El municipio de São Vicente Férrer, en la región Agreste de Pernambuco, ha iniciado una transformación energética que viene llamando la atención en el país. Con 16.677 habitantes y a 107 kilómetros de Recife, la ciudad instaló 1.850 paneles solares en escuelas, hospitales y oficinas públicas.
Además, el gobierno de la ciudad adquirió coches eléctricos para renovar la flota municipal. Se estima que la iniciativa generará una ahorro anual de hasta R$ 1,5 millones, un valor que se destinará íntegramente al ámbito de salud pública.
Inversión y estrategia en energía solar
El cambio comenzó en 2023, cuando la ciudad obtuvo una Línea de crédito de R$ 4 millones junto al Banco do Brasil. En lugar de construir una planta centralizada, el equipo técnico optó por instalar subplantas solares en los tejados de los edificios públicos.
Según el secretario municipal de Planificación y Gestión, Adilson Carlos Ferraz, fue necesario reforzar las estructuras de los predios y conectar los sistemas a la red neoenergía.
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La iniciativa implicó cuatro escuelas, una guardería, siete unidades de salud y los principales órganos administrativos. Desde entonces, el consumo energético de la ciudad ha disminuido drásticamente.
Flota de vehículos eléctricos y movilidad social
Junto con la transición solar, la ciudad invirtió R $ 700 mil al comprar cuatro vehículos eléctricos, con recursos de fundeb y el presupuesto municipal.
La nueva flota presta servicio a los departamentos de Educación, Salud y Asistencia Social. Uno de los vehículos transporta pacientes para recibir tratamiento en otras ciudades, mientras que dos vehículos ayudan a los estudiantes en zonas de difícil acceso. Este último atiende a familias en situaciones de vulnerabilidad.
La ciudad planea reemplazar los 12 vehículos de la flota para fines de 2025, haciéndolo completamente eléctrico.
El potencial solar de Agreste impulsa el proyecto
Ubicado en una de las zonas con la mayor radiación solar en Brasil, São Vicente Férrer aprovecha una condición natural estratégica.
Segundo o Atlas brasileño de energía solar, publicado por Inpe, la región tiene un alto potencial de generación fotovoltaica, lo que hace aún más eficiente la inversión.
En 2024, Brasil superó la marca de 54 gigavatios de capacidad de energía solar instalada, lo que representa casi cuatro veces la generación de Usina de Itaipú.
Los expertos señalan que el retorno de la inversión en energía solar puede darse entre siete y diez años, incluso con costos iniciales elevados.
La experiencia de San Vicente Ferrer demuestra que pequeños municipios También puede liderar el transición energética, siempre que tengan planificación y acceso al crédito.
Impacto directo sobre la salud y el medio ambiente
Con la economía generada, la ciudad refuerza las inversiones en atención médica, infraestructura hospitalaria y adquisición de suministros.
Al mismo tiempo, reduce la emisión de gases contaminantes, avanza en la sostenibilidad y contribuye a los objetivos climáticos del país.
Incluso frente a desafíos logísticos y financieros, São Vicente Férrer demostró que es posible equilibrar innovación, economía y responsabilidad ambiental. La ciudad sirve ahora de ejemplo para otras regiones que quieran implementar soluciones inteligentes y sostenibles en la gestión pública.