándose un vacío regulatorio.
¿Cuál es el futuro de las motos eléctricas?
Con el avance tecnológico, es inevitable que el uso de motocicletas eléctricas siga creciendo, tanto en Estados Unidos como en Brasil.
Sin embargo, la falta de regulaciones claras y la ausencia de educación sobre seguridad vial pueden convertir esta innovación en un problema de seguridad pública.
¿Podrán los gobiernos y los fabricantes equilibrar la innovación y la seguridad, o la población seguirá enfrentándose a los riesgos de este vacío regulatorio?
Lo que he visto en algunos lugares en los que he estado, como las playas de Itapema, Camboriú y Florianópolis, es que los conductores de motos eléctricas, incluidos los niños que las conducen, utilizan los carriles bici de la costa y atropellan a los peatones sin siendo molestado por las autoridades de tránsito.