Mucho antes de que Cabral llegara a América, los navegantes medievales ya buscaban la misteriosa Ilha Brasil, mencionada en los mapas europeos entre los siglos XIII y XIX. ¿Pudo la leyenda celta haber influenciado el nombre del país sudamericano?
Mucho antes de la llegada de los portugueses a la costa sudamericana, el nombre "Brasil" ya poblaba la imaginación de los navegantes y cartógrafos europeos. En realidad se refería a una isla legendaria situada al oeste de Irlanda, conocido por nombres como Hy-Brasil ou Isla de Brasil, que apareció con frecuencia en los mapas medievales durante más de cinco siglos. Esta tierra mítica, asociada al folclore celta, todavía existe hoy en día. suscita debates entre los estudiosos sobre las posibles conexiones con el nombre del país sudamericano.
El mito celta y la isla que aparecía cada siete años
En la tradición oral irlandesa, transmitida durante siglos antes de la llegada del cristianismo, Hy-Brasil Fue descrito como un paraíso utópico cubierto de nieblas eternas, visible sólo una vez cada siete años. La isla simbolizaba la salud, la eterna juventud, la alegría y la música: una especie de Edén perdido para un pueblo acostumbrado a la lluvia y al frío constantes.
La leyenda quedó inmortalizada en poemas, canciones y cuentos épicos, como los escritos del autor irlandés Gerald Griffin, quien describió a Hy-Brasil como la “isla de los bienaventurados”, la “tierra de descanso” y la “luz perenne”. Ya el legendario monje San Brandán, a partir del siglo VI, habría ido en busca de esta isla, alimentando la imaginación cristiana medieval con historias de una tierra prometida en medio del Atlántico.
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Una constante en los mapas antiguos
La primera mención cartográfica de la Isla de Brasil data de alrededor de 1280. Según la investigación del periodista y escritor Geraldo Cantarino, autor del libro Una isla llamada Brasil, ha aparecido en más de 120 mapas medievales hasta el siglo XIX. En documentos como la carta náutica de Zuane Pizzigano de 1424, se sitúa al norte de otras islas legendarias como Satanazes e antilia — también mitos nacidos de la mezcla de leyendas nórdicas y desconocimiento sobre el Atlántico.
Este océano era conocido en la Edad Media como “mar oscuro”, tal era la incertidumbre que se cernía sobre lo que yacía más allá de las Columnas de Hércules. Los navegantes que regresaban contaban historias de criaturas marinas y lugares encantados, que tomaron forma en mapas llenos de sirenas, monstruos y tierras de fantasía.
La isla de Brasil y su influencia cultural
Además de las representaciones cartográficas, la mítica isla dejó huellas más concretas en la cultura irlandesa e incluso en la vida cotidiana moderna. Apellidos como Brassil, Brazil y Brazzill Todavía se encuentran en Irlanda y Estados Unidos, una herencia cultural que Cantarino rastreó en las guías telefónicas durante sus estudios en la década de 1990.
La isla también ha entrado en la literatura moderna, como en la novela Finnegans Wake por James Joyce, donde aparece en una forma modificada como “Kerribrasilian”, una combinación del condado de Kerry y el nombre Brasil.
¿Brasil recibió el nombre de la isla?
Aunque la narrativa tradicional afirma que el nombre del país proviene del árbol de secoyaHay quienes defienden una versión alternativa. El diplomático británico Roger Casement, quien se desempeñó como cónsul en ciudades brasileñas como Santos e Belém, publicó el artículo Orígenes irlandeses de Brasil, en el que propuso que el nombre del país podría haberse inspirado en la isla celta.
Según Casement, el nombre Brasil ya existía en el imaginario europeo. mucho antes de la colonización de las Américas, como lo demuestran los mapas. Creía que el mito de Hy-Brasil, difundido entre navegantes y comerciantes ibéricos, pudo haber influido en la elección del nombre cuando los portugueses se instalaron en territorio sudamericano.
La investigadora Mariana Bolfarine, de la Universidad Federal de Rondonópolis, destaca que esta teoría es ampliamente discutida en Estudios irlandeses. En entrevista con BBC Brasil, afirma que “la asociación entre el nombre de Brasil y la isla celta es una hipótesis consistente, aunque marginada por la historiografía oficial”.
¿Qué dicen los historiadores brasileños?
Aunque poco conocida por el gran público, la hipótesis de la isla de Brasil fue mencionada por nombres importantes de la historiografía nacional, como Capistrano de Abreu e Laura. Según el profesor Renato de Mattos, de Universidad de Buenos Aires (UFF)Esta teoría nunca ganó fuerza porque los historiadores modernos prefieren estudiar procesos sociales y económicos en lugar de “curiosidades toponímicas”.
En su análisis, el origen mismo del nombre Brasil permanece envuelto en incertidumbre. Cabral habría bautizado el terreno con el nombre de Isla de Veracruz, posteriormente renombrado como tierra santacruz, y sólo más tarde se consolidaría el nombre Brasil. Pero nadie sabe exactamente cuándo y quién tomó esta decisión final.
Lo curioso es que, 500 años después, no sabemos quién le dio el nombre a nuestro país. Algo muy… brasileño, ¿verdad?, resume Cantarino con ironía.
La versión oficial sigue vigente
La versión aceptada por los libros de texto sigue siendo que el nombre de Brasil deriva de “brasas”, debido al color rojizo del palo de Brasil. El historiador Gustavo Barroso, primer director del Museo Histórico Nacional, incluso consideró la versión de la isla en su obra. Brasil en la leyenda y la cartografía antigua, pero concluyó que la tradición del palo de Brasil se estableció por hábito y conveniencia.
A pesar de las lagunas y controversias, la fascinación por la isla de Brasil persiste como un recordatorio de cómo Leyendas, mapas e identidad nacional pueden cruzarse de maneras inesperadas, y cómo todavía hay mucho por descubrir sobre la historia del nombre que llevamos.