Un nuevo plástico supramolecular resiste el uso diario y se descompone en el agua de mar, ofreciendo una solución innovadora para reducir la contaminación y proteger los océanos.
El plástico es parte de la vida moderna. Presente en envases, productos y construcciones, facilita la vida cotidiana, pero también se ha convertido en un importante problema medioambiental. En los océanos, el plástico asfixia a los animales, destruye hábitats y puede durar siglos.
Cuando se degrada, a menudo se convierte en microplástico, que ingresa a la cadena alimentaria y amenaza la vida marina y humana. A pesar de las campañas de reciclaje y las prohibiciones, el problema de los microplásticos persiste.
Ahora, los científicos pueden haber encontrado una solución: un nuevo tipo de plástico que desaparece en el agua salada. Publicado en la revista Ciencias:, el estudio presenta los llamados “plásticos supramoleculares”.
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Estos materiales son fuertes, versátiles y, lo más importante, se disuelven en el océano sin dejar microplásticos. El descubrimiento podría ayudar a combatir uno de los mayores desafíos medioambientales de la actualidad.
Cómo se fabrica el nuevo plástico
El secreto está en la composición sencilla pero eficaz. El plástico está compuesto de dos ingredientes principales: hexametafosfato de sodio y sulfato de guanidinio. El primero se encuentra en alimentos y productos de limpieza. El segundo es un compuesto a base de sal.
Cuando estos dos compuestos se disuelven en agua, crean una red molecular densa, unida por fuerzas llamadas “puentes salinos”.
Una vez formada la red, se puede secar y moldear en películas, contenedores e incluso objetos impresos en 3D. De esta manera es posible fabricar diversos productos plásticos a partir de esta estructura.
La innovación está en la reacción al agua salada. Al entrar en contacto con el océano los enlaces moleculares se rompen.
El material se desintegra y vuelve a ser una sustancia simple, que las bacterias marinas pueden digerir sin problemas. Las películas delgadas de plástico pueden disolverse en pocas horas. Las manchas más gruesas desaparecen al cabo de unos días.
Diferencias con los plásticos convencionales
Una ventaja importante es que el nuevo plástico no necesita condiciones especiales para descomponerse. Los plásticos biodegradables tradicionales a menudo requieren calor o compostaje industrial para descomponer sus estructuras.
El plástico supramolecular reacciona de forma natural en el entorno marino, donde los residuos plásticos tienden a acumularse.
Incluso fuera del océano, no se convierte en un problema a largo plazo. Si se entierra en el suelo, por ejemplo, el material se descompone naturalmente en compuestos orgánicos. Esto evita la acumulación de residuos sólidos que tardarían cientos de años en desaparecer.
Además de ser ecológico, el nuevo plástico también es seguro. No es tóxico, no es inflamable y no genera emisiones de CO₂. A temperaturas superiores a 120°C se puede remodelar igual que los termoplásticos convencionales.
Calidad y resistencia comprobadas
A pesar de estar diseñado para desaparecer, el material es sorprendentemente duradero. Según Takuzo Aida del Centro RIKEN para la Ciencia de la Materia Emergente, la estructura reversible del plástico no compromete su resistencia ni su estabilidad.
Las pruebas han demostrado que resiste el calor y la presión tan bien como muchos plásticos tradicionales. Además, su capacidad de disolverse y rehacerse hace que sea fácil de reciclar.
Los componentes clave se pueden recuperar y utilizar para producir nuevos plásticos, creando un ciclo de reutilización que reduce aún más el impacto ambiental.
El potencial es enorme. Desde envases de alimentos hasta bolsas de supermercado, muchas aplicaciones cotidianas podrían adoptar el material. El plástico también es prometedor para la impresión 3D, ofreciendo una alternativa sostenible para la fabricación de objetos complejos.
Próximos desafíos para la adopción
A pesar de los resultados prometedores, el camino hacia su utilización a gran escala aún es largo. Las líneas de producción necesitan adaptarse para fabricar los nuevos plásticos. Las industrias acostumbradas a los plásticos tradicionales tendrán que convencerse de las ventajas medioambientales y comerciales.
Costos de producción, durabilidad en condiciones Las condiciones extremas y la adaptación de los procesos de reciclaje son puntos que necesitan más estudio. Se deben realizar pruebas adicionales para comprobar la eficacia del material en diferentes escenarios.
Otro factor importante será el apoyo de las políticas públicas. Los incentivos gubernamentales pueden acelerar la aceptación del nuevo plástico en el mercado. También se pueden crear regulaciones específicas para fomentar el uso de materiales que se disuelvan de forma segura en el medio ambiente.
Un nuevo concepto de plástico
El descubrimiento de plásticos supramoleculares marca un cambio de perspectiva. En lugar de crear materiales diseñados para durar para siempre, los científicos ahora buscan desarrollar productos que sean útiles por un tiempo limitado y luego desaparezcan sin causar daño.
Este nuevo enfoque podría redefinir la forma en que la sociedad aborda los residuos plásticos. Al invertir en soluciones que respetan los ciclos naturales, la ciencia ofrece nuevas esperanzas para un futuro con océanos más limpios y menos contaminación.
Si se pueden superar los desafíos de producción y aceptación, el plástico soluble en agua podría cambiar las reglas del juego en la lucha contra la crisis mundial del plástico.