China desarrolla un proceso para producir acero 3.600 veces más rápido y sin carbón. La técnica promete revolución en la industria y avances en sostenibilidad. Vea cómo funciona
Durante siglos, la producción de acero ha seguido el mismo camino: alto horno, carbón y mucho tiempo. El proceso tradicional utiliza mineral de hierro triturado, que se calienta a más de 1.300 °C en hornos alimentados con coque, un derivado del carbón. Esta combinación genera una sustancia química esencial para extraer el hierro del mineral.
Pero este método tiene un coste elevado. La producción de acero tarda entre cinco y seis horas. Además, es extremadamente contaminante. La industria del acero es responsable de entre el 7% y el 9% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Carbono, según la Asociación Mundial del Acero. Ahora, una nueva técnica desarrollada en China promete cambiar este escenario.
Producción de acero en seis segundos, sin utilizar carbón
El profesor Zhang Wenhai y su equipo han descubierto un nuevo método para fabricar acero. El proceso elimina completamente el uso de carbón y reduce el tiempo de producción a sólo tres a seis segundos. Así es: segundos, no horas.
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La innovación proviene del uso de polvo de mineral de hierro ultrafino. Este polvo se inyecta directamente en el horno mediante un chorro de vórtice. Cuando se libera en un ambiente sobrecalentado, el material sufre una reacción química casi inmediata. Las partículas de hierro se funden en pequeñas gotas y caen a la base del horno, listas para ser convertidas en acero.
Flexible y estratégico para China
Otro punto positivo de la técnica es su especificidad. Trabaja con minerales de hierro de diferentes calidades, tanto de bajo como de alto grado. Esto tiene un impacto estratégico importante para China.
Hoy en día, el país depende de las importaciones de minerales de alta calidad, procedentes principalmente de Australia, Brasil y países africanos. Con el nuevo método, China puede aprovechar sus propias reservas, que generalmente son de menor calidad. Esto puede reducir la dependencia externa y fortalecer la producción de acero a nivel nacional.
Menos energía, menos emisiones
Además de ser más rápida, la técnica también es más limpia. Al eliminar el carbón, el proceso consume hasta un tercio menos de energía. Este cambio está en línea con los objetivos medioambientales de China, que apuntan a lograr la neutralidad de carbono para 2060.
Reducir el uso de energía y eliminar los combustibles fósiles hace que el nuevo método sea más sostenible. Esta innovación podría influir también en otros sectores que dependen del acero, como la construcción civil, la industria automotriz y los grandes proyectos de infraestructura.
Liderazgo global en la transformación
China ya es el mayor productor de acero del mundo. Más de la mitad del acero del mundo proviene de allí. Con esta nueva tecnología, el país puede fortalecer aún más su liderazgo. Pero ahora, con una diferencia importante: la sostenibilidad.
Si la técnica se amplía con éxito, podría influir en otros países. La industria del acero es una de las más contaminantes del planeta. Un cambio de esta escala podría tener un impacto global y otros productores podrían adoptar prácticas similares.
El efecto cascada podría desacoplar la producción de acero con alto contenido de carbono. Este sería un paso relevante hacia una economía más verde.
El avance de China demuestra que incluso los sectores de la industria pesada pueden cambiar. Innovar, adaptarse y evolucionar son posibilidades reales cuando hay una necesidad y una visión de futuro.
Por supuesto, convertir este experimento en una producción a gran escala no será sencillo. Existen desafíos económicos, técnicos y regulatorios. Pero el descubrimiento ya abre una nueva posibilidad. Un camino más limpio y rápido hacia uno de los materiales más utilizados del mundo. China, con esta nueva técnica, puede estar marcando el camino.
Con información de Jason Deegan.