Los investigadores han descubierto hielo de 1,2 millones de años en las profundidades de la Antártida, lo que ofrece una visión única del clima antiguo de la Tierra y proporciona pistas cruciales para comprender el cambio climático a lo largo de la historia del planeta.
Científicos del proyecto Más allá de EPICA: el hielo más antiguo logró una hazaña extraordinaria al perforar 2.800 metros en el hielo de la Antártida, obteniendo un núcleo que registra el clima de la Tierra hasta hace 1,2 millones de años.
Este descubrimiento sin precedentes se realizó en Pequeña cúpula C, una región remota en el continente helado. Como resultado, el conocimiento sobre la historia climática del planeta da un importante salto adelante.
Los datos obtenidos prometen profundizar nuestra comprensión del cambio climático a lo largo de millones de años.
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"Encontramos el registro hace entre 0,8 y 1,2 millones de años, exactamente como se predijo. Se amplía el núcleo de hielo obtenido hace 20 años por el proyecto EPICA”, explicó Frank Wilhelms, investigador principal y profesor asociado de la Universidad de Göttingen y del Instituto Alfred Wegener.
¿Por qué son valiosos los núcleos de hielo?
Cada capa de hielo de la Antártida es como una cápsula del tiempo, que preserva partículas atmosféricas, gases y composiciones isotópicas de cuando formado.
Estas muestras ofrecen pistas sobre temperaturas, niveles de dióxido de carbono y fenómenos meteorológicos pasados.
El equipo encontró hasta 13.000 años comprimidos en sólo un metro de hielo, creando un registro extremadamente detallado.
"Este núcleo de hielo contiene un registro climático de alta resolución que se remonta a 1,2 millones de años”, explicó Julien Westhoff, científico jefe en el campo y becario postdoctoral en la Universidad de Copenhague.
El desafío de la perforación
El trabajo requirió más de 200 días de esfuerzo continuo en condiciones extremas en la meseta antártica central.
La zona donde se realizó la perforación se encuentra a 3.200 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas medias en verano de -35°C.
La ubicación y las condiciones climáticas adversas hicieron que el proyecto fuera complejo, tanto desde el punto de vista técnico como logístico.
La elección del lugar fue crucial. Equipos de última generación, como radiosondas y modelos avanzados de flujo de hielo, ayudaron al equipo a identificar el lugar ideal para perforar.
Logística desafiante
El transporte de muestras es una etapa crítica del proyecto. El hielo extraído debe mantenerse a una temperatura de -50°C para conservar sus características. Para ello, las muestras serán llevadas a Europa a bordo del rompehielos. laura bassi.
Segundo Gianluca Bianchi Fasani, jefe de logística de ENEA Para el proyecto, mantener la cadena de frío es una operación extremadamente desafiante.