Descubra cómo las células solares flexibles y duraderas obtienen energía de cualquier luz, incluso una vela, eliminando la necesidad de baterías y cables en los dispositivos.
Cada año se desechan 3,1 millones de pilas... sólo de los mandos a distancia de los televisores. Conseguir que nuestros dispositivos se carguen solos (ya sea con luz solar, luz artificial o incluso con velas) nos liberaría de la necesidad de enchufarlos o cambiarles las baterías, haciéndolos muy más sostenible y energéticamente eficiente.
La promesa de Exeger Powerfoyle
La empresa sueca Exeger ha desarrollado células fotovoltaicas flexibles que prometen cambiar nuestra relación con la electrónica: están especializadas en convertir la luz procedente de prácticamente todas las fuentes internas en electricidad. Sus creadores comparan la tecnología, capaz de aprovechar la luz de una vela, con las algas del fondo del mar, donde la oscuridad es casi total: “podemos utilizar sólo unos pocos fotones de forma muy eficiente”.
“El mayor avance desde 1988”
Aunque las células fotovoltaicas llevan más de 50 años en dispositivos como calculadoras, este es “el mayor avance desde 1988”, dice Giovanni Fili, cofundador de Exeger.
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Se refiere al año en que investigadores de la Universidad de California descubrieron cómo producir células flexibles de bajo coste. Pero eran demasiado frágiles e ineficientes para integrarlos en dispositivos electrónicos complejos como auriculares Bluetooth.
Un nuevo tipo de electrodo para la recolección de energía.
Fili y su socio, Henrik Lindström, patentaron un nuevo material con una conductividad mil veces mayor que la de los electrodos convencionales (el componente que permite la recogida y transporte de la corriente eléctrica en la célula fotovoltaica).
Además de ser flexible, este material similar a la piel es resistente al agua, al polvo y a los impactos, y puede ser utilizado en dispositivos electrónicos modernos, asegurando eficiencia y durabilidad en la captura de energía.
Hay mucho camino por recorrer
Um Documento técnico baja las expectativas. Por ahora, las celdas Powerfoyle entregan un voltaje de entre 0,57 y 0,6 voltios cuando se exponen a una luz de 100 a 1000 lux (un LED con una temperatura de color de 5000K). La potencia de salida varía entre 6 y 54 microvatios por centímetro cuadrado. Parte del problema es que el material produce una sombra considerable que reduce su eficacia. Powerfoyle todavía no es suficiente para no volver a recargar un smartphone, admite Exeger, pero pueden aumentar su autonomía en un 50%.
Ya se están fabricando en serie
Exeger lleva años trabajando en este invento y ya tiene capacidad para producir 2,5 millones de metros cuadrados de película Powerfoyle al año, que se imprime con una máquina “ultrasecreta”. La primera generación ya está lista para llegar al mercado en productos como auriculares, parlantes inalámbricos y un casco para bicicleta. Entre sus clientes se encuentran Philips, Marshall, Kapsch y Adidas. La empresa espera llegar a mil millones de personas para 2030 de una forma u otra.
Más información | exéger