La falta de ingenieros en Brasil amenaza sectores cruciales como la infraestructura y la tecnología. Con una creciente deserción escolar y planes de estudios obsoletos, el país necesita soluciones urgentes, desde inversiones en educación básica hasta reformas en la educación superior.
La ingeniería, tradicionalmente asociada al progreso y la innovación, enfrenta un desafío inquietante en Brasil.
A pesar de ser una de las áreas más estratégicas para el desarrollo del país, la escasez de profesionales amenaza con frenar el avance de sectores cruciales como la infraestructura y la tecnología.
El escenario es alarmante: Faltan 75 ingenieros para satisfacer las demandas del mercado., exponiendo un déficit que es a la vez educativo y estructural.
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Según datos de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), la formación de ingenieros en Brasil no se adapta a las crecientes necesidades del mercado.
La deserción escolar, los planes de estudio obsoletos y la falta de inversión en educación básica e infraestructura han creado un cuello de botella difícil de superar.
Este panorama es un reflejo de problemas que se vienen produciendo desde hace décadas y que, de no abordarse con urgencia, podrían comprometer el futuro del país.
Formación insuficiente y comparaciones internacionales
Brasil forma alrededor de 40 mil ingenieros por año, cifra que parece insignificante si se compara con otras naciones emergentes.
China y Rusia, también miembros de los BRICS, forman a más de 450 mil profesionales anualmente. Esta discrepancia pone de relieve el atraso de Brasil en un sector que es esencial para la competitividad global.
Entre 2014 y 2021, aproximadamente 150 estudiantes abandonaron las carreras de ingeniería en Brasil, según el Consejo Federal de Ingeniería y Agronomía (Confea).
Esta evasión se debe a factores como la crisis económica y las bajas perspectivas de empleabilidad.
Según Marcos Gabriel Oliveira de Souza, estudiante de ingeniería mecatrónica de la UnB, “trabajar como ingeniero requiere obstinación y, muchas veces, vínculos familiares que facilitan el acceso al mercado”.
Deficiencias en la educación básica y desinterés por la zona
El problema comienza mucho antes de ingresar a la educación superior.
La mala calidad de la educación básica en matemáticas y ciencias exactas dificulta la formación de una base sólida para los futuros ingenieros. Expertos, como Michelly de Souza, de la Fundação Inaciana Pe.
Saboia de Medeiros (FEI), defienden la necesidad de estimular el interés por las ciencias exactas desde edades tempranas.
Según ella, “hay que despertar el interés de forma lúdica, mostrando cómo resolver problemas reales”.
Iniciativas como las impulsadas por el Centro de Integración Empresa-Escuela (CIEE) buscan reducir este desinterés, ofreciendo pasantías y alianzas con instituciones de renombre.
Mônica Vargas, superintendente del CIEE, destaca que estos esfuerzos son esenciales, pero aún insuficientes para superar la aversión a las matemáticas o el desconocimiento sobre las posibilidades de la ingeniería.
CV obsoletos y abandono universitario
Otro obstáculo importante son los planes de estudios de las carreras de ingeniería, considerados obsoletos por estudiantes y especialistas.
Los planes de estudio, a menudo centrados en temas experimentales sin aplicación práctica, no reflejan la realidad del mercado.
“Tenemos muchas materias que no aportan al ejercicio de la profesión”, critica Marcos Gabriel, de la UnB.
Michelly de Souza sugiere una reforma urgente, enfatizando la inclusión de experiencias prácticas y proyectos relacionados con el mercado. Además, entornos universitarios más acogedores, con laboratorios modernos y metodologías activas, podrían reducir las tasas de deserción, especialmente en los primeros semestres.
Impactos de la falta de ingenieros en Brasil
La escasez de ingenieros ya está afectando a sectores fundamentales.
La ampliación de la infraestructura, el desarrollo tecnológico e incluso la ejecución de Las grandes obras sufren retrasos y costes adicionales por la falta de profesionales cualificados.
Como se ha Correo Braziliense, ámbitos como el transporte y la energía se enfrentan a grandes retos, mientras que las multinacionales y los organismos públicos ofrecen las únicas oportunidades atractivas para estos profesionales.
Marcos Gabriel destaca que muchas empresas ni siquiera alcanzan el salario mínimo para la categoría, estimado en R$ 7 en el Distrito Federal.
Esto desalienta aún más a los jóvenes a seguir la profesión, aumentando el ciclo de dificultades que enfrenta el sector.
Posibles soluciones para un futuro sostenible
Aunque el escenario es desafiante, existen posibles formas de revertir la crisis.
Invertir en educación básica, promover reformas curriculares y ampliar el acceso a pasantías son pasos esenciales para hacer que la ingeniería sea más atractiva.
Además, comunicar a la sociedad la importancia de la ingeniería para problemas reales puede ayudar a atraer nuevos talentos.
Como concluye Michelly, “la ingeniería juega un papel fundamental en la construcción de un futuro más justo y sostenible, con tecnologías limpias y soluciones para optimizar los recursos”.
¿Pero Brasil está preparado para afrontar este desafío y valorar a sus ingenieros?
¿Y tú? ¿Cree que Brasil podrá superar ese déficit y colocar la ingeniería en el lugar destacado que merece? ¡Deja tu opinión en los comentarios!
Interesante. Mi hijo es licenciado en ingeniería de producción mecánica y no consigue trabajo. Salario que no coincide con la profesión.
Me gustaría saber donde están estas vacantes.
Deben faltar Ingenieros recién egresados, que acepten salarios por debajo del mínimo establecido por el CREA, porque con más de 20 años de experiencia en el campo y amplia formación, con un posgrado en Gestión de Obra Civil, todavía me encuentro ignorado para todas las vacantes anunciadas. Noticias extrañas y extrañas.
Mi hijo es licenciado en ingeniería de producción e ingeniería post-soldadura y no trabaja