Con sólo 0,11 km², el Estado Soberano de la Orden Bektashi podría arrebatarle al Vaticano el título de país más pequeño del mundo. Si se aprueba, este nuevo microestado en Albania tendrá ciudadanía exclusiva para líderes religiosos y promete tener un impacto en la política global.
Durante años, la Ciudad del Vaticano ha ostentado el título del país más pequeño del mundo, pero ese reinado podría estar a punto de terminar. Albania sorprendió la escena internacional al proponer la creación de un estado soberano sin precedentes, que será incluso más pequeño que el Vaticano. Esta decisión podría redefinir la geografía global y plantear una serie de cuestiones sobre la soberanía, la religión y la política global.
La idea de un nuevo país no surge de la nada. El gobierno albanés, A través de un proyecto El proyecto de ley presentado por el primer ministro pretende transformar la sede de la Orden Bektashi en un estado independiente. Si se aprueba, esta nueva nación, llamada provisionalmente Estado Soberano de la Orden Bektashi, ocuparía sólo 0,11 kilómetros cuadrados, aproximadamente una cuarta parte del tamaño del Vaticano.
¿Pero qué hace que esta propuesta sea tan especial? ¿Y cuáles son las consecuencias para Albania y el mundo?
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¿Qué es la Orden Bektashi y por qué busca la soberanía?
La Orden Bektashi es una secta islámica sufí con raíces en el Imperio Otomano, que surgió en el siglo XIII. Su objetivo principal siempre ha sido promover una interpretación mística del Islam, centrada en la espiritualidad, la tolerancia y la unidad. Desde 1925, su sede mundial se encuentra en Albania, lo que la convierte en uno de los mayores centros de la tradición Bektashi.
Con el paso de los años, la Orden ganó relevancia dentro y fuera de Albania, pero siempre enfrentó desafíos políticos y religiosos. Para garantizar su autonomía y la preservación cultural, los líderes religiosos comenzaron a buscar formas de obtener reconocimiento oficial. Y nada es más simbólico que tener tu propia nación.
La soberanía daría a la Orden Bektashi un estatus único, similar al que el Vaticano tiene para la Iglesia Católica. Esto permitiría a sus líderes gobernar sin interferencia política y garantizar la continuidad de sus tradiciones sin presiones externas.
El país más pequeño del mundo: ¿cómo será?
Si se aprueba la propuesta, el Estado Soberano de la Orden Bektashi será el país más pequeño del mundo. Para que os hagáis una idea, sus 0,11 km² son más pequeños que muchos barrios de grandes ciudades. Sólo un grupo selecto de personas tendrá ciudadanía en este nuevo microestado: los líderes religiosos de la Orden y las autoridades gubernamentales.
La estructura política de este país también seguirá un modelo único, muy similar al del Vaticano. En lugar de elecciones tradicionales, el poder estará dentro de la propia Orden y su gobierno se basará en los principios espirituales y administrativos de la secta.
Desde un punto de vista territorial, el país será una isla dentro de Albania, funcionando de forma independiente, pero rodeada de tierras albanesas. Esto plantea interrogantes sobre la seguridad, las relaciones diplomáticas e incluso cómo será reconocido por otros países.
Impactos políticos, económicos y culturales del nuevo país
La creación del país más pequeño del mundo no ocurre sin consecuencias. Este movimiento puede tener un impacto directo en las relaciones internacionales, especialmente porque involucra un territorio dentro de otro estado soberano. ¿Cómo verán esta decisión otros países? ¿Está Albania preparada para este cambio?
Más allá de la política, Está el factor económico y turista. El Vaticano, a pesar de ser pequeño, recibe millones de visitantes cada año. El Estado Soberano de la Orden Bektashi podría seguir este mismo camino, convirtiéndose en un centro espiritual y cultural para eruditos, peregrinos y turistas interesados en aprender más sobre el sufismo.