Gobierno brasileño sorprende con compra de fusiles y sistemas antidrones para combatir al PCC en las cárceles. La nueva tecnología promete revolucionar la seguridad penitenciaria e interrumpir el tráfico de drogas, armas y teléfonos móviles.
La lucha contra el crimen organizado en Brasil está a punto de recibir un refuerzo tecnológico sin precedentes.
En una medida que refleja la creciente preocupación por la seguridad en las cárceles, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública decidió invertir millones en equipos de última generación para contener el avance de facciones criminales, como los Primer Comando de la Capital (PCC).
Pero ¿por qué exactamente el gobierno decidió adquirir un arma tan específica y sofisticada? ¿Y qué significa esto para el futuro de la seguridad pública en el país? Las respuestas son sorprendentes y muestran una nueva etapa en la lucha contra el crimen.
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Equipos de última generación contra el PCC
Según la información obtenida, el Ministerio de Justicia está adquiriendo sistemas antidrones y rifles Jammer para ser utilizados en unidades penitenciarias de alta seguridad.
El objetivo es interrumpir el flujo de drogas, armas, teléfonos celulares y dinero que facciones como el PCC envían a las cárceles. Esta tecnología tiene el potencial de cambiar drásticamente el control sobre las comunicaciones y el tráfico dentro de las prisiones al bloquear e inhabilitar los drones que intentan acceder a estas áreas restringidas.
Cómo funcionan los sistemas anti-drones
El equipo adquirido incluye siete sistemas fijos, diez sistemas móviles y once rifles Jammer, todos diseñados para neutralizar drones en vuelo.
Cada rifle Jammer puede interceptar ondas de radio en un radio de hasta 3 kilómetros, cortando la comunicación entre el dron y su operador. De esta manera, las autoridades podrán decidir si desactivan el dron en el aire o lo capturan para su análisis e incautación de su contenido..
La importancia de invertir en seguridad pública
Según el Ministerio de Justicia, Esta adquisición es parte de un esfuerzo mayor para fortalecer la seguridad de las cárceles brasileñas, especialmente donde se encuentran detenidos líderes de facciones criminales..
El elevado costo de la operación, estimado en R$ 62,8 millones, refleja la urgencia e importancia otorgada a esta cuestión por el gobierno federal. Unidades de la Policía Federal (PF) y la Secretaría de Administración Penitenciaria de São Paulo (SAP) son los principales responsables de implementar esta nueva tecnología.
Impacto en las prisiones brasileñas
En términos de operación, los C-UAS (Counter Uncrewed Aerial Systems) están diseñados para rastrear e identificar drones, así como localizar a sus operadores en tierra.
Con este equipo, la Policía Federal y otras agencias involucradas tendrán una herramienta crucial para monitorear y combatir las actividades criminales que involucran drones, ofreciendo una nueva capa de seguridad en las prisiones..
Detalles de adquisición y distribución de equipos.
La adquisición, que se dividió en tres lotes, incluye receptores fijos y móviles que se utilizarán para estandarizar los sistemas de seguridad en las unidades penitenciarias. [Según el aviso de licitación, el coste de cada receptor se calculó en R$ 3,6 millones, mientras que cada rifle Jammer costará R$ 149,4. Estos receptores deberán estar equipados con múltiples canales, una batería recargable y serán capaces de operar en bandas de frecuencia específicas.
Modernización de la seguridad contra el PCC y otras facciones criminales
La compra de estos sistemas anti-drones es un reflejo de la creciente sofisticación de las tácticas utilizadas por las facciones criminales en Brasil.
El uso de drones para introducir contrabando en las cárceles se ha convertido en una práctica común entre grupos como el PCC, que aprovechan la falta de recursos tecnológicos de las autoridades para mantener activas sus operaciones incluso dentro de las prisiones.
Colaboración entre agencias de seguridad.
En São Paulo, donde están encarcelados líderes como Marcola, SAP trabaja en estrecha colaboración con la Policía Federal para garantizar que este nuevo equipo se utilice de manera efectiva.
La expectativa es que esta tecnología ayude a reducir significativamente el número de incidentes con drones en las cárceles., fortaleciendo el control estatal sobre el entorno penitenciario.
Garantía de calidad y eficacia de nuevos sistemas.
Además, el gobierno federal, a través de la Policía Federal, busca incrementar la competitividad de las empresas proveedoras, asegurando que las compras cumplan con los más altos estándares de calidad y efectividad. La elección de las empresas responsables de la fabricación y el mantenimiento de los equipos fue rigurosa, con el objetivo de garantizar que el sistema funcione perfectamente durante todo el período del contrato..
Entrenamiento y entrenamiento del equipo.
La medida es parte de una estrategia gubernamental más amplia para combatir el crimen organizado en Brasil, que incluye no sólo la modernización de equipos, sino también la capacitación y calificación de funcionarios de prisiones y agentes de policía que operarán estos nuevos sistemas.
Esta iniciativa es un paso importante para contener la influencia de facciones criminales y brindar más seguridad a las prisiones y, por extensión, a la sociedad brasileña en su conjunto..
Plazos y resultados esperados
La duración del contrato para el mantenimiento y actualización de los sistemas adquiridos es de cinco años, sin posibilidad de prórroga.
Esta limitación tiene como objetivo garantizar que el gobierno pueda, al final de este período, reevaluar las necesidades y, si es necesario, renovar la tecnología utilizada, manteniéndola siempre actualizada y eficaz..
¿Realmente esta nueva tecnología podrá detener las actividades del PCC dentro de las cárceles brasileñas? ¿O las facciones criminales encontrarán nuevas formas de eludir la seguridad? La respuesta a estas preguntas definirá el éxito de esta innovadora iniciativa.