Por primera vez en una década, el petróleo supera a la soja y ocupa el primer lugar en las exportaciones brasileñas. Con producción creciente y características sustentables, la región del presal coloca a Brasil entre los gigantes del mercado global. ¿Podrá la soja recuperar el trono o el petróleo dominará definitivamente?
¿Quién hubiera pensado que Brasil, un gigante conocido por sus vastas plantaciones de soja y caña de azúcar, vería al petróleo convertirse en líder absoluto en exportaciones?
El producto, que durante años ocupó posiciones secundarias, dejó atrás la hegemonía de la soja y alcanzó el liderazgo en ingresos por primera vez en la historia reciente.
Detrás de esta transformación hay una combinación de factores que van desde la alta demanda global hasta la eficiencia de la producción nacional. Pero, ¿qué significa este cambio para el futuro económico del país?
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En 2024, el petróleo superó a la soja como principal producto de exportación de Brasil, alcanzando ingresos récord.
Según datos de la Secretaría de Comercio Exterior (Secex), de enero a noviembre de este año, el país exportó 85,45 millones de toneladas de petróleo, un aumento del 14,4% respecto al mismo período de 2023.
En términos financieros, esto representó 42,76 millones de dólares de ingresos, superando los 42,08 millones de dólares generados por la soja.
Este hito histórico refleja un escenario inédito en más de una década, en el que la oleaginosa dominó la agenda exportadora brasileña.
El liderazgo inesperado del petróleo
Aunque el petróleo ya había amenazado con liderar en años anteriores, siempre hubo otro competidor que lo superó, como es el mineral de hierro.
Esta vez, sin embargo, el aumento de la producción y las características específicas del petróleo brasileño fueron decisivos, como destacó Roberto Ardenghy, presidente del Instituto Brasileño de Petróleo y Gas (IBP).
Explicó que el petróleo extraído del presal emite menos CO₂ en comparación con el de otros países, atendiendo a las crecientes demandas de descarbonización del mercado internacional.
La soja, por su parte, enfrentó una cosecha difícil debido a la sequía, y los envíos cayeron un 1,3% en el mismo período.
Además, los precios de las semillas oleaginosas cayeron un 17%, dañando aún más su competitividad.
La producción nacional va en aumento
Brasil cierra 2024 con una posición destacada en el mercado petrolero mundial.
La producción del país ya supera los 3,5 millones de barriles diarios y debería superar los 4 millones en 2025, según las proyecciones del IBP.
Grandes inversiones en el presal, lideradas por Petrobras y otras empresas del sector, podrían aumentar la producción a más de 5 millones de barriles por día para 2030.
Esta trayectoria coloca a Brasil entre los cinco mayores productores mundiales, superando potencialmente a países como Irak y China.
“Estamos experimentando un aumento muy significativo en la producción de petróleo.
Es algo que tiene todo para continuar en los próximos años, considerando la demanda global y la competitividad de nuestro producto”, afirmó Ardenghy.
¿Por qué el petróleo brasileño es tan competitivo?
O petróleo extraído del presal brasileño Tiene una característica que lo hace sumamente deseable en el mercado internacional: baja intensidad de carbono.
La producción nacional emite, en promedio, menos de 20 kg de CO₂ por barril de petróleo equivalente, mientras que en Canadá, por ejemplo, esta cifra alcanza los 45 kg.
Esto satisface las necesidades de refinerías y plantas petroquímicas en busca de fuentes más sostenibles.
Además, el crecimiento de la demanda mundial de petróleo, especialmente en los mercados asiáticos, debería sostener el ritmo de las exportaciones brasileñas en los próximos años.
Incluso con debates sobre la transición energética, la expectativa es que el consumo de petróleo se mantendrá alto en el mediano plazo.
¿Aún puede la soja recuperar su posición?
A pesar de la pérdida de liderazgo, la soja no está fuera de juego. El sector espera un aumento de más del 10% en la producción en 2025, impulsado por la recuperación de la productividad.
Sin embargo, lograr un mejor desempeño del petróleo será un desafío, especialmente si los precios de las semillas oleaginosas no se recuperan.
Mientras tanto, el petróleo se consolida como un componente clave para la economía brasileña, representando no sólo una importante fuente de ingresos, sino también una ventaja estratégica en el escenario energético global.
¿Qué opinas de este cambio histórico? ¿Seguirá el petróleo como líder absoluto o la soja tiene posibilidades de retomar esa posición en los próximos años? ¡Deja tu opinión en los comentarios!
Lo que no dice el post es que Brasil también importa diésel y petróleo.
Así que la Soja sigue siendo imbatible considerando el Balance Exp x Imp.
Aun así, Brasil sigue siendo un país pobre.