La construcción del ducto debe generar innumerables empleos, según informó el equipo de Petrobras, impactando a toda la población, además del agronegocio.
A Petrobras Está evaluando la construcción de un oleoducto de aproximadamente 2.000 kilómetros. El objetivo es mejorar la logística de distribución de combustible para la agroindustria brasileña.
Si el proyecto se aprueba, representará el primer gran oleoducto del país desde la década de 1990. La iniciativa pretende aumentar la eficiencia del suministro de combustible en la región central de Brasil, especialmente en Mato Grosso, uno de los mayores polos del agronegocio nacional.
Un nuevo gasoducto y sus impactos en la economía, el comercio y los combustibles en Brasil
La propuesta de construcción del oleoducto por parte de Petrobras está en evaluación. Sin embargo, según la empresa, la expectativa es que el proyecto avance hacia su finalización en un futuro próximo.
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El trazado de la nueva infraestructura, aunque aún no está detallado, está previsto que conecte Brasilia con el centro de Mato Grosso. El ducto debería pasar por otras regiones estratégicas, con la construcción de cinco terminales de abastecimiento a lo largo del recorrido.
Recientemente, Claudio Schlosser, director de Ventas y Logística de Petrobras, destacó que la implantación del ducto es una de las soluciones más efectivas para entregar combustibles de forma más barata al agronegocio de Mato Grosso.
Actualmente, la región depende de camiones que transportan combustible desde la capital federal. Esto supone un coste adicional, además de limitar la eficiencia del suministro.
“Es una inversión sumamente relevante que el país no veía desde hace mucho tiempo”, afirmó Schlosser.
El ejecutivo también señaló que el consumo de combustible en el Medio Oeste ha crecido a un ritmo más rápido que el promedio nacional. La información resalta la urgencia de implementar una infraestructura de transporte más robusta.
Según datos de la Agencia Nacional de Petróleo, Gas y Biocombustibles (ANP), las ventas de diésel en el Centro-Oeste aumentaron un 41% entre 2017 y 2024. El promedio nacional fue del 22%. Este crecimiento refleja directamente la necesidad de un suministro más eficiente y económico para satisfacer la creciente demanda de la agroindustria.
En 2024, Petrobras inauguró una terminal de entrega de diésel en Rondonópolis, Mato Grosso, como solución temporal para atender a la región.
Sin embargo, Schlosser destacó que la solución definitiva sería la construcción del oleoducto, que podría llegar a ciudades como Sinop, consolidando una logística de distribución más eficiente y directa.
El último gran oleoducto y la expansión del sector
El último gran oleoducto construido en Brasil fue el Osbra (Oleoducto São Paulo-Brasilia), inaugurado en 1996. Lleva combustible a la capital federal, desde donde los productos son transportados en camiones a otros estados de la región.
Desde entonces, Petrobras se ha concentrado en ampliar y modernizar su red de ductos, principalmente en áreas como la región metropolitana de São Paulo, pero aún no había realizado un proyecto de expansión tan significativo como el que ahora se planea.
La estrategia comercial de Petrobras, según Schlosser, apunta a vender la mayor cantidad posible de petróleo y sus derivados en Brasil. En este sentido, la empresa también estudia otra gran ruta para atender a Matopiba, región productora ubicada en la frontera de los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía.
Para esta ruta, Petrobras planea utilizar el transporte marítimo hasta Marabá (PA) y el ferrocarril para llevar los productos al interior, con el objetivo de aumentar su presencia en el mercado y garantizar la competitividad.
“Si no ocupamos estos espacios, perderemos participación de mercado”, advirtió Schlosser. El director destacó la importancia de ampliar la infraestructura logística de la compañía para garantizar la continuidad del suministro y la presencia de Petrobras en las principales regiones productoras de Brasil.
Expansión en refinación e impacto económico de Petrobras
Además de los proyectos de oleoductos, Petrobras también está invirtiendo en la ampliación de su capacidad de refinación. El objetivo es incrementar la producción nacional de combustibles en 450 mil barriles diarios.
Parte de esta inversión implica la ampliación de unidades existentes y la conclusión de proyectos que estaban paralizados, como la Refinería Abreu e Lima, en Pernambuco, y el Complejo São Boaventura (antes Comperj), en Río de Janeiro.
La estatal ya inició licitaciones para varios paquetes de obras en refinerías, con un volumen de pedidos no visto en Brasil desde el descubrimiento de los esquemas de corrupción investigados por la Operación Lava Jato.
La presidenta de Petrobras, Magda Chambriard, reforzó que la empresa está “absolutamente decidida a fomentar un círculo virtuoso de nuestras inversiones”, destacando la importancia de impulsar la industria nacional.
Hajavista, si es beneficioso para los brasileños, bueno y loable. Pero si es de interés para los extranjeros, para mí no será viable. Somos productores de aceites/derivados en abundancia para satisfacer nuestras demandas a un precio justo y no a estos precios absurdamente altos.
¡En este Gobierno todo se nota, basta ver la corrupción! Una empresa de este tipo sería viable si se completara en el momento oportuno. Y fue construido para reducir costos y hacer el precio más barato para el consumidor.
¡Me gusta mucho el robo que esto va a costar!