En 2003, la Fuerza Aérea Brasileña llevó a cabo una operación secreta en Perú para rescatar a 71 rehenes en poder del grupo guerrillero Sendero Luminoso. Con el uso de un avión de avanzada tecnología, el R-99B, la misión se ejecutó con éxito y sin violencia, revelando la eficiencia de la FAB en situaciones de alto riesgo y confidencialidad.
¿Alguna vez has oído hablar de la operación secreta de la Fuerza Aérea Brasileña que desafió la selva amazónica y la violencia del grupo Sendero Luminoso para salvar a decenas de rehenes? Este episodio, mantenido en secreto durante casi dos décadas, es una de las misiones más impactantes y arriesgadas jamás llevadas a cabo por militares brasileños.
En junio de 2003, a pedido del gobierno peruano, la FAB emprendió una misión secreta que involucró tecnología de punta y estrategia extrema para rescatar a 71 personas en medio del denso bosque.
Los detalles y desenlace de este rescate son dignos de una película de acción, pero pocos conocen el impacto y las tensiones que marcaron esta histórica operación en Sudamérica.
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Un llamado de ayuda y la movilización de la FAB
La noche del 9 de junio de 2003, Brasil recibió una llamada de emergencia. El presidente de Perú, Alejandro Toledo, había solicitado ayuda urgente al gobierno brasileño para rescatar a 71 rehenes secuestrados por Sendero Luminoso, un grupo guerrillero de orientación maoísta que opera en las regiones amazónicas del país.
Entre las víctimas se encontraban empleados de la empresa Techint, que trabajaban en la construcción de un gasoducto en Ayacucho, y policías peruanos.
La situación era crítica. Los guerrilleros exigieron un rescate en efectivo, además de armas y explosivos, y amenazaron con represalias si no se cumplían las condiciones.
El gobierno peruano, consciente de la experiencia y la avanzada tecnología de rastreo de la FAB, recurrió a Brasil como última alternativa para resolver el secuestro sin violencia.
Movilización en tiempo récord
Según revista istoé, Brasil respondió rápidamente al llamado. En Base Aérea Desde Anápolis, en Goiás, un equipo de ocho soldados de la Fuerza Aérea Brasileña abordaron apresuradamente un avión R-99B.
Equipado con sensores de última generación, el Embraer El R-99B tiene capacidades avanzadas de seguimiento y reconocimiento aéreo, que le permiten rastrear grandes áreas e identificar objetivos específicos, incluso en regiones remotas y densamente boscosas.
En la madrugada del 10 de junio, el avión de la FAB aterrizó en Lima, donde los militares brasileños fueron recibidos por la Fuerza Aérea Peruana (FAP).
Recién en ese momento los pilotos y técnicos de la FAB conocieron la naturaleza de su misión: localizar al grupo de guerrilleros y a los rehenes en la selva amazónica.
Con el apoyo de la FAP, el equipo brasileño fue informado sobre los detalles del operativo y recibió las coordenadas para iniciar el seguimiento.
La tecnología brasileña entra en acción
El Embraer R-99B, avión de tecnología nacional y muy avanzado para la época, pasó a ser el principal activo de la operación.
Equipado con Radar de Apertura Sintética (SAR), Escáner Hiperespectral (HSS), Escáner Multiespectral (MSS) y Sensor Óptico e Infrarrojo (OIS), el avión de la FAB sobrevoló el bosque captando señales de radio VHF emitidas por la guerrilla.
En menos de una hora de seguimiento, los sistemas de seguimiento identificaron la transmisión en el pueblo de Toccate.
Según personal militar involucrado en la misión., las señales procedían de un campamento de Sendero Luminoso, donde se mantenía bajo vigilancia a los rehenes.
Operación de rescate táctico
Luego de localizar el campamento, la FAB inmediatamente pasó las coordenadas al equipo de operaciones terrestres de la Fuerza Aérea del Perú.
Rápidamente se enviaron helicópteros y aviones al lugar para rodear el campamento y presionar a los secuestradores para que se rindieran.
Según fuentes militares, la presencia de la fuerza aérea provocó una ola de tensión entre los guerrilleros, que optaron por liberar a los rehenes de forma paulatina.
Uno a uno, los secuestrados fueron liberados, mientras los guerrilleros buscaban la manera de escapar a través de la densa selva amazónica.
Regreso y reconocimiento
Tras la liberación del último rehén, la operación se consideró un completo éxito. No se hicieron disparos y la operación terminó sin heridos.
Luego, el Embraer R-99B regresó a la base en Lima, donde militares de la FAB sostuvieron una breve reunión con oficiales peruanos para evaluar la misión.
La mañana del 11 de junio, el Ministro de Defensa de Perú, Aurelio Loret de Mola, visitó la base en Lima para agradecer a los militares brasileños por el trabajo realizado.
Aprovechó la oportunidad para inspeccionar el interior del R-99B y reconocer públicamente la importancia del apoyo brasileño en la misión de rescate.
Secreto y reconocimiento
A pesar del éxito, El gobierno brasileño mantuvo la operación en secreto., tanto en Brasil como en Perú. En un comunicado oficial, el entonces ministro de Defensa de Brasil, José Viegas, se negó a comentar los detalles de la misión.
Sin embargo, un funcionario de la FAB, que habló bajo condición de anonimato, declaró que la operación ejemplifica el potencial del Sistema de Vigilancia de la Amazonia (SIVAM) para el monitoreo y la protección regional más allá de las fronteras nacionales.
Los acontecimientos de junio de 2003 todavía se mantienen en gran medida confidenciales, pero el episodio se recuerda como un hito en la colaboración entre Brasil y Perú en favor de la seguridad continental.
La historia es también un testimonio del avance tecnológico y de la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas de Brasil en el desempeño de misiones de alto riesgo.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Se han llevado a cabo ya otras operaciones encubiertas sin nuestro conocimiento?