Petrobras y otras empresas solo serán vendidas si el Congreso lo permite, declara secretario de privatizaciones del gobierno
El secretario especial de Privatizaciones, Desinversiones y Mercados del Ministerio de Hacienda, Salim Mattar, declaró que el gobierno estudia la forma de acelerar las ventas de las empresas estatales y reforzó que Petrobras, Caixa y Banco do Brasil no serán privatizadas, a pesar de la intención del gobierno de vender las 637 empresas estatales. El Gobierno pretende realizar otras 22 subastas este año y tiene 119 proyectos ya anunciados.
El secretario manifestó que solo se venderán las que permita el Congreso y que ahora se discute con varias áreas, entre ellas el Ministerio de Economía y la Casa Civil, la forma de agilizar la venta de las empresas estatales. Empresas “clave” para el país como Petrobras y algunos bancos siempre han sido resistidas por el congreso para ser negociadas.
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Las empresas estatales vinculadas a la defensa tampoco serán privatizadas, al menos en el gobierno de Jair Bolsonaro. Salim Mattar también declaró que “no se venderán algunas empresas militares de seguridad nacional y empresas que el Congreso considere que no deben venderse”.
los obstáculos
A juicio del secretario, el Estado es lento, burocrático y costoso y comparó el tiempo de vender una empresa del sector público con el del sector privado, “Necesitamos crear una vía rápida para vender más rápido estas empresas. No puedo nombrar nombres, pero lo más rápido que vamos a poder vender, vamos a pasar entre 10 y 11 meses. Una empresa que, en el sector privado, se vendería en 60 o 75 días”.
Hoy, el gobierno trabaja en plena alineación con la intención de hacer cada vez más “pequeño” al Estado, aunque los temas burocráticos son un obstáculo.
La dificultad de vender las acciones del Banco do Brasil fue citada por el secretario como ejemplo de un obstáculo: “Nosotros no podemos vender las acciones de la Unión porque tienen que pasar por el BNDES", él afirmó.
El secretario sabe que el Gobierno tiene un largo camino por recorrer para poner en marcha el plan de desinversión y que las negociaciones con el Congreso serán difíciles y complejas.