Con precipitaciones un 12% por debajo del promedio en las últimas décadas y regiones como Creta y las Islas del Egeo en colapso de agua, los hoteles en Grecia pueden adoptar agua de mar en sus piscinas para enfrentar la peor sequía de los últimos años.
Grecia, conocida por sus impresionantes islas y su mar turquesa, enfrenta un nuevo desafío que podría cambiar la experiencia turística en el país. Ante el empeoramiento de la crisis del agua, un proyecto de ley sugiere que los hoteles llenen sus piscinas con agua de mar. La medida, aunque controvertida, refleja la gravedad de la situación.
¿Pero es viable esta idea? O Sería solo una solución paliativa. ¿Qué podría causar problemas aún mayores?
La sequía en Grecia: un problema creciente
En los últimos dos años, Grecia ha experimentado niveles críticos de sequía. Las precipitaciones están en constante descenso, con una caída del 12% en el promedio anual entre 1971 y 2020, según el Observatorio Nacional de Atenas. Las regiones más afectadas incluyen las famosas islas del Egeo y Creta, que han perdido alrededor del 20% de su media de precipitaciones.
- ¿Fin de los baches en las carreteras? Nueva tecnología promete asfalto autocurativo: no más baches ni grietas
- La falta de mano de obra llega al sur del país, donde es difícil encontrar gente para trabajar en la industria, la construcción y el comercio
- El Gobierno decide construir un túnel submarino en lugar de un puente por una razón muy inusual
- Philips: ¡El gigante de los chips que creó ASML y terminó siendo expulsado de su propio mercado!
Este escenario ya ha afectado a zonas turísticas, como el lago Picrolimni, que se ha secado por completo. Esta crisis no sólo amenaza al medio ambiente, sino también al sector que es el corazón de la economía griega: el turismo.
Piscinas con agua de mar: ¿solución o problema?
El nuevo proyecto de ley propone instalar tuberías para bombear agua de mar a las piscinas de los hoteles, aliviando la presión sobre los recursos hídricos. La idea es redirigir el agua potable hacia otros usos urbanos más esenciales.
Sin embargo, no todo el mundo está convencido. Los críticos señalan la falta de normas claras para la eliminación del agua tratada con productos químicos. También son cuestiones planteadas el impacto sobre el ecosistema marino y la estética de las playas.
Los impactos ambientales en el punto de mira
El agua salada, al desinfectarse con cloro, puede convertirse en un riesgo para la vida marina. Los peces y otros organismos pueden verse afectados por la liberación de cloro al mar. Los expertos sugieren que el proyecto debería incluir medidas como la dicloración obligatoria antes de su eliminación.
Además, existe preocupación por la posibilidad de que las aguas residuales acaben vertidas junto con el agua de las piscinas, como ya ocurrió en casos anteriores. “Es necesario equilibrar el beneficio. para los turistas con la protección del medio ambiente”, comenta Elías Nokas, director de Recursos Hídricos.
La opinión de los expertos y del público.
Si bien el gobierno defiende la propuesta como una forma de preservar el agua potable, los críticos argumentan que se sobreestima el impacto de las piscinas. En islas como Mykonos y Paros, las piscinas consumen sólo el 6% de los recursos hídricos disponibles, según los estudios.
La población local y los ambientalistas exigen soluciones más sostenibles, como el uso de tecnología de desalinización, que ya se aplica en algunas islas, pero que aún enfrenta altos costos y desafíos de implementación.
Desafíos y el futuro de la sostenibilidad en Grecia
El turismo es un arma de doble filo para Grecia. Es esencial para la economía, pero también ejerce una enorme presión sobre los recursos naturales. Es hora de repensar el modelo turístico y adoptar prácticas más sostenibles.
Medidas como la sensibilización de los turistas, mayor inversión en infraestructura La energía hidroeléctrica y el uso de energías renovables podrían ser la clave para garantizar que Grecia siga siendo un paraíso sostenible tanto para visitantes como para residentes.