Después de 3.000 años, se abrió un santuario bíblico que revela secretos y misterios conservados durante milenios. Un acontecimiento histórico que fascina a estudiosos y religiosos.
Un santuario sellado hace casi 3 años ha sido desenterrado en el corazón de la antigua Jerusalén, cerca del Monte del Templo. Tallado directamente en la roca, el estructura Contiene ocho salas interconectadas y elementos rituales como un altar, una piedra sagrada y prensas utilizadas para producir aceite de oliva y vino.
El descubrimiento fue publicado en la revista. Atiqot, de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), y ya está provocando debates entre historiadores y arqueólogos.
Los expertos sugieren que el sitio pudo haber sido mencionado en relatos bíblicos, vinculados a las reformas religiosas del rey Ezequías.
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Eli Shukron, director de la excavación, afirmó que la estructura fue desactivada en el siglo VIII a.C., durante el reinado de Ezequías, quien buscó centralizar el culto en el templo de Jerusalén. “La Biblia describe cómo Ezequías abolió los lugares rituales en todo el reino. Este santuario es posiblemente uno de los lugares que cerró.”, explica Shukron.
Conexión bíblica e histórica
Ezequías, descrito en el Segundo Libro de los Reyes como alguien que “Quitó los lugares altos e hizo lo recto ante los ojos del Señor.“, habría reprimido las prácticas de culto pagano. El descubrimiento refuerza esta narrativa.
Curiosamente, la piedra sagrada del sitio permaneció intacta, cubierta por tierra y conservada exactamente como estaba hace 2.800 años. “Es uno de los descubrimientos más dramáticos y significativos que jamás hayamos encontrado.”, enfatiza Shukron.

Además de la piedra sagrada, el sitio contiene un altar identificado por un canal de drenaje, evidencia de sacrificios realizados en el pasado.
En otra habitación se descubrieron marcas en forma de V en el suelo, cuya función sigue siendo un misterio. Es posible que hayan servido de apoyo a los rituales.
Tesoros escondidos
Los arqueólogos también encontraron valiosos artefactos sellados por un muro de piedra en una cueva adyacente. Entre los objetos desenterrados se encuentran tinajas con antiguas inscripciones en hebreo, pesas de telar, escarabajos, sellos decorativos y piedras de moler utilizadas para el grano.
Estas piezas, que datan del siglo VIII a.C., ofrecen una mirada a la vida cotidiana y la espiritualidad de aquella época.
Las excavaciones en el sitio, ubicado en la llamada Ciudad de David, comenzaron en 2010. Sin embargo, los registros históricos indican que la parte norte de las ruinas fue revelada en 1909 por Montague Parker, un explorador británico en busca de la legendaria Arca de los Pacto.
Implicaciones históricas
La ubicación del santuario, cerca del Monte del Templo, refuerza su importancia histórica y religiosa.
Amijai Eliyahu, Ministro de Patrimonio de Israel, destacó el valor del descubrimiento: “Esta estructura única en la Ciudad de David es un testimonio del rico pasado de Jerusalén. Hace que nuestras raíces históricas y culturales sean tangibles, conectándonos con miles de años de historia”.
La evidencia encontrada no sólo ilumina aspectos de la vida religiosa del antiguo Reino de Judá, sino que también confirma los relatos bíblicos de las reformas de Ezequías y Josías. Ambos, según el Evangelio de Mateo, son antepasados directos de Jesús.
Aunque el sitio ha sido desmantelado, la preservación de la piedra sagrada y otros elementos rituales es un poderoso recordatorio de las complejas intersecciones entre fe, cultura y política en el antiguo Medio Oriente.
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