La minería en aguas profundas preocupa a los expertos por el impacto que tiene sobre la vida marina el vertido de residuos en la zona de aguas intermedias, una de las de mayor biodiversidad del océano. Entender los riesgos
Una zona de aguas intermedias, un ecosistema oculto que comienza a 200 metros debajo de la superficie y es el hogar de extrañas y delicadas criaturas que son esenciales para la vida en la Tierra, ahora amenazada por el avance de la minería en aguas profundas.
En esta misteriosa parte del océano, dividida entre la zona crepuscular y la zona de medianoche, viven animales que son fundamentales para la cadena alimentaria marina. Las ballenas y peces valiosos como el atún dependen de ellos para sobrevivir. Pero este sistema se enfrenta a una amenaza cada vez más real: la minería en aguas profundas.
Carrera por los metales en el fondo marino
La demanda de baterías utilizadas en coches eléctricos y teléfonos inteligentes está creciendo a un ritmo rápido. Para satisfacer esta demanda, las empresas mineras apuntan a las profundidades del océano.
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En el fondo del mar hay nódulos polimetálicos del tamaño de una patata. Son ricos en níquel, cobalto y manganeso, metales esenciales para las tecnologías modernas.
Estos nódulos se forman a lo largo de millones de años a medida que los metales del agua de mar se acumulan alrededor de fragmentos como conchas o dientes de tiburón. Una de las regiones más solicitadas para la remoción es la Zona Clarion-Clipperton en el Océano Pacífico, al sureste de Hawái.
Pruebas y planes para la minería comercial
Desde la década de 1970 se han realizado pruebas exploratorias en alta mar. En 1994 se creó la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), encargada de regular estas actividades.
Sin embargo, no fue hasta 2022 que se probó el primer sistema completo de recolección de nódulos en la Zona Clarion-Clipperton, por las empresas The Metals Company y Nauru Ocean Resources Inc.
Ahora, estas empresas planean iniciar la minería comercial a gran escala. La expectativa es que presenten propuestas formales a la ISA en junio de 2025. La organización discutirá el tema en julio, analizando reglas, pautas y distribución de beneficios.
Proceso rápido y controvertido
La propuesta minera incluye vehículos recolectores que raspan el fondo marino para recolectar los nódulos. Como resultado, se agitan los sedimentos, se destruyen hábitats y se generan desechos.
Estos desechos, mezclados con agua y nódulos triturados, regresan al océano en forma de lodo, creando grandes columnas en la columna de agua.
La profundidad exacta de la eliminación aún es tema de debate. Algunas propuestas sugieren lanzamientos a una profundidad de alrededor de 1.200 metros.
Sin embargo, los científicos advirtieron: el comportamiento de estas columnas en aguas intermedias es poco conocido. El océano está en constante movimiento, con corrientes que pueden esparcir sedimentos a grandes distancias.
Riesgos para la vida en el fondo marino
Las columnas pueden interferir directamente con los animales que viven en la zona media del agua. El zooplancton, base de la cadena alimentaria en esta región, puede verse afectado por partículas que obstruyen sus estructuras respiratorias y de alimentación.
Los peces y depredadores visuales, que no tienen señales luminosas, también pueden ver alterado su comportamiento por la turbidez del agua.
Además, las criaturas gelatinosas como las medusas y los sifonóforos pueden sufrir acumulación de sedimentos en sus cuerpos. Un estudio reciente mostró que las medusas expuestas a estos materiales aumentaron la producción de moco (un evento relacionado con el estrés) y activaron genes vinculados con la curación.
Un oceanógrafo que estudia el zooplancton en la Zona Clarion-Clipperton ha expresado su preocupación por los impactos de la minería de aguas profundas en este ecosistema de aguas intermedias, que alberga pequeños animales como el zooplancton y el micronecton.
La liberación de columnas de sedimentos puede afectar gravemente a estos organismos al obstruir las estructuras respiratorias y de alimentación, diluir los recursos nutricionales y bloquear la luz esencial para la comunicación y la caza de especies bioluminiscentes y depredadores visuales.
Otro impacto preocupante es la contaminación acústica. Las máquinas mineras emiten ruidos que pueden interrumpir la comunicación y la navegación entre varias especies.
Efectos en la cadena en el ecosistema
Las perturbaciones provocadas por la minería en una parte del océano pueden tener repercusiones mucho más allá del área de acción directa. Una disminución en el número de zooplancton, por ejemplo, puede afectar a los peces que se alimentan de él, y esto tiene un efecto dominó en toda la cadena alimentaria.
La zona de aguas intermedias también juega un papel importante en la regulación del clima global. El fitoplancton en la superficie captura dióxido de carbono. El zooplancton consume este material y, a través de la respiración, la excreción o la muerte, ayuda a transferirlo al fondo marino.
Este proceso contribuye al secuestro de carbono durante largos períodos. Interferir con este ciclo puede tener consecuencias ambientales a largo plazo.
Falta de conocimiento sobre los fondos marinos
A pesar del creciente interés en la minería de aguas profundas, la zona de aguas intermedias aún es poco conocida. Un estudio de 2023 de la Zona Clarion-Clipperton descubrió que entre el 88% y el 92% de las especies de la región eran nuevas para la ciencia.
Sin embargo, las regulaciones actuales se centran más en los impactos sobre el fondo marino y no consideran plenamente los efectos sobre la columna de agua. Las decisiones que tome ISA en julio de 2025 podrían definir el futuro de la minería en zonas como esta.
Con operaciones a gran escala cada vez más cercanas, aumenta el riesgo de daños permanentes. Sin estudios exhaustivos sobre los efectos de las técnicas mineras, las decisiones que se tomen ahora podrían comprometer un ecosistema que ha sido poco explotado.
La zona intermedia de agua, invisible a los ojos humanos, podría ser la próxima víctima de una nueva carrera por los recursos. Y las consecuencias de esto aún no están claras.
Con información de The Conversation.