Un nuevo puente móvil está revolucionando las obras de mantenimiento de carreteras. Con ella, los equipos pueden realizar trabajos en tramos dañados sin tener que interrumpir el flujo de vehículos, garantizando la seguridad y evitando atascos.
Una solución simple pero revolucionaria está transformando la forma en que se pavimentan las carreteras en Suiza. Se trata del Puente Astra, una estructura móvil que permite realizar obras sin bloquear el tráfico.
Cualquiera que haya quedado atrapado en el tráfico debido a obras en la carretera sabe lo frustrante que puede ser. A pesar de los esfuerzos por minimizar los impactos, la congestión sigue siendo inevitable cuando se realizan mantenimientos viales. Pero ahora, una iniciativa de la Oficina Federal de Carreteras de Suiza podría cambiar este escenario.
El puente Astra, de 257 metros de longitud, permite que los vehículos continúen su camino con normalidad mientras, justo debajo, los equipos trabajan en la reparación de la carretera. Simple en su idea, complejo en su ejecución, el puente llama la atención por su potencial para cambiar la lógica de las obras viales.
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Puente móvil: una idea antigua, una solución moderna
El ingeniero Jürg Merian, conocido como “Mr. Astra Bridge”, se inspiró en una rampa austriaca que vio hace más de diez años.
En aquella época, el modelo austriaco ya permitía el paso de vehículos por encima de las obras, pero era limitado. La estructura no era móvil, difícil de instalar e incómoda para los trabajadores.
Bajo la antigua rampa, el espacio era muy pequeño, apenas 1,6 metros, y el ruido de los coches podía superar los 100 decibelios.
Esto hizo que el ambiente de trabajo fuera insalubre e ineficiente. Suiza utilizó esta rampa, pero los problemas llevaron a buscar una alternativa mejor.
El primer intento falló
Unos años más tarde, Merian decidió mejorar el concepto. Así nació la primera versión del Puente Astra. Era más ancha, más alta y, lo más importante, móvil.
El puente se colocó sobre ruedas y ofreció aislamiento acústico, lo que mejoró el entorno de trabajo. La altura se aumentó a tres metros y el ancho pasó a ser de cinco.
Sin embargo, aparecieron nuevos problemas. Durante las pruebas de 2022, el puente tuvo que ser desmantelado antes de completar la construcción.
La pendiente de las rampas de acceso era muy pronunciada, del 6,1%, lo que obligaba a los vehículos más pesados a prácticamente detenerse. Esto creó largas colas y provocó quejas.
La nueva versión es un éxito en las pruebas
Ahora el puente está de vuelta en una versión mejorada. La pendiente de la rampa se redujo a solo 1,25%, lo que permite que los vehículos circulen hasta a 60 km/h.
El nuevo puente se está construyendo probado en la ciudad de Recherswil, en Solothurn, y ha mostrado buenos resultados.
Prácticamente no hay atascos de tráfico. Los conductores aún reducen la velocidad cuando ven la estructura (después de todo, no todos los días se ve un puente de 257 metros en medio de la carretera), pero el impacto en el tráfico es mínimo. Algunos incluso reducen la velocidad por curiosidad, pero esto no provoca retrasos significativos.
Más seguridad y comodidad para los trabajadores
Además de mantener el tráfico fluido, el puente móvil ofrece ventajas para los profesionales involucrados en las obras.
Protege del sol y la lluvia y permite trabajar durante el día, evitando los incómodos turnos nocturnos, antes considerados obligatorios para no molestar a los conductores.
Este beneficio incrementó el número de empresas interesadas en participar en el proyecto. En el lugar donde se ubicaba el puente Astra se presentaron cinco ofertas para realizar obras de pavimentación, una cifra superior a la media, según el ministerio suizo.
La operación requiere cuidado, pero vale la pena.
El montaje del puente requiere planificación. Debe instalarse directamente en el tramo a renovar y luego remolcarse a una velocidad de 0,5 km/h hasta el siguiente segmento. Este movimiento lento limita la productividad: el equipo sólo puede pavimentar la mitad de lo que haría en una carretera completamente cerrada.
Aún así, el Departamento Federal de Carreteras considera que el balance es positivo. El tráfico sigue fluyendo, los trabajadores tienen mejores condiciones y aumenta la aceptación pública del trabajo.
Crece el interés internacional
El Puente Astra fue inaugurado recientemente, pero ya atrae la atención de otros países. Noruega, Alemania y los Países Bajos han mostrado interés en adoptar la solución. Suiza, por su parte, está abierta a la colaboración.
Curiosamente la tecnología no ha sido patentada. Según las autoridades, el objetivo no es lucrarse con la idea. La función de una agencia federal, según ellos, no es actuar como una empresa comercial, sino más bien servir al público.
Esta decisión podría acelerar la adopción del modelo en otros lugares. Si tiene éxito, el Puente Astra podría convertirse en una referencia mundial en mantenimiento de carreteras con menor impacto en el tráfico.