Los investigadores confirman que la Luna de la Tierra tiene un núcleo interno sólido y un núcleo externo fluido, lo que influye en su evolución magnética.
Una nueva investigación publicada en Nature Geoscience ha revelado detalles sin precedentes sobre la estructura interna de la Luna, resolviendo uno de los mayores misterios sobre el satélite natural de la Tierra. Utilizando datos sísmicos de las misiones Apolo, realizadas por la NASA entre 1969 y 1972, y simulaciones geofísicas avanzadas, científicos confirmaron que la Luna tiene un núcleo interno sólido y un núcleo externo fluido, ambos compuestos predominantemente de hierro, características similares a las de la Tierra, según un análisis realizado por investigadores de la Universidad de la Costa Azul, en Francia.
El estudio determinó que el núcleo interno de la Luna tiene un radio de aproximadamente 258 km, mientras que el núcleo externo fluido mide alrededor de 362 km de radio. este descubrimiento refuerza la teoría de que la Luna alguna vez tuvo un fuerte campo magnético, similar al de la Tierra, pero que se disipó con el tiempo. Según la NASA, la estructura diferenciada del núcleo puede haber sido esencial para la evolución del satélite y su interacción gravitacional con la Tierra durante miles de millones de años.
¿Qué significa el descubrimiento del núcleo de la Luna?
La existencia de un núcleo metálico explica varios fenómenos lunares ya observados. Según el estudio publicado por la Agencia Espacial Europea (ESA), hace unos 3 millones de años la Luna tenía un intenso campo magnético, creado por el movimiento del núcleo fluido. Sin embargo, la ralentización de este movimiento a lo largo del tiempo hizo que este campo perdiera fuerza, dejando la superficie lunar desprotegida frente a los vientos solares y los micrometeoritos.
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La ESA señala que la ausencia de magnetosfera puede haber sido un factor crucial en la erosión de la superficie lunar y las diferencias entre su composición y la de la Tierra. La nueva investigación sugiere que la Luna experimentó un proceso de diferenciación interna, en el que los elementos más densos se hundieron hacia el núcleo, mientras que los materiales más ligeros permanecieron en la corteza y el manto lunares.
¿Cómo descubrieron esto los científicos?
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron datos sísmicos recopilados durante las misiones Apolo y utilizaron modelos informáticos avanzados para comprender la estructura interna de la Luna. Según el equipo de la Universidad de Maryland, que... participó en la investigaciónLas ondas sísmicas detectadas por los sismómetros instalados por la NASA en la década de 1970 indicaron variaciones en la densidad del núcleo, lo que ayudó a diferenciar su composición sólida y fluida.
Los científicos también compararon esta información con los análisis gravitacionales obtenidos por la misión GRAIL de la NASA, que mapeó pequeñas variaciones gravitacionales en la Luna entre 2011 y 2012. La referencia cruzada de esta información fue esencial para crear un modelo tridimensional detallado de la estructura interna del satélite.
¿Cómo podría cambiar esto para futuras misiones?
El descubrimiento tiene implicaciones importantes para futuras misiones lunares, incluido el programa Artemis de la NASA, que tiene como objetivo enviar astronautas a explorar el Polo Sur de la Luna a finales de esta década. Según un informe publicado por la propia agencia espacial, comprender la composición del núcleo lunar puede ayudar a definir sitios de aterrizaje seguros y construir bases lunares permanentes.
Los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) también señalan que comprender la estructura interna lunar podría proporcionar información sobre la formación de otros cuerpos celestes, como Marte y las lunas de Júpiter y Saturno. Hacia Se tendrán en cuenta los nuevos descubrimientos en futuras misiones robóticas y tripuladas, que buscarán recolectar muestras del manto y el núcleo lunar para un análisis más detallado.