Con satélites a 35 kilómetros de la Tierra y tecnología utilizada en televisión de pago, “Kulisa” intenta competir con Starlink de Elon Musk, que opera con más de 4.500 satélites en órbita baja.
Bielorrusia ha entrado en liza para desbancar a Starlink de Elon Musk, o eso dicen. Se presentó un nuevo sistema, llamado Kulisa, como “competidor” de la revolucionaria tecnología de Internet por satélite. ¿Pero es eso todo lo que realmente es? Entendamos el contexto y descubramos qué hay detrás de esta noticia.
El escenario detrás de Bielorrusia y Alexander Lukashenko
Alexander Lukashenko Es una figura cuanto menos curiosa.. Presidente de Bielorrusia desde 1994, es conocido por su postura autoritaria y por alinearse con el gobierno de Vladimir Putin. Bajo su liderazgo, Bielorrusia se ha convertido en uno de los países más aislados del mundo, con un estricto control de los medios de comunicación y la represión de las voces contrarias.
Con el inicio de la guerra en Ucrania, Lukashenko siguió el manual de Putin. Aunque Bielorrusia no entró directamente en el conflicto, el país actúa como un aliado estratégico de Rusia. Un ejemplo de ello es el uso del territorio bielorruso como base para armas nucleares rusas. Y ahora, el foco es tecnológico: entrar en la disputa con Starlink, que ha sido vital para Ucrania.
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Starlink de Elon Musk: la conexión que cambió el juego
Desde el comienzo de la guerra, Starlink ha demostrado ser un punto de inflexión. Mientras los sistemas tradicionales de comunicaciones por satélite eran pirateados, la tecnología de Elon Musk mantuvo a Ucrania conectada. Esto permitió tanto la comunicación entre las tropas como el control de los drones en el campo de batalla, creando una ventaja estratégica significativa.
Starlink opera con satélites en órbita baja, reduciendo significativamente el tiempo de respuesta (ping). En cambio, los satélites geoestacionarios se encuentran a más de 35 kilómetros de altitud, lo que provoca retrasos que hacen inviable su uso en aplicaciones como drones y comunicación en tiempo real. Esta diferencia tecnológica es lo que mantiene a Starlink a la cabeza.
Sistema Kulisa
El sistema Kulisa, anunciado por Bielorrusia, promete ser una alternativa local a Starlink. Pero, en la práctica, utiliza satélites geoestacionarios, el mismo modelo tecnológico que existe desde hace décadas. El equipo presentado incluye una antena de banda Ku, similar a las que se utilizan en las televisiones de pago, y una batería portátil para mantenerla en funcionamiento.
La diferencia entre los dos sistemas es marcada. Si bien Starlink es capaz de operar en movimiento, ya sea en drones o barcos, Kulisa depende de una conexión direccional fija. Además, el tiempo de respuesta de Kulisa es extremadamente alto, lo que lo hace inviable para aplicaciones modernas.
La realidad detrás del “Starlink bielorruso”
Kulisa parece más una estrategia propagandística que una solución real. El sistema presentado no tiene capacidad para competir con Starlink, tanto en tecnología como en alcance. Es como comparar una bicicleta con un coche de Fórmula 1: ambos tienen ruedas, pero ahí termina la similitud.
En regímenes autoritarios como el de Lukashenko, los medios de comunicación se utilizan como herramienta de propaganda. La presentación de Kulisa fue ampliamente publicitada como un hito tecnológico, pero sin ningún análisis crítico. Esto plantea una advertencia: ¿hasta qué punto podemos confiar en la información proveniente de países con restricciones a la libertad de prensa?
En definitiva, Kulisa está lejos de ser una amenaza real al Starlink de Elon Musk. Mientras Bielorrusia intenta posicionarse como una potencia tecnológica, la falta de infraestructura e innovación limita el alcance de sus ambiciones.
Uno está en órbita desde hace años, el otro se cae casi todos los días y hay que reemplazarlo todo el tiempo.
Lo uso en medio de un bosque alejado de las ciudades, los 100km más cercanos.
Nunca, jamás, he estado sin internet.
Starlink salvó empresas, escuelas y ayuda cuando fue necesario.