Las ciudades del interior adoptan estrategias de donación de tierras para atraer familias, promover el desarrollo y transformar el campo en una alternativa viable a la vida en las grandes ciudades.
Mientras los grandes centros urbanos sufren hacinamiento y altos costos de vivienda, las pequeñas ciudades del interior de Brasil van en la dirección opuesta. Municipios como Prudente de Morais, en Minas Gerais, y Cândido Godói, en Rio Grande do Sul, están ofreciendo terrenos gratis a quien quiera vivir allí y construir una nueva vida.
La propuesta es sencilla: atraer a las familias para combatir la despoblación, impulsar el comercio local y fortalecer economía con mayor circulación de personas y recursos. La medida atrae la atención de quienes sueñan con dejar su propiedad alquilada y buscar calidad de vida en un entorno más tranquilo.
Cómo funcionan los programas
Cada ciudad adopta su propio modelo, pero los principios son similares. Los ayuntamientos donan terrenos a través de proyectos de ley municipales. A cambio, los beneficiarios deberán construir sus viviendas en un plazo de dos a cinco años.
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La propiedad debe ser utilizada como vivienda principal, evitando la especulación inmobiliaria. En algunas regiones se da prioridad a la adquisición de tierras para familias de bajos ingresos, parejas jóvenes y residentes locales. El objetivo es retener permanentemente a los residentes y equilibrar el crecimiento urbano.
Ciudades que ya han adoptado la medida
Varios municipios ya han implementado el proyecto. Prudente de Morais ofrece, además de terrenos, incentivos fiscales para atraer nuevos residentes. Cândido Godói, conocida como la “ciudad de los gemelos”, distribuye lotes en barrios planificados.
Otros ejemplos son Serrana, en São Paulo, que ya utilizó el modelo en el pasado, y Porto Xavier, en Rio Grande do Sul, que emite periódicamente avisos de cesión gratuita de terrenos urbanos.
Infraestructura y soporte
Los lotes donados generalmente ya cuentan con infraestructura básica como agua, electricidad y pavimentación. Algunos ayuntamientos supervisan la obra con orientación técnica y apoyo de ingeniería.
En algunos casos, los nuevos residentes también tienen acceso a programas de vivienda o líneas de crédito subsidiadas. Además, muchas de estas ciudades tienen un buen IDH, bajas tasas de criminalidad y servicios públicos de calidad. La idea cobra fuerza y transforma el interior en una auténtica forma de vida alternativa.
Con información de Correio Braziliense.
Excelente iniciativa 👏🏻👏🏻!